Para hablar de estética en este proceso revolucionario, primero habría que tener clara la ética del mismo. Por eso, para hacer comunicación revolucionaria, para poder transformar la realidad, hay que entender primero que somos el mismo pueblo que está en proceso de transformación. Es decir, nos comunicamos a nosotros mismos como pueblo. Así lo expresó Cristina Blondel, de la televisora comunitaria merideña Tatuy TV, durante la mañana de este jueves 27 de agosto, en una nueva edición del Foro Permanente de Pensamiento y Acción, en las instalaciones de la Biblioteca Nacional de Venezuela.
Prensa MPPC (Texto: Juan Ibarra)
El tema convocante, al igual que el pasado mes, era la estética y el cuestionamiento sobre su participación en la Revolución Bolivariana, en las prácticas revolucionarias en general y, en este caso, a través de los medios de comunicación.
Fabricio Martorelli, también de Tatuy, resaltó algunos elementos que considera centrales para organizaciones o comunicadores que pretendan ser agentes transformadores de la realidad: la vinculación con las luchas, con los procesos que retratan; y el compromiso con la verdad, ante lo cual recordó al Comandante Hugo Chávez como pionero en la política y la comunicación, con la verdad como punta de lanza.
Finalmente, la ruptura con la mentira de la comunicación burguesa, que plantea una supuesta objetividad. “No hay discurso inocente”, resaltó al respecto, pues todo hecho discursivo tiene una finalidad. Ésta, en el caso de Tatuy, es ser consecuente con la verdad de la clase que busca emanciparse y construir el socialismo bolivariano.
Por su parte, Giuliano Salvatore, de la Cooperativa La Célula, aseguró que el colectivo fundamenta su hacer audiovisual en la conciencia de su chavismo y, en consecuencia, de su interlocución con ese movimiento.
En ese sentido, reivindicó a Chávez como el que desmonto la vergüenza que las clases dominantes impusieron al pueblo de reconocerse como tal: vendió aspiraciones de emular a la clase dominante, a través del discurso de la televisión, el cine, la publicidad. Y Chávez llegó al poder, rompió los protocolos y fue pueblo. Eso debe reflejarse en el hacer comunicacional que busca apuntalar la construcción colectiva de sentido, para ganar la batalla de la subjetividad.
Eso sí, no buscando la representación, ni el perfeccionamiento de emular las prácticas del pueblo, sino la participación. Es decir, formar parte, ser una de las tantas voces que participa del hecho político de hacer comunicación.
Esto responde a algo que considera esencial: no son cosas diferentes la práctica revolucionaria y la estética. “En todo caso, son dos orillas de un mismo río, pero es el mismo río”.
En el panel también estuvo Alberto Alvarado, del colectivo Gente Chavista, para quien reiterar las ideas expuestas por el resto no significaba redundar, sino una muestra de que “todos estamos en el mismo músculo y en el mismo movimiento”.
Roberto Malaver, de la Agencia Venezolana de Publicidad, completó el panel y fue enfático en una idea: “El chavismo tiene que sorprender” en lo comunicacional, debe ser creativo e imaginativo.
El Foro Permanente de Pensamiento y Acción se realiza todos los meses, y esta séptima edición continúa este viernes 28 de agosto, nuevamente en la sala Hugo Chávez de la Biblioteca Nacional, para profundizar nuevamente sobre la estética en la Revolución y los medios. Los panelistas son Jefferson Parra, por el colectivo merideño Fuga Muralista; Orlando Monteleone, del Centro Nacional de Fotografía; Emira Brito, por la Misión Cultura; Edgar González, de la Fundación Museos Nacionales; y el presidente del Centro Nacional del Disco, Claudio D’Amico.