El Congreso Internacional “Inventar la Democracia del Siglo XXI: Derechos Humanos, Cultura y Vivir Bien” comenzó este jueves 21 de mayo en diferentes estados del país. En el estado Falcón se realizó en cuatro sitios diferentes. En horas de la mañana, las mesas de trabajo se concentraron en el Hotel Escuela Todariquiva, en el Centro Histórico. En la tarde, se trasladaron al Museo de Arte de Coro, al Instituto Patrimonio de Coro y a la Casa del Sol. Los foros y debates se realizaron simultáneamente en cada lugar. Los ponentes asistentes fueron: el médico Alirio Meléndez, quien es asesor científico en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic); Celsa Acosta, editora de El Nuevo Semanario; Armando Gagliardi, el director del Museo de Arte de Coro; el ingeniero civil Víctor Piñero; y Merlin Rodríguez, directora general del Gabinete Estadal de Cultura en Falcón.
Prensa MPPC (Roxana Parra / Franyi Sarmiento)
La discusión se centró en la soberanía del pueblo como solución a la crisis capitalista. En este sentido, las mesas han sido una oportunidad para reconocer dificultades y encontrar las posibles respuestas, desde lo tecnológico, lo académico y lo científico, además desde lo cotidiano del mismo pueblo, que aporten a la transformación y a la construcción de la Patria.
Víctor Piñero, escritor del libro Vivienda experimental en tierra tecnificada, quien viene realizando un trabajo de investigación con las comunidades, arguyó: “Es importante tomar en cuenta lo que significa el desarrollo de los pueblos, de cómo por nuestra propia tecnología y nuestra propia ciencia podemos asumir un gran papel en el mismo desarrollo del país. Considero que este elemento, que implica generar conocimientos propios, es necesario llevarlo a cabo en todos los ámbitos, tanto educativo como empresarial y público, porque eso nos va a permitir construir ciertos aspectos que nos llevarán a elevar el compromiso con la Patria, a construir aflojándonos la idea de país rentista y de cultura dependiente de otras culturas. Uno de los elementos claves para hacerlo es, primero, la conciencia y, luego, la educación. Si no nos educamos a nosotros mismos y luego educamos a los demás, no podremos lograr elevar nuestra conciencia; y por supuesto que no tendremos independencia, seguiremos más bien dependiente científica y tecnológicamente”.
En las mesas de trabajo se debatió la idea que se tiene de apartar el crecimiento científico y tecnológico del común, pues este desarrollo no es exclusivo de un sector. El pueblo está en condiciones de manejar la tecnología porque precisamente se adapta a sus necesidades; así que no es la tecnología la que construye al pueblo, sino éste el que la construye.
“Nosotros podemos, desde nuestras trincheras de lucha y de resistencia, avanzar con estas herramientas tanto científicas como tecnológicas. Yo, a través de ciertas experiencias que he venido desarrollando con las comunidades, he trabajado sobre cómo podemos aplicar nuestras propias tecnologías para un desarrollo sustentable y armónico con los seres humanos y con la naturaleza”, indicó Piñero.
En este sentido, el compromiso científico y tecnológico no sólo le compete al Gobierno, sino que le corresponde al pueblo en la medida en que define la sustentabilidad desde el saber de la gente, alcanzando avances productivos desde las bases. Por ello, reflexionar sobre la identidad y la venezolanidad es crucial en la construcción de una democracia –venezolana, si se quiere– del siglo XXI.
Por otra parte, Celsa Acosta conceptualizó el vivir bien en su ponencia como la capacidad de avanzar, desde la cotidianidad, de forma armónica con la naturaleza y todos sus componentes, incluyendo al ser humano; el reconocimiento del otro, aspecto imprescindible si se habla de armonía, y el compromiso que exige el país a ciudadanas y ciudadanos para la construcción y mantenimiento de un Estado equilibrado.
“Me parece muy significativo que se estén realizando actividades como ésta, necesarias en este momento de reflexión, en el que debemos aportar ideas, hacer propuestas para tratar de avanzar y buscar soluciones a la crisis del gran capital, de todos los órdenes, sobre todo la crisis cultural que, por supuesto, se agudiza con la del capitalismo. Importante en este escenario de pensar la democracia en el siglo XXI, esa forma de vida, como decía “Pepe” Mujica hace unos meses atrás, es pensar cuál es el modelo de vida que queremos, y ante cualquier situación que se presente, la reflexión es hacia el modelo de vida que queremos”, indicó Acosta.
Además, se conversó sobre los temas de salud e investigación para la producción de medicina en Venezuela, el ponente Alirio Méndez enfatizó sobre la falta de producción de medicamentos endógenos que le darían a Venezuela la necesaria independencia farmacológica. “Por supuesto, la parte investigativa, ciencias y médicas de la salud, en Farmacología, siempre están unidas, y la idea es poder crear una plataforma de discusión que saque adelante proyectos y propuestas para poder realizar la independencia en términos de Farmacología en nuestra Patria, que hace falta”, explicó Méndez.