Tal día como hoy, en 2014, el presidente Nicolás Maduro decretó al joropo tradicional venezolano en su diversidad como Bien de Interés Cultural, en homenaje al comandante Hugo Chávez, tras cumplirse un año de su siembra.
Texto: Prensa MPPC y Alba Ciudad
El joropo es el auténtico baile tradicional de Venezuela. Existen una gran variedad de géneros del joropo, agrupados en seis géneros principales: joropo llanero, central o tuyero, oriental, guayanés, jorconiao y andino.
En el caso del joropo llanero, la música que lo acompaña se toca con arpa, cuatro y maracas y pertenece a los cinco estados de los llanos occidentales. También existe el horconeao, que incluye el violín y está presente en Carabobo, Cojedes, Yaracuy y parte de Guárico; el guayanés, con bandola y arpa, característico del estado Bolívar; el andino, llamado también caracoleado, y que está presente en Mérida, Táchira y Trujillo, con denominaciones de polka y fandango; y el oriental, también conocido como cotorreado o con estribillo, y que es propio de los estados Sucre y Monagas.
Cabe destacar que el joropo llanero admite una serie de pasos diferentes, durante los cuales los danzantes ejecutan sus figuras, bien sea abrazados; tomados de las puntas de los dedos, de ambas manos o de una sola mano; o, sencillamente, sueltos.
El joropo comienza con el “valsiao”, especie de vals criollizado, que de lance en lance servirá para que los bailarines “descansen”. Durante esta figura se alternarán la “vuelta sencilla”, en la que uno de los ejecutantes pasa bajo el arco formado con uno de los brazos de su pareja, al tiempo que se sueltan de la otra mano; y la ‘vuelta doble’, en que ambos bailarines dan vuelta bajo el arco de los brazos, soltándose regiamente para reencontrarse en seguida.
Una tercera variante nos muestra al hombre con un pañuelo en una de sus manos, llevando a su compañera con la mano contraria, mientras valsean un trecho.
El “zapatiao” se efectúa con los bailarines tomados de las manos, frente a frente, mientras al ritmo de la música golpean vigorosamente el suelo con los pies.
El “escobillao” se realiza también con los bailadores frente a frente, asidos de ambas manos, ejecutando con la punta de los pies movimientos silenciosos, al tiempo que con el cuerpo realizan un hechizante vaivén hacia arriba y hacia abajo.
El Gobierno Bolivariano, a través del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, elaboró el año pasado el expediente del Joropo en su Diversidad, para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incorpore a esta tradición nacional en su lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
En dicho expediente se incluyeron los seis ritmos y bailes que se practican en Venezuela, antes mencionados. La Gaceta oficial que declara al Joropo tradicional venezolano como Patrimonio Cultural de la Nación, en la categoría Bien de Interés Cultural, para preservar, enaltecer y difundir sus diferentes formas de expresión, apareció publicada el 28 de marzo del 2014.