El atardecer caraqueño del jueves 31 de Marzo fue el telón de fondo para conocer a los ganadores del segundo concurso de relatos cortos “Chávez en 100 Palabras”. La actividad realizada en la Casa de las Primeras Letras Simón Rodríguez y convocada por Fundación La Bicicleta, estuvo enmarcada en la conmemoración del tercer año de la siembre del presidente Chávez.
Texto y fotos: Nota de prensa
Tras la lectura de los 485 relatos que concurrieron a la convocatoria, el jurado anuncio los relatos ganadores:
- Primer lugar “El patrullero” de Carlos Duque (Caracas)
- Segundo lugar “La semilla que vuelve” de Katherine Castrillo (Caracas);
- Tercer lugar “Chávez en Grulla” de Rafael Rodríguez Vergara (Portuguesa)
- Y otorgó una mención especial al cuento “Arañando conciencias” de Joel Arturo Plerluissi (Guárico)
Fortaleciendo el concepto y la importancia que el arte y la cultura tienen en todo proceso de transformación social, “Chávez en 100 palabras” se erigió como una verdadera fiesta de la palabra con contenido social. Si bien la convocatoria estuvo orientada al país, es dable señalar que llegaron relatos de Colombia, Chile, Nicaragua y España, lo que otorga a la Fundación La Bicicleta nuevos desafíos para la próxima edición del evento, pensando en la internacionalización del mismo.
Cabe destacar que el premio principal fue donado por el empresario bolivariano José Gil de la empresa GIL TEX
En el acto de premiación, la fundación La Bicicleta anunció que se está preparando una edición, en el mismo formato del concurso, con la figura del libertador Simón Bolívar.
A continuación los cuentos ganadores:
Primer lugar “El patrullero” de Carlos Duque
Cuando terminaba una fiesta de joropo, contaba que él había visto de frente al caimán, que era tan grande que tenía una palmera en el lomo. Esa madrugada iba de regreso al comando, con dos de sus soldados. Uno le dijo: –Capitán Chávez deje de estar diciendo esa vaina del cocodrilo, mire que los coroneles cuando se echan tragos se burlan de usté, y que inventa vainas que no existen. Se detuvo volteo la vista y le dijo: –Mire soldado. El Patrullero no existe, pero la igualdad tampoco, oyó. Pero si tenemos voluntad seguro podemos verla directica a los ojos.
Segundo lugar “La semilla que vuelve” de Katherine Castrillo
Una flor de saqui saqui cayó sobre el vientre de Elena. Y en su centro, espeso y tibio, creció una raíz. Este niño no había nacido y ya se parecía a la palabra abundamiento, a semilla estallada en julio. Sus manos estaban hecha de barro dulce, y el pecho de semerucos y ciruelos. Su abuela, su mamá vieja, cuando le vio el adentro supo que algo grande se levantaba sobre la sabana del mundo. Floreció un febrero, y nos volvimos inagotables pedazos de su raigón. En marzo volvió al río Apure. Sentado en una sillita dijo yo tengo que volver.
Tercer lugar “Chávez en Grulla” de Rafael Rodríguez Vergara
Chávez allí no había sido visto nunca. Ni siquiera en televisión, pues televisión no había. Era muy natural y sencilla la vida en la comunidad piaroa “Caño Grulla”, perteneciente al Amazonas venezolano. Foto o dibujo del Arañero de Sabaneta era imposible encontrar en “Caño Grulla”, pero el día que Hugo Rafael se fue a encontrar con los ancestros, todos y todas allí lo lloraron como si siempre hubiese estado entre los árboles. En “Caño Grulla”, aún no se sabe de relojes o aniversarios. Sin embargo saben con precisión de un tiempo maravilloso llamado “Chávez” que apenas comienza y es bueno.
Mención especial. “Arañando conciencias” de Joel Plerluissi
Cabina de radio, 1996, olor a café, revuelo por la presencia de aquel hombre que había despertado a un país con aquel “Por ahora” y respuestas parecidas a un filoso cuchillo caliente cortando mantequilla. – Comandante Chávez, ¿cómo va a defender usted que el presidente de Pdvsa en estas circunstancias debe tener menor salario?,… siendo una empresa tan importante que mueve tanta cantidad de dinero, eso incita la corrupción. – Óigame compadre, eso es envilecer la moral y si es por lo importante, entonces cuanto tendría que ganar un maestro de escuela. Silencio….largo silencio que se sentía como arañaba las conciencias.