No es fácil conseguir una cifra exacta de la cantidad de mezquitas destruidas hasta el 2 de agosto de 2014 en el brutal ataque militar que el gobierno de Israel realiza sobre Palestina. Para el 22 de julio, un comunicado del gobierno en Gaza señalaba que al menos 50 templos habían sido destruidos. Para este sábado, circulan varias cifras extraoficiales: 108 mezquitas dañadas (30 de ellas totalmente destruidas) según una fuente, pero otras aseguran que los templos totalmente inutilizados pueden llegar a 74, y muchos de ellos son históricos. ¿Intenta Israel acabar con “terroristas”, o es una forma de aplastar con su cultura y sus creencias religiosas? En este artículo hemos recopilado, a través de agencias internacionales y de numerosos habitantes, periodistas y de brigadistas presentes en Gaza que aún tienen acceso a Twitter, las fotos de decenas de mezquitas destruidas, para que usted mismo juzgue.
Si bien Israel argumenta que sus objetivos son líderes militares del partido Hamas que viven en las cercanías de mezquitas o supuestamente esconden armas en su interior, la sistemática destrucción de estas casas de oración parece más bien un intento de aplastar la cultura de los palestinos, la mayor parte de ellos de religión musulmana. A pesar de ello, las y los habitantes de Gaza no renuncian a su fe: aún con sus templos dañados o inestables, ellos se reúnen en ellos para orar y manifestar su religión.
Thom Walker, productor del Channel 4 (televisora privada de Reino Unido), visitó el campo de refugiados Al-Shate en el centro de la ciudad de Gaza, donde se encontraba la mezquita de Al-Souzi, que fue alcanzada por un ataque de aviones F-16 israelíes, destruyéndola por completo y colapsando una de sus torres o minaretes, que al caer destruyó parte de un edificio habitacional. Allí conversó con una niña de 10 años, de nombre Bisan, quien vivia en uno de los apartamentos destruidos.
Para Bisan, esta es la tercera guerra que ha visto en seis años. “Ella me presentó a su papá Wiam, subimos unas escaleras y conocí al resto de su familia, aún viviendo entre los escombros”.
Le explicaron que un drone o avión no tripulado israelí disparó dos cohetes de advertencia, conocidos como “golpe en el techo”, sobre su casa a las 2:30 de la mañana dos días antes. La familia sólo tuvo 5 minutos para abandonar su hogar. “Fue aterrador, tuvimos que abandonar la casa muy rápidamente”, dijo Bisan.
“Ella nos mostró su dormitorio -cuenta Thom Walker-, ahora en ruinas cubiertas de polvo. Nos mostró la computadora donde acostumbra trabajar. Allí, tres gatos blancos jugaban en una esquina, entre los colchones donde muchos de sus familiares ahora duermen. Unas 30 personas deben acomodarse ahora en unos pocos cuartos”.
En la cocina, algunas mujeres hacían pan, mientras que los muchachos más jóvenes insistían en hablarnos de fútbol. “¿Te gusta el Real Madrid?”, me preguntó su primo Mohammed, vistiendo una franela blanca del popular equipo español. “Claro”, le respondió Walker. “Se vio complacido”, narró el reportero. “Al igual que con todas las familias que he conocido en Gaza, ellos también fueron muy cálidos y me hicieron sentir bienvenido. Antes de irnos, Bisan nos dijo: ‘Mi materia favorita es Inglés. Me gustaría ser periodista algún día”.
“Espero que ella tenga la oportunidad”, escribió Walker para culminar su reporte.