Sundde se despliega este martes en las panaderías

Un despliegue para fiscalizar la correcta producción y distribución del pan en los establecimientos comerciales de la ciudad se desarrolla este martes por parte de la Superintendencia de Precios Justos (Sundde), informó al diario capitalino Ciudad CCS el titular de ese despacho, William Contreras. Explicó que las acciones comenzaron ayer con la acreditación de 700 comisionados de protección de los derechos socioeconómicos, en un acto celebrado en el Teatro Catia, en compañía del Poder Popular organizado de las 22 parroquias capitalinas que también acompañará los operativos.


Texto: CiudadCCS (Kelly Rodríguez)

Contreras recordó que la medida que se pone en marcha fue ordenada por el presidente de la República, Nicolás Maduro, para proteger el derecho a la alimentación del pueblo que se ha visto vulnerado por la guerra económica y el boicot.

El superintendente recalcó que las panaderías deben expender el rubro de forma expedita, dado que el Ejecutivo Nacional está garantizando el trigo necesario y de forma puntual para la elaboración del rubro.

Por otra parte, la población aplaudió la medida emanada para garantizar el acceso al pan salado como complemento nutricional. Pasadas las 8:30 de la mañana, más de 20 personas esperaban a pocos metros de la Plaza Bolívar, en las afueras de la panadería Delly, que comenzaran a vender el pan salado. A las 10:10 am, la cajera indicó que solo quedaban cinco panes, se trataba de pan sobado con un costo de 600 bolívares.

Fue la misma trabajadora la que indicó que en horas de la tarde volverían a vender pan. Con respecto a la cantidad del rubro que se expendió, un cliente indicó: “Debió ser poco porque en el tiempo en que permanecí en la cola fueron pocas las personas que compraron y uno solo”.

En la Panadería y Pastelería Royal Century, ubicada en la esquina de Sociedad a Camejo, frente a la plaza Diego Ibarra, no se observó cola durante las primeras horas de la mañana. Una de las vendedoras informó que “después de la 1:00 pm se empieza a vender pan, como todos los días”.

El anunció hecho el día domingo por el vicepresidente de la República, Tareck El Aissami, sobre la aplicación de un instructivo para formar equipos que evalúen la producción y venta de las 709 panaderías que funcionan en la capital, se propagó entre la población y generó diferentes reacciones.

“Poco tiempo ha trascurrido desde que llegué. Me dijeron que ya habían vendido y hay que esperar. Sé que algo se dijo en los medios acerca de las panaderías, mira, no sé de qué se trate la medida. Habrá que esperar en qué para”, dijo una joven mientras esperaba el expendió de pan en la Panadería Picadelly, ubicada en el Centro Comercial Capitolio de la Av. Baralt.

Uno de los trabajadores de allí indicó que “el panadero que no cumpla con la producción, con las condiciones impuestas por el Gobierno, ¿debe ser sancionado?, sí. Pero también se debe identificar al que cumple con su trabajo todos los días, ese que está recibiendo la harina y que produce diariamente para la gente”.

Argumentó que ellos elaboran pan a la máxima capacidad y que se saca a diferentes horas del día, “a medida que se va horneando. Para que eso sea así contamos con 50 empleados, que además representan a 50 familias que dependen de esta labor. Lo que queremos es trabajar”.

Para el momento de la visita de Ciudad CCS, se estaba vendiendo pan canilla con un costo de 250 bolívares.

Ni especulación ni bachaqueo

El establecimiento de venta de pan ubicado antes del puente Llaguno solo ofrecía una presentación de pan salado llamado gallego de concha dura en mil bolívares. “¿Pan salado?, solo tenemos ese”, indicó la vendedora. Pocos metros más adelante, la Bakery Delli no tenía pan salado a la venta.

Las primeras tres señoras ubicadas en las afueras de la Panadería Selecta Delli se manifestaron a favor de la medida que anunció el Gobierno Nacional, pues para ellas es necesario que los panaderos den cuenta de la producción del pan.

“En la mañana vendieron. No sabemos qué cantidad. Estamos esperando que vuelvan a sacar, pero no dicen en cuánto tiempo será eso. Por otro lado, de alguna manera se debe evitar que el pan se lo lleven los bachaqueros”, comentó una señora. De forma inmediata una de sus acompañantes dijo: “Ellos saben quiénes son los bachaqueros, no es posible que le vendan tres veces o más a las mismas personas en un día”.

Al preguntarle a uno de los vendedores qué tipo de pan se iba a vender, este indicó que no sabía. Una respuesta similar fue dada en la Panadería El Guanábano, donde la gente aguardaba en la cola la hora de la venta. Allí, una vez que empieza la venta, se ofertan además de pan canilla, campesino, de orégano y avena, expuso un cliente.

“Lo que queremos es dejar de hacer cola, que podamos ir a una panadería y comprar el pan como lo hacíamos antes. Ahora todo es una lucha, con los panaderos y con los bachaqueros. Lo que se haga debe ser para lograr eso, que se siga trabajando y que el pueblo tenga acceso a los alimentos”, argumentó el señor Nerio.

Voces abiertas al diálogo

Con mucha disposición al diálogo se presentó Obed Altamiranda, encargado de la Panadería 1.900 Imperial, en la avenida Panteón. “Aquí se han hecho supervisiones, hace poco tuvimos un funcionario de la Sundde por dos semanas. Mostramos el trabajo que hacemos. Tenemos un turno de cuatro panaderos en la noche para garantizar que haya pan en la mañana. Ellos se encargan de elaborar alrededor de 500 panes”, dijo.

Agregó que además de eso se sacan dos tandas de 800 panes, campesinos y canillas, “le explicamos a la gente que no haga cola, que se va a sacar pan, pero ellos insisten en quedarse y esperar. Muchos de ellos no son de esta comunidad”.

Pocos metros más delante, en la Panadería Sovilo S.A. se podían apreciar cajones llenos de pan canilla, los cuales eran vendidos en Bs 250. No había cola.

“Es necesario que se haga una supervisión porque lamentablemente hay comerciantes que no están trabajando como se debe, no entienden o se hacen los locos ante la situación económica que estamos atravesando”, expresó José García, habitante de la avenida Panteón, quien prefiere acudir a la puerta de la Panadería Anasel, porque “hay otras donde el campesino lo expenden en 800 y 900 bolívares”.

Varias panaderías de Candelaria no tenían pan a la venta en las horas del mediodía. Las que sí, presentaban una cola que duraba poco tiempo, pues era limitada la cantidad de pan vendido.

Para la dueña de la Panadería La Croisantina, ubicada al frente de la plaza Candelaria, el problema de las panaderías tendrá solución cuando se aumente la producción de harina de maíz, “porque la cultura del venezolano es comer arepa, el pan es para los europeos. Hay cola porque la gente no consigue otro sustituto de la arepa. Aquí trabajamos a la máxima capacidad”.

 

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