El 11 de abril de 2002, 11-A, la marcha opositora más agresiva, que comandaban Guaicaipuro Lameda y Molina Tamayo, llegó hasta El Silencio, justo por detrás del Palacio de Miraflores, alentada por los medios de comunicación que no paraban de señalar que la “Batalla final era en Miraflores”, que nos raptaban las frases, como aquella “Ni un paso atrás”, convirtiéndose en la vanguardia del golpe de Estado.
Por: Indira Carpio Olivo y Ernesto J. Navarro (*)
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El pueblo bolivariano, que dos días antes mantenía una concentración a las afueras del Palacio presidencial, encaró a los fascistas. En esta parte de la ciudad, fue el único lugar donde el piquete de la Guardia Nacional permaneció en su sitio y no se retiraron como si lo hicieron en las inmediaciones de la avenida Baralt.
La marcha de la oposición vilmente conducida hacia Miraflores fue víctima de la planificación de la muerte por parte de sus líderes, quienes ni miraron a los lados para también acabar con la vida de los chavistas. Puente Llaguno quedó para siempre inmortalizado en la historia como el elevado en el que se anegaron las esperanzas de un pueblo.
La reconstrucción de la masacre que se produjo ese día demuestra que, francotiradores apostados en los edificios contiguos en la Avenida Baralt, dispararon en la cabeza a 19 personas. En total, se cuentan 85 muertos, 85 víctimas desde el 11 hasta el 14 de abril de 2002, según Guillermo Garróz, director nacional de Protección Civil en 2002, en declaraciones recientes para el diario Ciudad Caracas.
Pura pantalla
A pesar de las demostraciones audiovisuales que prueban el asesinato de estas personas, periodistas que todavía vemos en los medios de divulgación de información, acusaron a los círculos bolivarianos de estas muertes. Su premio por repetir una mentira fue convertirse en anclas de las principales televisoras de oposición al gobierno venezolano.
A Juan Barreto, periodista, profesor universitario y en ese momento diputado a la Asamblea Nacional por el Movimiento quinta república -MVR-, lo retrataron varias cámaras encaramado a un poste de alumbrado público, frente a ese grupo de compatriotas que contenían la violencia que subía por las calles desde El Silencio.
En entrevista para el programa radial que transmite Alba ciudad 96.3 FM (albaciudad.org), La Brújula del Sur, Barreto considera que el golpe de 2002 fue más que mediático “fue un golpe que combinó todas las herramientas con las que hoy cuenta el imperio. Y por supuesto los medios son herramientas y tecnología (…) El imperio habla de Guerra de Cuarta Generación y nosotros desde la lucha de los pueblos hablamos de Guerra Popular Prolongada”.
El uso de las tecnologías por parte de los poderes fácticos del mundo, en los procesos de desestabilización de los pueblos, son los medios para llegar a un fin último, en este caso la dominación de los recursos naturales, económicos de las naciones. “Los imperios los utilizan (los medios) y lo hacen muy eficientemente. Ahí tenemos los casos de Libia y Siria y las guerras contra Irak y Afganistán, por ejemplo”.
Para el comunicador y profesor universitario el uso de los medios en el arte de la guerra es de vieja data. “Los Clásicos ya hablan de ello. Sun Tzu lo sabía dos mil años antes de Cristo. A mí me lo han aplicado: Destruye la reputación de tu enemigo y triunfarás (…) Maquiavelo decía: El Príncipe no sólo debe serlo, sino debe también parecerlo, porque la opinión pública cuenta. Es decir, el manual nos lo aplicaron completo y los medios de comunicación de Venezuela fueron la primera línea, la línea de choque del Golpe”.
Para una nueva hegemonía
Según el también periodista y catedrático Earle Herrera, en la Venezuela actual más de 470 medios están en manos de empresarios y todavía tergiversan las informaciones referentes a abril de 2002, igualmente las que se refieren a la gestión del gobierno bolivariano.
Sobre la tenencia de los medios de comunicación en Venezuela, Barreto considera que “hay una lucha por la hegemonía y ésta pasa por la producción en la vida cotidiana, los productos que consumimos, los valores, lo que comemos (…) Tenemos que establecer una nueva relación con nuestra creencias y nuestra cosmovisión del mundo (…) romper en fin con las formas de dominio (…) Nuestro imaginario, nuestras maneras de producir discursos, el lenguaje tiene que ser alterado, subvertido y reclamado por una nueva forma de conciencia. Obviamente los grandes medios de comunicación deben ser transformados también”.
Control de los medios
El ex-alcalde metropolitano nos explica que “no se trata de un ejercicio autoritario, que el Estado o el partido le ponga la mano a los medios de comunicación y los convierta en una caricatura propagandística por desesperación tal vez, o falta de pericia en el manejo de la información. Significa desarrollar un cine nacional y una música nacional que no es sólo el zapateo.” Una manera de invadir los espacios simbólicos de la oligarquía, de la burguesía pasa por la transformación del fondo y también de la forma en la cual nos comunicarnos. Esa es la propuesta de Barreto.
“Yo veo a veces programación de nuestros medios de comunicación y es lo mismo que pasan en los medios privados pero pintao de rojo. No se trata de maquillar los grandes medios con fraseología, sino de inducir procesos de cambio y transformación profunda (…) Tú no puedes tener un canal de la burocracia. Un canal que sólo muestra lo que hace la burocracia y sus burócratas. Eso no puede ser un medio del Estado. Los medios tienen que estar en manos de las sensibilidades populares”.
Arsenal 98.1 FM y Ávila-Tv
“El presidente Chávez, a través de Conatel por supuesto, nos acaba de entregar la concesión para que la radio comunitaria Arsenal 98.1 FM del 23 de enero, sea explotada nacionalmente ¿Por qué? Porque esta radio comunitaria, en el área metropolitana, hecha por 3 ó 4 muchachos, está por encima de toda la red de radios del circuito nacional de medios públicos”.
El gordo, como cariñosamente le dicen, fue fundador de la televisora alternativa de corte juvenil Ávila-Tv, durante su gestión en la alcaldía. “La experiencia durante de tres años en Ávila TV, que se metió en el corazón de los jóvenes caraqueños, la destruyeron (…) Humildemente lo decimos, si uno confía en el pueblo, en la juventud puede hacer grandes transformaciones. No se trata de que nosotros seamos en lo individual seres geniales, el genio lo tiene el pueblo”.
Para escuchar las declaraciones completa, pulse en el siguiente link: