De rostro amable y sonrisa tierna, así se muestra siempre Chalbaud, cuando cada viernes le da inicio al Ciclo de Apreciación Cinematográfica que organiza el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cnac) y que él dirige. Quienes logran tenerlo cerca durante esta actividad, reciben clases magistrales sobre aspectos cinematográficos, tanto narrativos, técnicos y estéticos. Al término de cada proyección comparte en cine foros su experiencia con aquellos amantes que semanalmente asisten. Esta es una de las actividades que actualmente lo mantienen más cerca del público.
Texto: Prensa Cnac (Klaudia Flores)
Ya cerca de cumplir 87 años, confiesa que no se siente como tal y que posee mucha salud, sigue trabajando y se encuentra terminando una obra de teatro y próximamente una película. Hace unos días tuvimos la oportunidad de entrevistarlo y a propósito de su venidero cumpleaños, le pedimos que narrara sus inicios en el cine y lo que este arte ha significado en su vida.
Chalbaud relata:
“La primera vez que yo fui al cine tenía 7 años, allá en Mérida, yo nací en 1931 y mi abuela me llevó al cine por primera vez, lo primero que vi en la pantalla fue a Charles Chaplin. Indiscutiblemente me causó una gran impresión, en esa época se daba también mucho cine francés y a mi abuela le gustaba muchísimo el cine francés, creo que estaba enamorada de Charles Boyer, famoso actor de cine francés. Ella fue la primera que me llevó al cine, me llevaba también a ver películas italianas, y películas que son realmente muy importantes en la historia del cine. Pero ella no solo me llevaba al cine, sino que ella leía, y tenía libros en su mesita de noche y se acostaba, y es algo que yo actualmente hago, yo me acuesto y no puedo dormir si no he leído 30 o 40 páginas. Ella tenía, Los miserables de Víctor Hugo, Crimen y Castigo de (Fiódor) Dostoyeski, entonces había esa mezcla del cine con la literatura, gracias a ella soy yo quien soy. Porque esa formación me la inculcó desde niño, entonces desde pequeño aprendí a amar el cine y a amar la literatura”.
¿Qué es lo más hermoso que ha hecho?
“Vivir”.
Y, ¿sin qué no podría vivir?
“Sin mis libros, sin cine no podría vivir, y antes, los seres humanos, yo amo profundamente al ser humano, ellos son los que escriben, ellos son los que hacen cine, ellos son los que pintan, el ser humano es maravilloso, tiene cosas terribles, pero se transforma y es capaz de dar amor”.
A propósito de su cumpleaños, ¿podría hacer una retrospectiva de lo que ha sido su vida?
“Te digo que nací en 1931, el 10 de octubre y voy a cumplir 87 años y mi perrita que yo la tengo va a cumplir 3 años, ella nació el mismo día que yo, cuando la adopté me dieron los papeles y había nacido el 10 de octubre, entonces bueno ella tiene tres años y yo voy a cumplir 87 pero nos llevamos muy bien. Yo no me siento de 87, tengo buena salud, y estoy escribiendo una nueva obra que se llama Los Espíritus Animales, estoy preparando una nueva película que se llama Muñequita Linda, que es una obra de teatro de Luis Brito García, yo la monté en teatro y ahora hicimos una adaptación cinematográfica. Porque siempre estoy trabajando, con ese amor por el cine, por la literatura, por los seres humanos”.
Reconocido por todos
Román Chalbaud es uno de los mejores directores de cine de Latinoamérica y el mundo, su influencia no solo abarca el ámbito cultural, toca lo político, lo social y hasta lo religioso. Obras como Caín adolescente, El pez que Fuma, Cangrejo, El Caracazo, entre muchas otras, han influido enormemente en la memoria colectiva del pueblo venezolano, y es que el maestro dramaturgo y director Román Chalbaud es parte de la idiosincrasia venezolana.
Sus filmes se encuentran enmarcado en su mayoría en un género de ficción y crónica, que ha contribuido en gran parte a la construcción social de la realidad venezolana. A través de su obra, Chalbaud ha logrado atrapar la vida cotidiana de las personas y exponerlas de la forma verosímil, lo que ha permitido siempre crear una empatía con el público espectador.
