Luchador, defensor de la clase trabajadora, pensador y comunicador. Todas estas dimensiones definen a Luis Villafaña, su trayectoria como dirigente social y la estrecha conexión que mantuvo con sus compañeros del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional de Venezuela y de Servicios de Bibliotecas (IABNSB), quienes lo recordaron este martes en un conversatorio realizado en la plaza que lleva el nombre de este promotor de la acción política, en las áreas externas de la institución.
Texto: Prensa Biblioteca Nacional
Con el nombre “Luis Villafaña: irreverencia y pensamiento”, la actividad congregó a amigos y familiares del “Negro Hereje”, como se le llamaba cariñosamente, para escuchar a Armando Longart, Carlos Lanz, Martín Villarroel e Iván Padilla Bravo, quienes analizaron entre anécdotas y reflexiones la influencia e impacto del pensamiento de Villafaña, a propósito de cumplirse 11 años de su partida física.
“Luis era un hombre de verbo y acción. En su verbo entusiasmaba a los demás con sus propuestas, que eran cumplidas con sus acciones”, relató Longart, el director de la Sala de Orientación y Referencia del IABNSB, quien agregó que hablar de Villafaña es también referirse a un hombre que siempre defendió las causas sociales y entendió el rol que juega la Biblioteca Nacional, a la que ingresó como trabajador en 1986.
Por su parte, el sociólogo Carlos Lanz habló sobre la vinculación del Negro Villafaña con las corrientes marxistas y la influencia del constructivismo en él, así como su vinculación con los procesos populares que se vivieron en las últimas décadas del siglo XX.
Lanz nutría sus conocimientos sobre el marxismo con pensadores rusos y alemanes. Al conocer a Villafaña, que era licenciado en Filosofía, también llegó a las teorías del escritor José Carlos Mariátegui, pues el Negro estudió la obra del peruano.
“Yo conocí a Mariátegui por la vía del Negro. Yo venía de un proceso de años de estudios del marxismo estando preso en el cuartel San Carlos, pero yo tenía la interpretación del marxismo político”, y el conocimiento de Mariátegui amplió la compresión sobre esta corriente, gracias a “la impronta, la huella que le puso el Negro en la elaboración de su trabajo”, expresó.
Martín Villarroel, otro de los ponentes, recordó a Villafaña como un referente en la construcción del nuevo poder desde los sectores populares. En ese ámbito, planteaba la cuestión nacional y el antiimperialismo, aspectos que hoy quedan reivindicados en las líneas de acción de la Revolución Bolivariana.
“El Negro nos planteó una lectura que no hacíamos, que era la lectura de la cuestión regional”, refirió Villarroel, que también destacó el compromiso de Villafaña con la movilización del pueblo, pues “no hay forma de vivir la militancia política si no se vive entre la gente”.
A esos elementos, el luchador social sumó como otro aspecto vital a la formación ideológica: la defensa de la verdad, porque acabar con ella era apuntalar la manipulación.
Y la defensa de la verdad también se vincula con la labor comunicacional, otro ámbito que resaltó en la labor de Villafaña. Al respecto, el periodista Iván Padilla Bravo indicó que el autor de “Secuelas Imperiales” poseía el filón comunicacional que todo revolucionario tiene.
Padilla Bravo, que se reencontró con Villafaña en la Biblioteca Nacional, indicó que el Negro se identificó siempre con aquellos que estaban en la búsqueda de la libertad. “Lo hacía desde lo pequeño”, pues “siempre andaba conspirando”, como definía sus acciones para promover el debate y la confrontación de ideas.
“A veces desde la culturización lúdica empujaba a grupos hacia cosas más grandes”, relató el comunicador, quien se comprometió a seguir estudiando la obra de Villafaña e invitó a seguir promoviendo las ideas del autor de “Revolución en la revolución” y “Mariátegui y la Revolución Bolivariana”.
T y F: Prensa Biblioteca Nacional