Este domingo el ministro del poder popular para la Cultura, Ernesto Villegas, entrevistó a Demetria Casimira Monasterio Vásquez, diputada a la Asamblea Nacional quien también ha destacado a lo largo de su vida en materia cultural y de historia: es profesora universitaria, investigadora sobre la afrodescendencia en Venezuela y una barloventeña orgullosa de su venezolanidad.
Texto: Prensa MPPC
Su primer nombre es debido a que su bisabuelo se llamaba así, y su segundo nombre es por San Casimiro; antiguamente los registraban con la identidad del santo de su día de nacimiento y ella nació el 4 de marzo, día de San Casimiro.
Monasterio es oriunda de Curiepe, estado Miranda, una zona que fue fundada por ex esclavos, también llamados negros cimarrones, quienes conformaron una cumbe en Barlovento. “Hay una diferencia de los llamados negros cimarrones: uno era aquel que pudo fugarse de su colonizador, huyendo solo a las montañas haciendo vida de ermitaño. Otro fue aquel que huyó pero que creó la llamada cumba junto a otros afrodescendientes con quienes pudieron entender ese mundo, llevaron sus culturas, tradiciones y matices de lo ya recolectado en siglos de esclavitud en nuestras tierras”, explicó la parlamentaria.
A su juicio, Curiepe fue fundado en medio de esa lucha social de la época, “donde los mantuanos irrespetaban desde el principio como colonizadores, quienes no cumplieron cuando el Libertador Simón Bolívar decretó primero en dar la libertad a los esclavos, luego ratificada por José Tadeo Monagas en 1854. Terminaron haciéndolo porque fueron ellos (los mantuanos) indemnizados por el Estado. Además, corrieron a los adultos mayores luego de darles una ardua vida de trabajo y luego los echaron como si nada de sus haciendas. No les gustó ese decreto”.
También comentó que “ellos esclavizaban hasta quienes tuviesen la mayoría de edad. Debían enseñarles a leer y a escribir y algún oficio pero nunca cumplieron con eso. Fue como aquella vez en que Jaime Lusinchi dijo: ‘la banca me engañó’, pero terminó el pueblo pagando las deudas de los empresarios privados, o cuando Rafael Caldera dio dos veces el dinero a los banqueros habiendo ellos robado los ahorros de los clientes. Nadie se hizo responsable de sus propios actos, pero pagaron los más indefensos. Entonces, ¿qué podemos celebrar?”
La legisladora recordó a su primo Aristóbulo Istúriz, a quien siempre admiró y con quien tuvo una buena relación familiar. “Siempre tuvimos buenos ratos en Barlovento, cuando nos reuníamos, además de estar orgullosa de su legado y por todo lo que aportó a nuestra nación”, recordó.
Sobre la actual AN
La representante de la Comisión Permanente de Cultura y Recreación, espera que este parlamento actual trate de recuperar en gran medida el trabajo estancado o perdido dejado por la administración anterior, que fue dirigida por la oposición venezolana. “Sería bueno, además de que los actuales instrumentos legales sean debatidos con el pueblo en las calles, no solamente en las cuatro paredes que tiene el Palacio Federal Legislativo, como se hacía anteriormente”, indicó.
También vio con agrado que Venezuela tenga varios patrimonios culturales registrados en la Unesco: “la afrovenezolanidad ha aportado mucho en estas festividades a lo largo de trescientos años, en gran medida muchas de ellas comenzaron esos cultos como protestas hacia los colonizadores, debido a que fueron secuestrados en África, destruyendo sus familias, su productividad, además de imponerles idiomas y nombres que no son suyos. La afrovenezolanidad ha aportado mucho”, concluyó Monasterio.