La carta de Lula a un año de prisión: “Soy preso político exiliado en mi propio país”

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Con un año de cárcel a cuestas, y en medio de un apoyo popular a nivel mundial, el expresidente Lula da Silva envió una carta a “sus incansables compañeras y compañeros de lucha”, que lo acompañan en este triste primer aniversario de prisión política.

Texto: Telesur

En la misiva, Lula no solo denuncia que sus demandantes “jamás presentaron una sola prueba contra mí”, sino que además se encuentra en calidad de preso político, exiliado dentro de su propio país, y que está “separado del pueblo brasileño, de mis familiares y de los amigos más queridos” con prohibición de “dar entrevistas, hablar y ser oído”.

El exmandatario acusa que su único crimen, por el que se encuentra preso, es “dedicar una vida entera a la construcción de un Brasil más justo, desarrollado y soberano”.

Asimismo, afirma que su candidatura presidencial para participar en los comicios de 2018 fue impedida debido a su popularidad. Lula era el candidato favorito en todas las encuestas ante el posible escenario electoral, superando a sus oponentes por amplio margen.

“Pensaban que la imposición de ese largo silencio callaría para siempre mi voz. Pero no la callaron ni la callarán, porque somos millones de voces”, afirmó el líder popular, agregando “Estamos vivos y fuertes. Juntos, vamos a revertir cada retroceso, cada paso atrás en la dura caminata hacia el Brasil que soñamos y que probamos ser posible construir. Venceremos”.

Lula se refirió también a la única salida que ha tenido en estos 12 meses de reclusión, cuando a principios de marzo se le permitió asistir al funeral de su pequeño nieto de 7 años, Arthur. “Brasil entero fue sorprendido por el inmenso e innecesario aparato represivo montado contra mí. Helicópteros, militares portando armamento pesado, todo para impedirme que incluso me acercara a aquellas personas solidarias con el dolor de un abuelo”.

Afirmó además que sus enemigos “están cada vez más ricos, pero la fortuna obtenida a costa del sufrimiento de millones de brasileños no les trae felicidad. Ellos están cada vez más rabiosos e infelices, envenenados por el propio odio que destilan. (…) Ellos tienen miedo de los millones de Lulas, porque ellos saben de lo que somos capaces cuando nos unimos para transformar este país”.

En el texto, Lula también dedicó sentidas palabras a las personas que participan día a día de la Vigilia Lula Libre que lo acompaña desde las afueras del recinto en el que se encuentra.

La carta, publicada en redes sociales emerge en medio de una jornada de movilización nacional e internacional, que se ha desarrollado desde el viernes -y que se extenderá hasta el miércoles 10- en distintas ciudades de Brasil y del mundo, con epicentro en el frontis de la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde se encuentra detenido el líder popular.

 

Lee la carta completa aquí:

Mis amigos y mis amigas, incansables compañeras y compañeros de lucha.

Hace exactamente un año, estoy preso por el crimen de dedicar una vida entera a la construcción de un Brasil más justo, desarrollado y soberano. Impidieron mi candidatura a la presidencia para que yo no subiera otra vez la rampa del Palacio del Planalto, empujado por los brazos de cada uno y cada uno de ustedes, para que juntos revirtiéramos el desmonte del Estado brasileño promovido por mis verdugos.

Hace exactamente un año, estoy aislado en la celda de una prisión en Curitiba. Jamás presentaron una sola prueba contra mí. Soy preso político, exiliado dentro de mi propio país. Separado del pueblo brasileño, de mis familiares y de los amigos más queridos. Con prohibición de dar entrevistas, impedido de hablar y de ser oído.

Pensaban que la imposición de ese largo silencio callaría para siempre mi voz, porque no han podido callarla ni la podrán callar, porque somos millones de voces

Hace exactamente un año, me veo envuelto de cariño por el “Buen día” y por el” Buenas noches, presidente Lula”, entonados a plenos corazones no sólo por los bravos integrantes de esa que es una de las más largas vigilias de toda la historia, sino también por la solidaridad que llega de todos los rincones de Brasil y hasta de otros pueblos del mundo.

Hace exactamente un año, mis adversarios buscan un motivo para celebrar, y no lo encuentran. Hemos sufrido repetidos reveses desde el golpe contra la presidenta Dilma, es verdad, pero nuestras derrotas nos fortalecen para la lucha, mientras que sus victorias no les dan a ellos un minuto de paz.

Ellos están cada vez más ricos, pero la fortuna obtenida a costa del sufrimiento de millones de brasileños no les trae felicidad. Ellos están cada vez más rabiosos e infelices, envenenados por el propio odio que destilan.

En la despedida de mi nieto Arthur, Brasil entero fue sorprendido por el inmenso e innecesario aparato represivo montado contra mí. carros policiales, helicópteros, militares portando armamento pesado. Todo para impedir que yo incluso me acercara a aquellas personas solidarias con el dolor de un abuelo.

En ese instante, comprendí que su miedo no es Lula. Ellos tienen miedo de los millones de Lulas, porque ellos saben de lo que somos capaces cuando nos unimos para transformar este país.

Estamos vivos y fuertes. Juntos vamos a revertir cada retroceso, cada paso atrás en la dura caminata hacia el Brasil que soñamos y que probamos ser posible construir. Venceremos.

¡Un abrazo, y hasta la victoria!

Luiz Inacio Lula da Silva

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