El estado Vargas tiene como referencia su bella costa con sus playas y balnearios. Los colores que se proyectan de la luz del sol sobre el mar entregan una imagen captada por Armando Reverón en cada una de las pinceladas en sus lienzos.
Texto: Ciudad CCS
Para poder absorber toda esta ilusión visual, el artista plástico a sus 32 años se mudó a su “Castillete”, un lugar en la parroquia Macuto que no solo le sirvió como hogar, sino que fue el centro de su creación, en las diversas facetas que atravesó, pasando por el azul, el blanco y el sepia.
Sin embargo la estructura desapareció cuando las intensas lluvias que azotaron al estado en 1999 desbordaron la quebrada El Cojo, que se llevó a su paso no solo la edificación, sino que afectó otras estructuras aledañas.
Es por esta razón que la comunidad organizada inició un proceso de recuperación que hasta la fecha está dando sus frutos. La Comuna Guicamacuto, junto a diversas instituciones de gobierno nacionales, estadales y municipales, se ha encargado del proceso de restauración del mismo.
El Castillete fue declarado Bien de Interés Cultural el 30 de junio de 2014 en el marco de los 125 años del nacimiento del artista plástico. Desde allí se creó una mesa técnica que se inició con el proceso de rehabilitación de la edificación.
Alexis Rojas, encargado de la plataforma del arte del Gabinete de Cultura del estado Vargas, explicó que se ubicó un boceto hecho por Luciano Gasparino, un arquitecto que visitó a Reverón en 1953. De allí se dictó un taller de arqueología comunitaria para que la misma comunidad abordara uno de los trabajos de rescate de los cimientos originales junto a personal especializado.
Los trabajos se iniciaron por el lado donde ese plano, hecho a mano, ubicaba la pileta (laguna donde Reverón tenía a sus animales). “De allí ya se ubicó todo el resto de los cimientos y se empezó a trabajar con recursos del Estado, la presidencia de la República, coordinado por el Instituto de Patrimonio Cultural. La inversión se fue haciendo de acuerdo al ritmo, que fue bastante rápido al inicio”, resaltó.
De esta manera, y luego de hacer otras reparaciones, ya se cuenta con un avance de 80 por ciento, “salvo unos detallitos que faltan como instalar el cableado de las luces. Hay que hacer otro trabajo de arqueología, el sótano que queda por el lado suroeste y las paredes del caney, el piso del ático, que es palma tejida, para eso están los artesanos, para hacer eso. Hacer las réplicas de las muñecas y ambientar todo como estaba esto originalmente”, acotó.
Rojas espera que a más tardar el 18 de septiembre, fecha en que la que falleció el artista, esté listo el nuevo Castillete, donde se realizarán visitas guiadas y escenificaciones de la vida del pintor, con actores y escenografía alegórica.
Francis Arteaga, integrante de la Comuna Socialista Guaicamacuto, recordó que esta restauración ha sido de mucha lucha, y que desde que el presidente de la República Nicolás Maduro, dio la instrucción, trabajó más arduamente en su recuperación, aunque no es del todo como esperaban debido a que existen muchas cosas que no quedan exactamente iguales como las conocieron.
“Yo creo que de aquí en adelante lo que viene es seguir la lucha y darle más vida, más ambientación al museo”, resaltó la líder comunal, quien recordó cómo este lugar forma parte de sus recuerdos de infancia y de la juventud.
Yasmín Franco, coordinadora de la Misión Cultura en la entidad, recordó cómo de joven asistía a El Castillete y le atrapaba la magia que tenía el lugar debido a que allí convergían los cuadros del artista, sus muñecas, y otras piezas que desgraciadamente se perdieron con la vaguada.
Franco recordó que durante su vida haciendo teatro visitó el espacio para hacer obras que giraban en torno a Reverón, y también a otros temas.
“Me tocó ser la muñeca de Reverón en una obra. Para ese entonces era una chica de 16 años y conocí mucho más a través del azul, el blanco y el sepia”, dijo Franco, quien recordó la manera en que el Maestro hacía fiestas para “invitar a la gente de Caracas y enfrentarla a los pobres que le dieron su apoyo aquí en Macuto”.
Belkis Reyes, vocera de cultura del Consejo Comunal Castillete Armando Reverón, aseguró que para ellos el pintor siempre fue referencia a través de sus abuelos y sus padres, a pesar de que nunca lo conocieron.
“Era una persona muy singular, excéntrico. Nunca consideramos que estaba loco, sino que era una persona adelantada a la época, que era entendida, que era sencilla y que a través de la sencillez podía entenderse lo complejo de la personalidad de Reverón”.
Gio Ponti, arquitecto italiano realizó el plano del Castillete de Reverón, cuando vino a Caracas en los años 50 para realizar la quinta “El Cerrito”, en las Lomas del Tamanaco, en Caracas, propiedad del matrimonio Armando y Anala Planchart. Este plano es propiedad de la Galería de Are Nacional. Lo vi expuesto en la exhibición LA INVENCION DE LA CONTINUIDAD, curada por Luis Enrique Pérez Oramas. No tenía noticia de este plano realizado por Luciano Gasparino, aunque, supongo que sea un error y sea Graziano Gasparini, arquitecto y profesor en la Escuela de Arquitectura de la UCV.