Arredondo aspira gaitear en Rusia con digitalización promovida por el Cendis

En los años 60, Alfredo Arredondo fue un niño prodigio que ganó un concurso de canto infantil, cuando en esa época el ambiente musical era muy competitivo.  Nunca tuvo la oportunidad de grabar un disco, sino hasta ahora, gracias al apoyo del Centro Nacional del Disco (CENDIS). En la cuarta república el único incentivo que le ofrecieron fue beber licor.

Texto: Prensa Cendis

-Me llamaban el llanerito cantor. Competí con los mejores cantantes. Tenía diez años. En esa época estaba Raquelita Castaños que era muy conocida y variedad de cantantes. Había un premio que entregaba el presidente Raúl Leoni, en el Teatro Nacional. Ese premio me lo gané. Pero la música llanera era como el crimen en aquella época, porque no pagaba. Mi papá era mi guitarrista. Tenía mi grupo. Pero no había real y te querían pagar con caña. Te decían: “te vamos a dar una botella de ron pa’ que cantes”. Era como arar en el mar.

Luego el joven cantautor incursionó en el mundo gaitero lo que le abrió la fama como compositor.

-Había un programa “Proyectando la gaita” en el año 89, que organizó un concurso al mejor compositor de gaitas, tanto en Zulia como en Caracas. Yo gané el de Caracas. Y luego me meto en el grupo Los Portentosos. Ganamos el Mara de Oro. Eso era cuando José Luis Rodríguez y Lila Morillo compraron un restaurant en la avenida Libertador llamado La Fuente. Cantábamos en la noche Los Morillos y Los Portentosos.

Actualmente es un artista incansable. Compone, hace coros, canta en diversas agrupaciones. Agradece el apoyo que le brinda la nueva gestión del CENDIS, liderada por Alí Alejandro Primera, que lo ha llevado a grabar su primera matriz.

-Chávez visibilizó al pueblo. Es lo que está pasando con Alí. No solamente él, sino la gente que él trae es gente buena, valerosa, que viene rodilla en tierra a trabajar por el Cendis. Me consta, tanto en lo humano como en la ética profesional del trabajo. Eso hace que uno se sienta con más valores.

¿Qué te parece la propuesta del CENDIS de migrar del formato CD al formato digital para comercializar la música de los cultores en las redes sociales?

-Me parece bien. Lamentablemente a mí me gustaba el formato anterior, que tú ibas a la radio.  Pero ya la radio murió. Está la novedad, está el Twitter, el Facebook, etc. Me parece bien. Allí tenemos que ir todos. Todo se devalúa. El VHS y el Betamax se fueron. Igual está pasando con los discos de acetato. Ni siquiera ya los CD’s son vigentes. Hoy la gente anda con pendrives. Si tú quieres bajar una canción te metes en Youtube y la tienes. Es la innovación del mundo. El mundo da vueltas y tú no te puedes bajar.

Confiesa que él mismo tiene un canal de Youtube donde se proyectan las presentaciones que tiene con las diversas agrupaciones con las que canta.

¿La obra musical del cultor venezolano tiene calidad como para ser exportado a través de la digitalización?

-Ese es mi futuro. Esa es mi meta. Poder cantarle a los chinos. Irme a Rusia. Y con arpa, cuatro y maracas cantar mis canciones. O con un grupo de gaitas y cantarles “la muchachita que en el mercado…”, “soy un negrito fullero, orgulloso y por demás”. Y ver a esa gente bailando, porque lo podemos hacer. Nuestra música es alegre. La alegría nos brota por todos los poros. En ese aspecto no tenemos parangón. Donde vayamos tenemos la cancha de que somos Caribe. Y sé que sí lo podemos lograr.

¿Nos das una semblanza de los géneros musicales que estás grabando?

-Voy a tratar de poner quince temas. Lo importante es que ya va encaminado. Llevo gaitas, entre ellos un gaitón, cuatro canciones llaneras variadas, vals, vals-pasaje, y un joropito. Un bolero son, tipo son montuno, un son bolero y una tamborera.

Finalmente cuestionó el mensaje degradador de la mujer en el reggaetón, producto a su juicio, del mercantilismo capitalista.

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