Foto: CiudadCCS
Descrita por su director como una muestra “enérgica y agresiva”, el grupo de tambores japonés Niko Ichibajo erizó la piel de los caraqueños con su danza oriental interpretada la tarde de ayer en la sala Fedora Alemán del Centro de Acción Social por la Música.
Ciudad CCS (María José Ramírez)
La presentación, titulada Concierto de la amistad, celebró junto a bailes y piezas alusivas a la tradición musical japonesa el 90 aniversario de la llegada de sus ancestros a territorio venezolano y al mismo tiempo, conmemorar los 80 años de relaciones diplomáticas entre Japón y Venezuela.
“Llegamos desde Japón, un lugar muy lejano con una cultura muy diferente a la de Venezuela, este concierto es para que ambas costumbres se conozcan y conecten”, expresó el maestro Terutoshi Takaku, director de la agrupación.
El bajo, la flauta y los tambores repasaron la historia tradicional del oriente, donde la Danza del Dragón recordó su devoción a los dioses y la percusión del tambor la valentía de sus antiguos guerreros.
Para el acto final, los percusionistas invitaron al escenario a nueve músicos venezolanos pertenecientes a diferentes orquestas del país, quienes recibieron una clase magistral impartida por el grupo invitado.
“Este evento no podía ser de Japón y Venezuela si solo nosotros tocamos, por ello pedimos la participación de estos músicos a quienes enseñamos nuestra música en una clase magistral”, explicó Takaku.