Además, su cine muestra algunos tópicos de la realidad social venezolana, entre los cuales se puede mencionar la política, la corrupción, la delincuencia y la pobreza. Colocan estos tipos de fenómenos que aquejan a la sociedad y los pone en escena por medio de representaciones idiosincráticas de la vida cotidiana, y que de otro modo no sería posible mostrar.
Para el director argentino Fabián Pierucci quien realizó el documental Román en el Universo de las Maravillas, en entrevista realizada para un medio impreso, expresa que la obra del autor “lega un universo de extraordinaria belleza poética”.
Por su parte, el fotógrafo venezolano Félix Gerardi expresa “Chalbaud es de alguna manera nuestro cineasta del siglo pasado y de este, porque ha hecho un descubrimiento hermosísimo sobre la idiosincrasia del venezolano en todo sentido, sobretodo en La Gata Borracha, El Pez que Fuma, es una temática que él tocó en una época y luego fue cambiando y variando su línea de trabajo. En este momento La Planta Insolente es una maravilla de obra maestra sobretodo porque me parece que rompió todos los esquemas y fue como una ópera prima, porque cambio todo. Es importantísima su obra para nosotros, para la historia de Venezuela y para la historia de Latinoamérica, es fundamental, es un gran creador, mis respeto y cariño para el maestro”.
Un análisis profundo de las distintas etapas del cine de Chalbaud lo realiza el también director venezolano Roque Zambrano, “Roman es quizás el dramaturgo en el cine nuestro que voy a llamar latino caribeño, que ha construido un imaginario de variopinta y distinta clase de sus personajes en una obra que comprende la configuración de una visión compleja y extraordinariamente expresiva de lo que somos y representamos como cultura en el más amplio sentido de una cinematografiá emergente como es la latinoamericana caribeña”.
“Quizás deberíamos empezar por hablar de Caín Adolescente y de esa etapa de los años 50 todavía con una fuerte influencia del (Luis) Buñuel mexicano, de aquel Buñuel de Los Olvidados, luego está etapa de los años 60-70 donde fue considerado dramaturgo al lado de Cabrujas y Chocrón, de gran actividad teatral y también en la televisión en búsqueda de una nueva dramaturgia que se opusiera rotundamente al culebrón de la telenovela en boga para ese entonces de Delia Fiallo y otros”.
“Allí tenemos que encontrarnos con una de sus películas de mayor envergadura, El Pez que Fuma y en otras de sus obras como Sagrado y Obsceno, Los Ángeles Terribles, todas ellas configuradas desde la dramaturgia teatral. Luego casi hay un punto de inflexión de esta etapa Cabrujiana, llamémosla así, donde se crean nuevos personajes de nuestra mitología cinematográfica muy arraigada en lo urbano de nuestras ciudades en lo que se ha dado llamar las nuevas ciudades latinoamericanas. En ese contexto estos personajes son una mezcla de la tragedia de ser tránfuga, de tener que crearse y replantarse en la pertenencia de la violencia de nuestras ciudades tercermundistas y dependientes”.
“La quema de judas, conforma su tercera etapa como es la oveja negra de una nueva mitología ya de los urbano metropolitano y todas las características de lo que es nuestro entorno actual en su complejidad y su expresión múltiple y diversa en los distintos estratos sociales de nuestra población. Una burguesía dependiente, desnacionalizada, una clase media mediatizada y perdida en sus propias pretensiones y superficialidades, y un pueblo conformado por sus despojos con distintas expresiones de violencia y en sincretismo cultural religioso cotidiano de creación de sí mismos. En las pocas alternativas que le da un sociedad que lo excluyen y lo margina en lo azaroso de todo lo que sucede en esos años 70-80 en un país con una democracia saudita y falsa”.
