La cultura mexicana del siglo XX es rica en mensajes, personajes, actrices, actores, músicos que, sin duda, han influido enormemente en todo el continente americano. La generación de nuestros padres creció viendo cine mexicano. Hombres como Pedro Infante, Jorge Negrete, Cantinflas, entre otros fueron capaces de reflejar la cultura de su pueblo mucho más allá de sus fronteras. Tal vez nunca se imaginaron que sus actuaciones marcarían un legado generacional. Uno de los actores más destacados fue conocido con un nombre artístico que innegablemente se asocia con la risa: TIN TAN.
Por Marco Sarmiento
Germán Cipriano Teodoro Gómez-Valdés y Castillo, nació un 19 de septiembre del año 1915 en México. Es decir, en este 2020, hace apenas unos días, se cumplieron 105 años de su natalicio. Cambió de paisaje del 29 de junio de 1973, de cáncer. Vivió 58 años.
Con una genialidad extraordinaria, Tin Tan realizó 106 películas y grabó 11 discos, demostrando siempre una capacidad para reinventarse y recrear múltiples historias. Su manera de hablar, la excentricidad de sus personajes y en sus frases reflejaba el estilo del mexicano popular y eso, muchas veces, fue usado en su contra. Sin embargo, a la luz de la historia de su obra, Tin Tan fue un actor adelantado a su tiempo.
La cultura mexicana del siglo XX es rica en mensajes, personajes, actrices, actores, músicos que, sin duda, han influido enormemente en todo el continente americano. La generación de nuestros padres creció viendo cine mexicano. Hombres como Pedro Infante, Jorge Negrete, Cantinflas, entre otros fueron capaces de reflejar la cultura de su pueblo mucho más allá de sus fronteras. Tal vez nunca se imaginaron que sus actuaciones marcarían un legado generacional.
Uno de los actores más destacados fue conocido con un nombre artístico que innegablemente se asocia con la risa: TIN TAN. Germán Cipriano Teodoro Gómez-Valdés y Castillo, nació un 19 de septiembre del año 1915 en México. Es decir, en este 2020, hace apenas unos días, se cumplieron 105 años de su natalicio. Cambió de paisaje del 29 de junio de 1973, de cáncer. Vivió 58 años.
Con una genialidad extraordinaria, Tin Tan realizó 106 películas y grabó 11 discos, demostrando siempre una capacidad para reinventarse y recrear múltiples historias. Su manera de hablar, la excentricidad de sus personajes y en sus frases reflejaba el estilo del mexicano popular y eso, muchas veces, fue usado en su contra. Sin embargo, a la luz de la historia de su obra, Tin Tan fue un actor adelantado a su tiempo.
Que mal inglés
Considerado como pionero del spanglish, Tin Tan usó en sus películas una combinación de palabras entre el español y el inglés que en su momento no fueron bien aceptadas. Al respecto, el destacado José Vasconcelos Calderón (1882 – 1959), político y escritor mexicano, quien fuese llamado el “Maestro de la Juventud de América” dijo de él: “las rutinas de Tin Tan promueven el pochismo lingüístico a través de espectáculos mediocres, cuando no vulgares”. La palabra “pocho” significa huevo infértil, que hacía referencia a los mexicanos considerados “ni de aquí ni de allá”, es decir nacidos en tierras “gringas”.
El verbo de Tin Tan es sumamente fecundo. Tanto, que una de sus hijas, Rosalía Valdés, reconoce que cuando era niña usaba las palabras empleadas por su padre y eso le ocasionó problemas en la escuela. Versátil y crítico, Tin Tan, desarrolló historias donde la tragedia, la historia y la cultura convergen de múltiples maneras. Su lenguaje como “Pachuco” visibilizó al mexicano en el mundo de una manera distinta después de su trabajo artístico.
Actor, cantante, bailarín, entre otras habilidades lo convierten en un icono trascendental en la cultura popular. Su nombre artístico, en una pronunciación ligera, puede sonar teniendo otra connotación. Y es que hay combinaciones de palabras que aunque no se escriben igual ni signifiquen lo mismo, cuando se pronuncian parecieran ser las mismas. Y más, cuando son de origen anglosajona. Pero lo que aquí veremos es que Tin Tan no es lo mismo que Think Tank.
