La importancia de desmontar los símbolos de la colonización en la memoria histórica colectiva del pueblo venezolano fue el eje central abordado en la primera edición del foro virtual “Somos Guaicaipuro. Revolución y descolonización en Venezuela”, que se realizó este viernes por iniciativa del Centro Internacional de Estudios para la Descolonización “Luis Antonio Bigott” (CIEDLAB). La actividad contó con la participación del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas; el viceministro de Identidad y Diversidad Cultural y presidente del CIEDLAB, Alejandro López; la profesora y antropóloga Iraida Vargas; el antropólogo y etnólogo Mario Sanoja; el internacionalista y profesor universitario Reinaldo Bolívar, y el historiador Luis Felipe Pellicer.
Texto: Prensa MPPC
El titular de la cartera de Cultura celebró la decisión tomada el pasado 12 de octubre por el presidente de la República, Nicolás Maduro, de cambiar el nombre de la autopista “Francisco Fajardo” por “Cacique Guaicaipuro”, como parte del proceso de replantear la perspectiva alrededor de nuestra memoria histórica y deslastrar los elementos de la colonialidad que aún están presentes en nuestra cotidianidad.
Resaltó que la descolonización es un proceso continuo de muchos años, que no responde a un simple capricho o a una moda, sino a la necesidad de desmontar los símbolos que acompañan las cadenas de opresión y sometimiento de nuestro pueblo. “Es una lucha de la que el pueblo venezolano debe estar orgulloso que en estos tiempos que corren seguimos siendo emulados por otros pueblos, que hoy día se levantan contra esos mismos símbolos”, precisó.
A su juicio, actualmente aún abundan innumerables elementos de la colonialidad, pues “el tiempo antiguo se niega a morir en esos símbolos, y el tiempo nuevo no termina de establecerse y plasmarse”. De allí la importancia de que se sigan sumando esfuerzos en esta batalla continua por la reivindicación de nuestra identidad y por nuestra verdadera independencia.
Además del renombramiento de la autopista caraqueña, Villegas comentó que como parte de los avances que se han dado en esta materia, está la creación del Centro Internacional de Estudios para la Descolonización “Luis Antonio Bigott” (CIEDLAB) y la pronta inauguración de la piedra fundacional del Jardín de la Descolonización en el Museo de Arquitectura (Musarq).
“Ponemos ese jardín a la orden para colocar allí los símbolos que vayamos desmontando de la colonización, preservando el valor patrimonial que tienen, no destruyéndolos y ocultándolos, sino dándole la verdadera lectura que ellos tienen”, agregó.
Fajardo es un símbolo del colonialismo
La profesora y antropóloga Iraida Vargas también aplaudió la decisión de renombrar la autopista con el nombre del Cacique Guaicaipuro, pues resaltó que Francisco Fajardo es un representante de la terrible estructura que dejó la Colonia en nuestras mentes. Específicamente, comentó que Fajardo es uno de los símbolos más mediocres de dicha época, porque, aunque era mestizo, se comportó de la peor manera contra los pueblos caribes, al invadir a Caracas y regalar los territorios de nuestras comunidades originarias que habitaban el valle capitalino, con el apoyo de empresarios.
Según Vargas, se trata de un ancestro negativo, que propició no solo la dominación de nuestro territorio, sino también el exterminio de la población indígena.
“El holocausto más terrible que ha existido es el que sufrió infortunadamente América, digo infortunadamente porque ese nombre (América) es reflejo de la colonialidad también”, agregó.
Aseveró que los símbolos no son inocuos, ya que cada nombre tiene un sentido que simboliza una historia, muchas veces milenaria, y forman parte de nuestra raíz.
Reinterpretar la historia
El profesor Mario Sanoja explicó que la aparición de Francisco Fajardo se debe entender, además, como parte del desarrollo del capitalismo comercial en el Caribe. En este sentido, precisó que Margarita y Cubagua, primeras tierras colonizadas por el capitalismo comercial, estaban sumamente vinculadas con el comercio internacional de aquella época, y Fajardo como comerciante se traslada de la región insular a Caracas para dar inicio a un proceso de colonización cultural y comercial del valle capitalino.
A juicio de Sonaja, es esencial reinterpretar y redefinir la historia de Venezuela, pasando de la interpretación puramente anecdótica, a una más vinculada a la historia económica y política de los hechos.
“Es importante que nosotros empecemos a redefinir la narrativa de la historia de Venezuela en términos mucho más amplios que el simple anecdotario de hechos y personajes”, detalló. Asimismo, indicó que para ello se debe transformar la investigación en docencia, y pensar en un programa de Historia de Venezuela sobre bases menos coloniales.
Sanoja exhortó a los historiadores científicos sociales del país a reunirse y empezar a estudiar nuevas formas de replantear la historia, para brindar una perspectiva de nuestro pasado sin los símbolos de la colonización.
“No basta con renombrar, hay que divulgar”
Para internacionalista y profesor universitario Reinaldo Bolívar, acabar con nuestra identidad cultural ha sido la estrategia axiológica de las fuerzas opresoras para trasmitirnos valores que no son nuestros y dominarnos. Subrayó que, así como Venezuela, muchos otros países como Filipinas, España o Países Bajos, han dado importancia a la necesidad de renombrar y descolonizar los símbolos. “Los pueblos sienten que no pueden seguir honrando y poniendo en el imaginario colectivo nombres que causaron genocidios, que causaron tantos males”, enfatizó.
Afirmó que, si bien en nuestro país se han dado pasos importantes en esa dirección, hay que hacer un proceso profundo de educación, ya que -aclaró- “no basta con renombrar”, hay que divulgar y debatir el porqué de estos cambios, para que la gente entienda las razones y la trascendencia de estas decisiones.
También señaló que al igual que la educación formal, la educación informal, es decir del día a día, es sumamente relevante, especialmente para las nuevas generaciones, que podrán ir incorporando sus verdaderos símbolos en lo cotidiano, en su vocabulario.
Liberación de nuestras mentes
El historiador Luis Felipe Pellicer explicó que todo proyecto imperial es un proyecto cultural, por eso Cristóbal Colón lo primero que hizo al llegar a nuestro territorio fue renombrar lo que aquí encontró. En este sentido, resaltó que el principal reto que enfrentamos actualmente como nación es hacernos independientes y soberanos en nuestras propias mentes. “Sin liberación mental, sin soberanía mental y cultural, no es posible que alcancemos soberanía de ningún otro tipo”, subrayó.
Pellicer recordó que fue el comandante Hugo Chávez quien reivindicó la importancia de nuestra verdadera historia, como elemento esencial para alcanzar nuestra real independencia. Asimismo, señaló que con la llegada de la Revolución Bolivariana la defensa de nuestra memoria histórica pasó a ser una política de Estado para la descolonización del pueblo.
Además, coincidió en la relevancia de la educación como elemento central para la descolonización tanto mental como física, especialmente a través del cambio de contenidos y denominaciones utilizadas en los libros de Historia, que aún tienen una alta carga de colonialidad.