Los días 20 y 21 de junio a las 5 de la tarde, la compañía Teresa Danza Contemporánea, creada recientemente por la Fundación Teatro Teresa Carreño, debutará por primera vez en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, con la pieza Serifotes del coreógrafo y bailarín Félix Oropeza, en esta presentación estará como invitada la agrupación Agente Libre con la pieza La Señora Venus y el Diablo.
Texto: Angie Vélez, Alba Ciudad
Para abrir espacios en la ciudad capital para la danza contemporánea, el público presente podrá disfrutar de dos presentaciones con contenidos diferentes. Las entradas de estas dos funciones podrán se adquiridas en las taquillas del teatro.
Oropeza, en un contacto telefónico realizado en el programas Son Ara, que el Instituto de Artes Escénicas y Musicales (IAEM) realiza en la emisora Alba Ciudad 96.3 FM, aseguró que esta compañía basa su filosofía en la diversidad de tendencias o técnicas de la danza contemporánea y otras técnicas de danza. “Estamos en un proceso de cómo podemos descolonizar el cuerpo a través de la danza contemporánea. Cómo ese cuerpo, siendo venezolano-caribeño, puede bailar más allá de que este arte escénico sea manejado por técnicas foráneas más europeas”, expresó Oropeza.
Teresa Danza Contemporánea es una compañía nueva que cuenta con 14 bailarines, integrado por Luigiemar Gómez, Karen Rodríguez, Ronny Méndez, Daniela Mambie, Luizaida Chirinos, Brian Landaeta, Greissy Vecchionacce, Yarua Camagni, Saima Rada, Javier Seijas, Gustavo Gámez, José Daniel Araujo, Karla Medina y Bernardette Rodríguez, todos de distintas tendencias, tanto de la danza contemporánea como del ballet y la danza urbana.
Es una compañía que piensa involucrar no solo coreógrafos venezolanos, sino también internacionales. Oropeza, quien también es el director de la compañía, aseguró que están en “ese proceso de investigación y eso es lo que vamos a intentar y a trabajar este fin de semana y durante todo el año”.
Por otra parte, La Señora Venus y el Diablo es una pieza poética que da sentido al transcurrir de la vida cotidiana, “sobre los caminos emprendidos hacia nuevos derroteros que auguran un porvenir mejor y sobre el posible retorno antes de iniciar el viaje”.