La gesta emancipadora liberada por Hipólita y Matea, esclavas que participaron en la crianza del Libertador Simón Bolívar, y la líder indígena Apacuana, símbolo de lucha y resistencia ante el imperialismo, se reflejó este miércoles 8 de marzo en la muestra de afecto que movilizó al pueblo revolucionario y feminista durante el ascenso de los restos simbólicos de estas tres heroínas de la patria.
Texto: AVN / Fotos: Gregorio Terán, AVN
Miembros de movimientos sociales, trabajadores, organizaciones del movimiento feminista del país y autoridades de Estado acudieron desde tempranas horas a la Sala Mayor de la Casa Natal del Libertador Simón Bolívar, cercana a la Plaza El Venezolano, donde reposaban los restos de las heroínas desde este martes, tras llegar a Caracas, antes de ser llevados al Panteón Nacional.
“Trasladar a estas tres heroínas al Panteón Nacional significa más de lo simbólico que de por sí es para la revolución, significa compromiso, lealtad, empeño, esfuerzo, dedicación y por supuesto amor por esta patria, una patria que nos vio nacer y nos verá vencer”, expresó Verónica Sánchez, caraqueña, mientras caminaba por el bulevar Panteón, junto al pueblo.
La luchadora social de la época actual, como ella misma se describe, exclamó en medio de las Apacuanas, Mateas e Hipólitas del siglo XXI que hoy más que nunca se siente capaz de librar cualquier batalla que se presente, porque forma parte de ese grupo de Las que no se rinden.
“El espíritu de Apacuana, Matea e Hipólita vive en todas las mujeres que aman la patria”, gritó en forma de consigna, y agregó: “Su gesta llena de fuerzas a las nuevas generaciones para ponerse a la defensa de la soberanía y de los logros sociales que, junto a la revolución, el pueblo ha alcanzado”.
En medio de consignas, música y bailes tradicionales, el poder popular guió el camino a tres mujeres que consagraron su vida para crear y fortalecer la humanidad.
“Hoy esas mujeres que fueron esclavizadas y desplazadas son llevadas al Panteón, hoy el pueblo venezolano le está devolviendo el favor que ellas nos dieron durante su época, gracias a ellas es que nuestro comandante supremo, Hugo Chávez, nos reivindicó, porque él fue consciente de la lucha de estas heroínas”, expresó la aragüeña Carmen Camacho.
Estas tres mujeres representan la influencia de los pueblos africanos y originarios en el devenir histórico del país. Hipólita, por ejemplo, amamantó y crío a Simón Bolívar como un hijo más, para sembrar en él parte de los valores que alimentarían luego la gesta libertadora.
Apacuana, la primera mujer indígena en ser exaltada al Panteón Nacional, representa el espíritu antiimperialista de las venezolanas. Respetada por su pueblo y por los indígenas Caribe, lideró la liberación de las tierras de Súcuta (actualmente Valles del Tuy y Tácata).
“Si ellas pudieron, ¿por qué nosotras no?”, se preguntó Rocío Santamaría, joven caraqueña, quien agregó: “Es hora de nosotras luchar por la patria de Bolívar, por la patria de Chávez y de todo un pueblo libre”, puntualizó.