Nos tiene acostumbrados a verla como a una jugadora que sabe resolver en el campo, especialmente en los momentos de mayor apremio, como lo hizo el lunes contra Camerún en el Mundial Femenino sub-17 de fútbol, en Jordania. Y no se trata sólo de que Deyna Castellanos marca goles, es la clase de goles. El lunes puso arriba a Venezuela con un tiro libre efectuado con maestría, que eludió la barrera y se coló por el ángulo superior izquierdo del arco camerunés, sin que la arquera tuviera posibilidades de interceptarlo.
En tiempo de descuento (minuto 93) Camerún igualó y luego de ese balde de agua fría, tras el saque desde el círculo central, Castellanos realizó un tiro que levantó a todos de sus asientos con un grito en la garganta “Gol”, y esa expresión de asombro que siempre dejan los hechos inesperados. El balón pasó por encima de la arquera y dio contra la red.
Desde entonces, en el Mundial y en Venezuela no han dejado de hablar de Deyna. “No soy venezolana ni por cerca, pero lo que grité el gol de @deynac18 no tiene nombre. Esos goles no tienen nacionalidad”, le escribió Sara Ferrer en su cuenta en twitter @sawyerferrer.
Era la única oportunidad que tenía el equipo vinotinto para encontrar el triunfo y ella la concretó en el momento justo y seguramente sin ningún temor. “Cuando uno falla, aprende a levantarse. Yo me levanto y eso me ayuda mucho”, ha señalado en otras oportunidades.
DESDE LOS CINCO AÑOS
La historia de Deyna en el fútbol comenzó cuando apenas contaba con cinco años de edad y el futbolista de la familia era su hermano Álvaro, cinco años mayor.
Una de esas tardes de práctica acompañó a su mamá y a su hermano, y mientras éste entrenaba ella tomó un balón y comenzó a golpearlo contra una pared, lo que fue observado por un entrenador que advirtió mucho talento en la forma cómo aquella niña manejaba la pelota, y se lo comunicó a Yrene Naujenis, la madre de la criatura.
Desde entonces el fútbol es parte importante en la vida de Deyna, nacida en Maracay (Aragua) el 18 de abril de 1999.
No obstante su corta edad acumula muchos triunfos y su participación aparece en las conquistas más importantes del fútbol femenino venezolano. En la capital aragüeña jugó en la Escuela Juan Arango. Siente mucha admiración por ese jugador, de quien recibió consejos. Entonces participaba en torneos de varones, no eran muchas las niñas futbolistas como para organizar una competencia exclusiva para ellas.
En 2012, con 13 años, fue llamada a la selección nacional, y en 2013, con 14, acudió al Campeonato Suramericano sub-17 en Paraguay, donde contribuyó con dos goles para la conquista del título. Un hito en la historia del balompié venezolano, pues se trata del primer campeonato avalado por la Confederación Suramericana que gana el fútbol criollo y que las clasificó para el Mundial de 2014 en Costa Rica.
Desde entonces no han cesado sus buenas actuaciones, con las que ha conseguido una gran proyección internacional.
Siguieron los Juegos Bolivarianos de Perú, también en 2013. Allí marcó tres tantos y regresaron con presea de plata. En Costa Rica, Deyna y Gabriela García, con seis, se convirtieron en las goleadoras y Venezuela terminó en el cuarto lugar, la mejor actuación de un equipo vinotinto en un torneo de la FIFA. En 2014 también acudió a los segundos Juegos Olímpicos de la Juventud, en Nankin, China. Continuó su ritmo imparable como artillera. Fue la goleadora del torneo con siete y Venezuela obtuvo presea de plata.
Esa temporada, con apenas 15 años de edad, fue llamada para la selección adulta que participó en la Copa América.
RETORNO AL SURAMERICANO Y MUNDIAL
En marzo de este año, con mayor experiencia, la jugadora maracayera retornó al Campeonato Suramericano Sub-17, que tuvo escenario en el estadio Metropolitano de Cabudare, Lara, donde el equipo revalidó el título y ella se adjudicó el trofeo como máxima artillera (12), asegurando su segunda participación en un Mundial, el que se desarrolla en Jordania.
En la final del torneo regional en suelo larense, contra Brasil, Deyna consiguió el único tanto del partido en un estadio con 40 mil aficionados.
Aunque sus proyectos apuntan hacia Europa, donde espera hacer carrera como jugadora profesional, desde mediados de este año comenzó sus estudios de Comunicación Social en la Universidad Estadal de Florida (EEUU), en la que juega con el equipo Seminoles que representa a su institución universitaria, del que ya se ha convertido en la goleadora.
VAN 32 GOLES
Con los dos tantos que consiguió contra Camerún ya son 32 goles los que ha logrado en torneos internacionales con la selección nacional, una cantidad que puede aumentar el viernes cuando el conjunto venezolano se mida al de Canadá en lo que será su último partido de la fase de grupos.
De esas dianas, ocho las ha conseguido en mundiales de la categoría sub-17 (tope para una jugadora), división de la que se despedirá en Jordania, por lo menos en cuanto a torneos de máximo nivel.
El director técnico le ha sugerido que use la camiseta número 10, pero ella está identificada con la 9, un dígito que multiplicado por dos da como resultado su fecha de nacimiento (18), además es el que ha llevado desde que se inició en este deporte, sin el cual ahora no imagina su vida, y sin el que ya es complicado imaginar a la deportista aragüeña.