El pasado sábado 7 de mayo cumplió 81 años Ramón Palomares, uno de los más grandes poetas venezolanos. Este insigne trujillano, nacido en Escuque, albergó en su poesía el corazón de su pueblo. Fue un gran maestro que hasta el final de sus días compartió su poesía con los niños y niñas quienes le manifestaban su admiración con hermosas cartas y poemas que el leía en público evidenciando la humildad y sencillez que siempre lo caracterizó.
Texto: FEPR (Carlos Duque)
El encuentro realizado en el Ateneo de Escuque se inició con la entrega de una placa del Premio Musa a las Artes y a las Ciencias en la que se exalta la obra de Ramón Palomares como: “Emblema de la poesía nacional e internacional, a quien honramos al conmemorarse este día aniversario de su nacimiento. Día de Fiesta Nacional”.
Fue recibida por María Eugenia Chávez, viuda del poeta, de manos de Jesús Torres, creador de este premio que reconoce a las figuras más destacadas de Escuque de diversas disciplinas y oficios.
“El sietecito está de buenas” es uno de los poemas que abren el libro Adios Escuque y hace honor a su apodo “Sietecito” por haber nacido el día 7 de mayo. Palomares plasmó en ese libro sus vivencias en esa montaña llena de magia que arropó su infancia y que tuvo siempre tan presente en su vida:
“Como el manto de la serpiente coral
así de bella tu eres.
Así como el vestido de la orquídea blanca
tú eres de amorosa pequeña colina.
Y te llamarán como una pequeña loma
y en ti pondrán una bandera dulce y tierna”.
Por ello sus pobladores siguen manteniendo vivo su recuerdo y su poesía, y ese sentir se manifestó en un hermoso acto lleno de danza, música y poesía para celebrar su cumpleaños por niños, niñas, jóvenes y artistas de este páramo andino.
El homenaje que se replicó en varias zonas del estado Trujillo y del país, contó con la presencia de Giordana García presidenta de la Editorial El perro y la rana del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y de los poetas Alejandro Silva y Carlos Manuel Duque quienes hicieron una lectura de los poemas de Palomares. García manifestó que en los próximos días se realizará un mural en las paredes exteriores de la casa natal del poeta en Escuque, una casa que preserva su espíritu, desde su “patiecito” donde se inspiraron mucho de sus poemas. Su obra sigue cabalgando en el pecho de quienes admiran su ser y sus escritos.