Desde el primero de junio, varias localidades del país, se prepararon para una de las fiestas tradicionales más importantes, se trata de San Juan Bautista, el que todo lo tiene y todo lo da, pero tienes que rezar, diría los de Curipaya. 23, 24 y 25, fueron los días de furor para que en algunos lugares celebraran su cumpleaños y en otros su nacimiento, en cualquiera de los casos, con el retumbar de los tambores y miles de devotos que además apuestan por que estas fiestas, sean declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, por la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Texto: Alba Ciudad (Angie Vélez)
Estas fiestas, vienen dada de la llegada de los negros esclavizados raptados por los españoles, estableciendo en el proceso sincrético junto a la influencia hispana, la estructura que actualmente se conoce como las fiestas de San Juan Bautista, impuesta además por la iglesia católica en el proceso colonial, como forma de dominación hacia estas personas y los aborígenes venezolanos, así lo detalló, el antropólogo en el área de investigación, promoción y difusión de danza tradicional, Eduardo Omaña, en entrevista para Alba Ciudad.
En ese sentido, aclaró que la influencia de la manera de expresar las devociones y la musicalidad que acompaña esta expresión cultural, es netamente afro, sin embargo existen elementos indígenas que se verán en otras expresiones culturales como las maracas, un instrumento de percusión, pero de tipo aborigen.
“Todo alrededor de la forma de los cantos, golpes de tambor, estructura de los tambores y hasta las posturas para bailar, son estrictamente afrovenezolanas”, detalló Omaña.
Cultores, creadores, cronistas y devotos, trabajan para elaborar el expediente que será introducido ante la Unesco, de forma que sea declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad. En todo el país, se celebraron estas fiestas, pero son cinco estados los introducidos en este expediente, ellos son: Miranda, Carabobo, Aragua, Vargas y Yaracuy.
Miranda
Los tambores más sonados son los del pueblo de Curiepe en el Estado Miranda, un pueblo que celebra desde el inicio del repique el 1ero de junio, hasta el día 23 en espera de las noche más larga del año que es el 24, cuando celebran el cumpleaños de San Juan, para luego el 25 cumplir con el encierro y prepararse una vez más para el siguiente año.
El también profesor de danza, explicó que en la población de Barlovento, se utiliza el tambor mina, llamado así porque los primeros afrodescedientes que llegaron esclavizados en esa zona, trabajaban en las minas, siendo su expresión más antigua del contexto mirandino.
Detalló que es un tambor acuñado para sostener y afinar el parche que tiene, es de aproximadamente cuatro o cinco metros, montado en unas orquetas de un ángulo de 45 grados. Este es golpeado en el cuerpo por varias personas y en lo que llaman la boca, va una persona repicando.
El mina, va acompañado rítmicamente por la curbata, un tambor más pequeño que va parado, y forma parte de los más representativos en estos pueblos del estado Miranda, como Mamporal, Tacarigua, Curiepe, Caucagua, Tapipa, Río Chico, entre otros.
El culo e´puya también es popular en estos pueblos, se trata de tres tambores: cruzao, pujao y la prima. Su nombre se debe a la escritura interna, para apoyarse del suelo, “este sí varía en el canto, en el baile, las tonadas que se utilizan durante el canto y la forma de tocarlo dependiendo de la localidad”.
En cuanto a los materiales para la ejecución de los instrumentos, Omaña explicó que a diferencia de África, hay una variante muy importante y es que allá utilizan más la caoba, en Venezuela se utiliza más el árbol de aguacate si se habla del mina y la curbata, lo que hace que sean menos pesados que los tambores africanos.
Saliéndose de las costas mirandinas, está la localidad de Guatire, donde tocan dos tambores parecidos a los culo e´ puya, acompañado de un redoblante incorporado a mediados del siglo XX que se toca con baquetas o palitos de guayaba muy delgados.
La Guaira
En el estado la Guaira, hay una gran variedad, se puede encontrar el tambor pipa, el burro negro y el cumaco. Sin embargo, a lo largo de todo el estado se pueden conseguir más variantes.
