Un mundo mágico y natural, donde la población infantil y adulta puede reír, pintar, cantar, bailar y leer, así puede describirse la VI Feria del Libro de Caracas que abrió sus puertas este jueves y permanecerá abierta en los alrededores del Museo de Bellas Artes y en el Parque Los Caobos hasta el próximo 2 de agosto.
Texto: CiudadCCS (Cristal Colmenares y Adalys Javier) / Fotos: AVN (Juan C. La Cruz)
Al entrar al espacio de entretenimiento y recreación familiar, unas jovencitas, llamadas “volanteras”, vestidas con traje típico venezolano reciben al público y a las cientos de madres y padres que vienen acompañados de sus hijos, abuelos y tíos, quienes aprovechan esta actividad para disfrutar de las vacaciones escolares.
Después, alrededor del Museo de Bellas Artes y de Ciencias se encuentran instaladas las editoriales privadas y públicas que ofrecen libros de infinidades de temas, infantiles, gastronomía, corte y costura, historia, geografía, entre otros, y en el centro está la Sala Hugo Chávez Frías para la realización de conversatorios, foros, presentaciones de libros, entre otros.
En el parque también hay personajes que difunden las actividades de la fiesta literaria, conocidos como “fantoches” y marionetas, que sorprenden a los visitantes como el Teatrino andante, interpretado por el joven Ronald Romero, quien con dos títeres de mano hace las veces de los personajes Diablito y de Mimisquín.
Unos metros más adelante, en la parte izquierda en las áreas verdes, está el Eje del Pabellón Infantil, un lugar techado donde funciona la brigada artística Miguel Vicente Patacaliente de la Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte) de la Alcaldía de Caracas, desde las 10:00 am hasta las 5:00 pm. Allí, hay dispuestas varias mesas con sus sillas y 20 caballetes para que la chiquillería desborde su creatividad a través de la pintura y los creyones.
Dentro de las presentaciones y dinámicas realizadas por las agrupaciones de arte escénico, ayer en el teatrino, las familias disfrutaron de la pieza Un día en la vida de Miguel, que transmitió un mensaje didáctico de agradecimiento de los hijos hacia sus madres, con la actuación de Lilian Amiel del Colectivo Teatro de Sueños.
Además, hay una área de talleres permanentes. Los niños y niñas, acompañados de sus padres, elaboraron marcalibros y diseñaron máscaras de las manifestaciones culturales venezolanas.
Igualmente, se tiene previsto bautizar textos de la Editorial El perro y la Rana, así como publicaciones digitales (CD, páginas web, depósitos de información como pendrive) que buscan promover la preservación de la naturaleza.
Más adelante, están otras carpas literarias que bordean la Fuente Venezuela construida por Ernesto Maragal, donde sobresalen cinco esculturas: El Caribe, Los Andes, el Waraira Repano, el Orinoco y los Llanos. Hay carpas de las Librerías del Sur en honor a César Rengifo, a Juan Liscano y del movimiento El Techo de la Ballena. Si desean tomarse un juguito, comerse un postre o almorzar puede hacerlo en el Café Vendaval Amarillo que está en la entrada y, más allá está el restaurant Nutripunto del Ministerio del Poder Popular para la Alimentación.
LITERATURA PARA EL PUEBLO
En esta edición dedicada a la venezolanidad, los colores y el ambiente al estilo criollo se desbordan por las 112 editoriales y 90 estands, una gran diversidad de libros que representan un alto porcentaje de la oferta del mercado comercial, alternativo e institucional. Es aquí en el que se manifiesta la unión de los distintos espacios del libro.
Un total de 500 actividades, 165 de ellas para niñas, niños y adolescentes, estarán disponibles en el Pabellón Infantil, un lugar dedicado para la diversión y la recreación a través de actividades educativas.
La programación de este gran encuentro está distribuida en tres grandes foros que reúnen, en primer lugar, a intelectuales para leer e interpretar obras literarias venezolanas. El segundo tema está dedicado a un análisis histórico a las revistas culturales hasta nuestros días. Mientras que el tercer foro está dedicado a César Rengifo y Juan Liscano.
Para esta edición, el Fondo Editorial Fundarte trae 20 novedades, entre ellas está la reedición de la Biblioteca Orlando Araujo; La neblina y el verbo, de Earle Herrera; Una medalla para las conejitas, de César Rengifo y La silla cruza las piernas, de Sol Linares, Regiones verbales de Antonio Trujillo, entre otros.