Think Tank
Para alguien que no maneje bien el idioma inglés, puede confundir el nombre artístico de Germán Valdés, con “think tank”. Esta combinación de las palabras en inglés pensamiento (think) y tanque (tank) es la expresión más pequeña de inmensa red de organizaciones que tienen un objetivo puntual: influir en el comportamiento humano.
Los think tank están funcionando desde mediados de los años cuarenta. En la actualidad hay muchas estructuras de este tipo repartidas en todo el mundo. Sin embargo, hay una instancia que ejerce el máximo control de estos “tanques del pensamiento” y es el Council on Foreign Relations (CFR), que se traduce como el Consejo de Relaciones Exteriores quienes son los “asesores” del Departamento de Estado del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, encargados de trazar la “agenda de trabajo” de dicha nación.
Ellos son el primer tanque pensante. Son la vanguardia de esta modalidad de guerra que vive el mundo. Son ellos los que respaldan las acciones injerencistas, guerreristas e invasivas de la economía, los conflictos bélicos y demás “políticas de negociación” que provienen desde Washington. Todo eso, para consolidar lo que Donald Trump ha promovido como “Estados Unidos Primero”.
Los think tank se conforman en una red de “intelectuales”, analistas y expertos que elaboran planes y proyectos los cuales se convierten en los objetivos estratégicos del gobierno norteamericano. Para lograr sus propósitos, contribuyen con el financiamiento de Organizaciones No Gubernamentales (ONG), fundaciones u organizaciones registradas como “sin fines de lucro” para poder permear en los territorios donde hay intereses económicos de sus patrocinadores.
Informes salvadores
Con la premisa de que todo está mal, los tanques del pensamiento elaboran exhaustivos informes para justificar invasiones para “auxiliar a los demás”. Recientemente, el señor Paul Angelo, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores para América Latina, describe en un “informe especial” titulado: “The Day After in Venezuela: Delivering Security and Dispensing Justice” (El día después en Venezuela: brindando seguridad y administrando justicia) expone lo que Estados Unidos hará para “ayudar a aliviar el padecimiento” de los venezolanos.
En dicho documento, dice que: “Estados Unidos debe anticipar tales consecuencias e identificar oportunidades para garantizar que cualquier transición produzca la restauración de la democracia”. Lo irónico de esta sentencia es que, si algo ha caracterizado a la sociedad venezolana es su voluntad democrática, pero para los “salvadores del mundo civilizado”, el país que vio nacer al más grande Libertador de territorios en el mundo, requiere de su humanitaria asistencia para superar la crisis que atraviesa, cuando en realidad todas esas acciones de agresión han sido concebidas desde sus grupos de destacados pensadores.
No me defiendas compadre
El mundo globalizado es, en cierta manera, obra de los think tank. A través de sus lineamientos imponen formas, estilos y comportamientos que van moldeando el pensamiento de los pueblos para luego poder hacer más sencillas sus intervenciones, disfrazadas de transiciones. Luego de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría, las potencias supremacistas han buscado siempre descalificar a los demás para ellos imponer su dominio.
Cada persona es un objetivo en esta modalidad de guerra. La cultura y todo lo que representa en la idiosincrasia de los pueblos es atacada. Es más fácil invadir cuando no hay resistencia. Por eso es importante comprender la dimensión del momento que atraviesa la humanidad. La carencia de recursos en los países de mayor consumo energético, convierten en objetivos de guerra a los países que tratan de desempeñar su propia autodeterminación, sin que nadie piense por ellos.
La dignidad es un valor intransferible. Cada pueblo tiene en su esencia ese vestigio originario que nos hace rebeldes y merecedores de trazar su propio destino. Al estudiar la obra de Tin Tan, vemos como él fue un revolucionario de su tiempo. Aún nos hace reír y también nos permite reflexionar. Por eso, en esos términos de incisiva ayuda humanitaria, es preferible mirar a la cámara del mundo y hacer como Tin Tan para decirle a los think tank: “No me defiendas compadre”.
Canto de Patria Grande
En la ciudad del crepúsculo dorado
Septiembre 27, del 2020
@cantourgente