Omaña, agregó que las pipas son unos barriles de madera que en los tiempos coloniales usaban para trasportar especies, y que luego lo utilizaron para transformar en tambor. Mientras que el burro negro, es muy parecido al largo del tambor mina pero va acostado en el piso, “En la zona de Carallaca, Tharma, utilizan el cumaco, todo va a depender del diámetro de la boca del tambor y va a tener un funcionalidad dentro de la poli ritma. La funcionalidad dentro de la estructura de tocarlo va a variar”, explicó.
En ese mismo sentido, detalló que todos estos tambores de la Guaira, tienen una características y es que la mayoría se golpean en la madera para formar parte de la rítmica. También se agrega la guarura como símbolo de las costas.
Aragua
En Maracay estado Aragua, el ritmo sale de dos cumacos tocados por una sola persona en la boca del instrumento, mientras que en la parte del cuerpo, hay varias personas tocando los laures.
En Aragua al igual que en la Guaira, se agregan instrumentos como la charrasca, desde hace unos 50 años para acá.
Las zonas por excelencia san juanera de Aragua, es desde Ocumare de la Costa y todos sus pueblo, Choroní, Chuao, pueblos con bastante influencia afro.
Carabobo
En esta localidad la influencia más grande se da en Puerto Cabello, específicamente en la zona de Borburata, paseándose por Goaigoaza, Rancho chico y San Millán, este último con mayor proyección nacional y local.
Omaña, detalló que el repique de los cumacos viene acompañado de una trilogía: la campana, el clarín y el redondo, sumado de la charrasca de metal parecida a la que usan los gaiteros.
“Vamos a encontrar una variante, en cómo se toca en Patanemo a diferencia del resto de las localidades cercanas a Puerto Cabello y todas las zonas devotas a San Juan, pero sí es muy parecido la forma de tocar, solo una variante entre San Millán y Guaiguaza por ejemplo”, especificó Omaña.
Yaracuy
Golpeao, es el ritmo para el estado Yaracuy, sale de varios barriles pequeños y dos o tres cumacos, acompañado de las maracas, golpe en la boca y cuerpo del tambor. Los encargados de tocar los laures, juegan un papel súper importante “llevan la base rítmica, es muy importante tener a un buen palistero”, aseguró Omaña.
Para el caso de la construcción de los laures, explicó que el árbol que se usa, es el de guayaba y el palo de vera, cumpliendo al igual que con los otros instrumentos, un proceso de curación “se corta en menguante, porque si lo cortas en creciente, el árbol tiene mucha humedad y cuando lo cortan en la fecha que no es, tienden a partirse más rápido”.
El canto de Sirena
Son cantos divinos a capelas que se verán desde Aragua hasta Yaracuy, asociados directamente con la devoción de San Juan, dándole gracias y hablando de la parte de la vida de este santo, a cargo de aquellas personas encargadas de darle estabilidad a la tradición
El pañuelo y las banderas
Cuando se baila y se le canta a San Juan, por lo general usan unos pañuelos, no es más que una forma de hacerle saber al santo que todo lo tiene y que todo lo da, que el que tiene el atuendo está presente y así llamar la atención del santo.
Las banderas se usan desde La Guaira hasta Yaracuy, son para acompañar en el recorrido que hacen alrededor de la comunidad, se dice que representan las mariposas de junio “cada localidad va a tener su expresividad. En algunos lugares celebran el nacimiento de San Juan, en otros el cumpleaños”.
El antropólogo Ricardo Omaña, recordó que la mayoría de nuestras tradiciones culturales forman parte de la resistencia que hicieron nuestros antes pasados al proceso colonial, nuestra descendencia afro, aunque los españoles hayan impuesto su cultura, pero la forma que predomina en el venezolano es afro, “somos venezolanos pero tenemos nuestra descendencia africana, está en nuestros genes, está en nuestra forma de ser. Esta forma de expresarse, tanto en los tambores, como en los cantos y bailes, es la manera de decir que estaban vivos”.
Para cerrar, resaltó la importancia del saber de nuestra historia, ya que se encontrarán elementos políticos que llevarán a entender los procesos sociales que vivieron, de igual forma cómo llegaron a establecerse los códigos comunicacionales a través de los cantos y los toques del tambor.