El programa de Gobierno de José Antonio Kast, el candidato presidencial que el domingo ganó la primera vuelta presidencial en Chile, incluye propuestas ultraderechista que van desde la liberación de represores condenados por delitos de lesa humanidad hasta la eliminación del derecho al aborto por causales, así como la construcción de muros en las fronteras con Perú y Bolivia.
Prensa VTV
A lo largo de 57 páginas, el documento registrado en el Servicio Electoral apuesta por “una derecha sin complejos” que defienda abiertamente su ideología y deje de querer “caerle bien a todo el mundo” y que no le importe “herir las susceptibilidades de nadie”, reseñó RT.
En sus declaraciones, Kast defiende al sanguinario dictador Augusto Pinochet y se niega a reconocer que encabezó una dictadura. En su programa reivindica de manera reiterada al Ejército y promete que pondrá “orden” y combatirá “la inseguridad, el narcotráfico y el terrorismo”.
Además, abiertamente descalifica a los colectivos indígenas, de mujeres y diversidad sexual y a la migración.
“Flexibilizar” el empleo
La agenda de Kast también propone la “flexibilización laboral” para que las empresas despidan a trabajadores, así como un drástico ajuste del gasto público que implica la eliminación de ocho ministerios, entre ellos el de Mujeres y Equidad de Género.
A pesar de que Kast fundó el Partido Republicano, su programa de Gobierno no evidencia el respeto republicano a la independencia de poderes. De manera reiterada advierte que los congresistas que voten en contra de sus iniciativas estarán votando en contra de los chilenos.
Aún más, plantea incluso la reducción de curules en las cámaras de Diputados y Senadores porque “el Congreso es muy grande”.
Abandonar educación sexual
Por otra parte, apuesta por eliminar la “ideología de género” en las escuelas públicas, es decir, la educación sexual integral, y a cambio reforzar la educación religiosa y “los valores” para fomentar “el desarrollo espiritual” en los niños y ofrecer subsidios para incentivar el aumento de la natalidad.
A pesar de que su plan de Gobierno responde a las premisas de la extrema derecha, Kast se ha resistido a que lo califiquen como “ultra” ya que, afirma, solo se ajusta al “sentido común” para enfrentar a “la izquierda, la élite política y la opinología” en Chile.
El esfuerzo de mostrarse moderado chocó este martes con el escándalo que provocó Johannes Kaiser, un diputado electo por el Partido Republicano fundado por Kast, y que en solo 29 segundos evidenció su machismo y xenofobia al cuestionar la validez del voto femenino. “Esas mujeres que tienen miedo de que inmigrantes las pueden violar, votan por los partidos que están trayendo a esa gente”, reclamó.
Pero más allá de las declaraciones controvertidas de los militantes de este partido, que serán recurrentes en las próximas semanas, el programa de Gobierno deja en claro cuál es el proyecto que Kast pondrá en marcha si gana la segunda vuelta que se realizará el próximo 19 de diciembre.
Seguridad
El documento asegura en un tono alarmista que la gente en Chile “vive encerrada en sus casas, camina con miedo por las calles” porque “la delincuencia no es solo un problema; es una epidemia”.
Anticipa, además, que habrá una mayor represión a la protesta social que -bajo Sebastián Piñera- ha padecido de manera permanente la violencia estatal en el país sudamericano.
“En las calles, ya no hay autoridad que detenga las marchas violentas y el festín que hacen los encapuchados (…) no hay ningún solo responsable por esas alteraciones del orden público. En la Araucanía, no existe Estado de derecho y la quema de fundos son verdaderos actos de terrorismo”, acusó el candidato.
Promete “un respaldo total y absoluto a las fuerzas de Orden y Seguridad” que incluye aumentos presupuestarios.
“Lo digo con orgullo. Yo no le tengo miedo a los militares y nadie debería tenerlo; todo lo contrario”, afirma al anunciar que enviará a militares a la Araucanía para combatir a “los terroristas”, como suele calificar a los colectivos indígenas que reclaman propiedad de las tierras y otros derechos.
Derechos humanos y política exterior
Ferviente admirador de la dictadura pinochetista (1973-1990), el candidato no oculta su intención de liberar a criminales de lesa humanidad que formaron parte del gobierno dictatorial, condenados por secuestros, torturas, asesinatos o desaparición de más de 30.000 víctimas.
“Para ellos no existe la aplicación imparcial de las leyes. Es evidente que existe más sed de venganza que de justicia. Por eso, en uso de las facultades legales y constitucionales del Presidente de la República, nuestro gobierno terminará con los abusos más graves mediante el indulto inmediato a quienes hayan sido condenados en virtud de ficciones legales“, afirmó.
Por eso propone impulsar “el final de la transición política” mediante “la igualdad de todos ante la ley”, que incluye un nuevo trato “a los militares privados de sus derechos humanos fundamentales” porque “son los únicos chilenos que siguen pagando por la trágica crisis política de 1973”.
En ningún momento reconoció que “la crisis política de 1973” fue un golpe de Estado perpetrado por Pinochet.
Fronteras “con barreras físicas”
Con respecto de las fronteras, critica enfáticamente los añejos reclamos de Bolivia para recuperar una ruta que le permita tener salida al mar Pacífico.
A semejanza de Donald Trump, que propuso erigir un muro entre México y EE.UU., Kast anuncia la construcción de “barreras físicas donde se requiera” en la frontera con Bolivia y Perú, para “apoyar el trabajo policial y contribuir a frenar el narcotráfico y el contrabando en la frontera”.
En materia de política exterior, el candidato ofrece romper relaciones diplomáticas con Venezuela y Cuba y priorizar la Alianza del Pacífico en contra del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
“Valores”
El programa de Kast incluye un amplio capítulo para criticar lo que la derecha ha bautizado como “ideología de género” para referirse a las luchas feministas y de diversidad sexual, el derecho al aborto y el matrimonio igualitario y la educación sexual integral.
Por eso anuncia que, si gana la presidencia, revertirá “de manera inmediata”, la despenalización del aborto por tres causales (violación, si está en peligro la vida de la madre o inviabilidad del feto) que se aprobó en 2017.
“Junto con ello, presentar una agenda de soporte permanente y aprobar los recursos necesarios para apoyar a las madres y familias que tienen que llevar adelante embarazos no deseados o complejos”, anticipa.
Religión para impedir “adoctrinar”
Además, pondrá en marcha un programa de monitoreo que “promueva a la familia y el derecho de los padres a educar a sus hijos”, y otro para reforzar el rol de las iglesias cristianas en la educación pública y su presencia en el Estado en general.
“Abriremos Oficinas de Asuntos Religiosos en todas las Intendencias y fomentaremos su creación en Municipios, elevando además el nivel jerárquico de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos dentro de la estructura del Estado”, asegura.
En ese sentido, derogará la reforma educacional para facilitar que los “valores” queden en manos de los padres de acuerdo con sus propias convicciones. “Los programas y contenidos del currículum que constituyan propaganda o apoyo al aborto y las ideologías de género serán eliminados”, advierte.
Por el contrario, todas las escuelas y liceos públicos de Chile deberán contratar de forma permanente a un profesor de Religión para impedir que se “adoctrine” a los niños.