“De allí este nuevo esplandor del Chalbaud en el nuevo frenesí y la nueva manía de ese otro gran dramaturgo con unas características del estudio de la hegemonía político-cultural de la Venezuela colonial y dilatadora, que es Luis Brito García donde entonces aparece Cipriano Castro, de un cine que crea nuevas posibilidades de comprensión y de cosmovisión de lo que fue y ocurrió en la Venezuela de principios del siglo XX cuando había intentos de invasión y de injerencia de las grandes potencias imperiales en nuestro país. Un Cipriano Castro estremecido y conmovedor porque lo miramos hacia adentro en las nuevas circunstancias que conforman la modernidad del imaginario del cine de ficción”.
“A mi entender y a mi gusto personal la película mas importante de Román Chalbaud es Días de Poder, y se lo debemos a un testimonio importantísimo del maestro Cabrujas sobre lo complejo, difícil y comprometido que es el sentido de liderazgo asumido desde el poder cuando se está en la lucha por ejercerlo y luego y cuando se ejerce, un sentido muy figurativo y particular latino-caribeño de cómo el poder se manifiesta en nosotros ademas de una manera muy trágica y muy dramática. Larga vida a Román”.
Sin duda, su trabajo artístico no pasa desapercibido y gracias a su gran talento y experiencia ha logrado marcar tendencia tanto a nivel nacional como internacional, inspirando a varias generaciones de creadores tanto en aspectos narrativos como estéticos.
Importante es destacar los reconocimientos que se le han concedido, entre los que se encuentran el Premio Nacional de Teatro en el año 1984 y el Premio Nacional de Cine en 1990. Chalbaud se ha convertido en el director de cine venezolano de mayor reconocimiento internacional gracias a sus grandes obras, siempre mostrando esa visión crítica de la realidad, con lo que ha aportando indudablemente a la cultura nacional.
El palmarés de Chalbaud
Filmografía:
Caín adolescente (1959), Cuentos para mayores (1963), Chévere o la victoria de Wellington (Cortometraje) (1971), La quema de Judas (1974), Sagrado y obsceno (1976), El pez que fuma (1977), Carmen la que contaba 16 años (1978), El rebaño de los ángeles (1979),Bodas de papel (1979), Cangrejo (1982), La gata borracha (1983), Cangrejo II (1984), Ratón de ferretería (1985), Manón (1986), La oveja negra (1987), El corazón de las tinieblas (1990), Cuchillos de fuego (1990), Pandemónium, la capital del infierno (1997), El Caracazo (2005)
Zamora: tierra de hombres libres (2009), Días de poder (2011), La planta insolente (2016).
Sus obras de teatro:
Los adolescentes (1952), Muros horizontales (1953), Caín adolescente (1955), Réquiem para un eclipse (1957), Cantata para Chirinos (1960), Sagrado y obsceno (1961), Las pinzas (1962), Café y orquídeas (1962), Los ángeles terribles (1967), El pez que fuma (1968), Ratón de ferretería (1972), El viejo grupo (1981), Todo bicho de uña (1982), Vesícula de nácar (1992), La magnolia inválida (1993), Reina pepeada (1996).
Lo hecho en Televisión:
Donde nace el recuerdo (1953), El cuento venezolano televisado (1954), Teatro en el tiempo (1954), La piel de zapa (1956), Crimen y castigo (1956), Niebla (1956), Marianela (1957), Bodas de sangre (1957), La hija de Juana Crespo (1973), La trepadora (1973 -1974), Boves el urogallo (1974), La comadre (1979), La historia del cine venezolano (1992), El perdón de los pecados” (1996), Nuestra Señora de Coromoto (1996), Guerra de mujeres (2001), Las González (2002), Amores de barrio adentro (2005).
Felicidades en su día
Quienes hemos tenido la dicha, el honor y el agrado de compartir de manera tan cerca con usted, deseamos que cumpla muchos más años haciendo cine, leyendo libros y amando humanos, siga trabajando en pro de la cinematografía nacional y mundial, ya posee usted una huella imborrable en la historia cultural de Venezuela, es pasado, presente y por siempre futuro de esta tierra que lo vio nacer. Felicidades Maestro Román Chalbaud, de parte de toda la familia del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía y de toda la comunidad que hace cine en el país.