Entre los múltiples usos que se le pueden dar a la tecnología de los códigos QR, este artista francés los ha empleado a su favor para patrocinar su trabajo. Pascal Boyart ha recibido más de 130 dólares en Bitcoin (BTC) como donación desde noviembre del año pasado a través de los códigos QR que ha puesto en sus murales callejeros. También recibe donaciones en Litecoin y Ethereum.
Texto: Hipertextual (Paloma Beamonte)
El pintor parisino especialista en retratos murales que se ha dado a conocer como ‘PBOY‘ se ha interesado en la tecnología de blockchain y las criptomonedas como una alternativa para liberarse de los intermediarios de arte.
Recordemos que la visión de Satoshi Nakamoto, creador de Bitcoin, era precisamente brindar libertad a los individuos del sistema financiero tradicional. Así que influenciado por esta visión, el artista ha convertido la descentralización de las criptomonedas no solo en un tema central de sus obras, sino en la forma de financiamiento de las mismas.
Boyart comenzó a atraer la atención de la comunidad de criptomonedas en Reddit con su pieza de Rembrandt, cuya vida estuvo marcada por duras dificultades financieras a pesar de su talento.
Hace dos días, el parisino anunció a través de su cuenta Pascalboyart en esta plataforma de foros que gracias a las donaciones en Bitcoin ya ha recibido más de 130 dólares. Según las estadísticas de Blockchain Luxembourg, hasta el momento de esta publicación ha recibido en donaciones 0.11361137 BTC, unos 1.043 dólares.
Antes del éxito obtenido con su Rembrandt, la primera vez que el artista francés incluyó un código QR en una de sus obras fue en noviembre de 2017 (es la imagen que se muestra al inicio de esta publicación).
“Pinté una pieza de arte callejero de un niño preguntándole a su padre ‘Papá, ¿qué es el dinero?’ y coloqué un código QR al lado de mi firma”, dijo Boyart a Hard Fork, según recoge The Next Web, y añadió:
No estaba seguro si alguien ya había hecho esto, pero quería ver si la gente podía apoyar a los artistas callejeros con donaciones. Lo hice como un homenaje al libro de Andreas Antonopoulos, The Internet of Money.
Si bien escuchó por primera vez de Bitcoin desde principios de 2014, admitió al mismo medio que en ese momento no comprendió la promesa de esta tecnología, creyó que era como un nuevo PayPal. Fue hasta mayo pasado que surgió su pasión “por este nuevo paradigma de dinero” y lo que “los artistas pueden hacer con él”.
Entonces se dio cuenta de que era una forma de dejar de lado a las instituciones y las galerías de arte para dar pie a una relación directa entre el artista y el consumidor, en lugar de usar alternativas como la plataforma de crowdfunding Ulule.