“¡Soldados! Lo que tanto hemos deseado hoy se hará realidad”, exclamó el general José Félix Ribas representado por un joven venezolano vestido de uniforme y sombrero bicornio, desde una de las tres tarimas colocadas en la plaza Diego Ibarra del centro de Caracas, donde se desarrolló la noche de este viernes al espectáculo multimedia Juventudes Tricolor, el primero de su tipo en realizarse en el país para celebrar la gesta de la juventud rebelde, revolucionaria, bicentenaria.
Texto: AVN (Arianne Cuárez) / Fotos: Ola BolivarianaJunto a José Félix estaba otro joven, esta vez vestido de uniforme liceista, con camisa color beige y pantalón azul, compartiendo la misma consigna del general, esa que exclamara un 12 de febrero de 1814, cuando lideraba las tropas juveniles que vencieron las pretensiones de José Tomás Boves, en el escenario de la Batalla de La Victoria.
“¡Soldados! Lo que tanto hemos deseado, hoy se hará realidad. He allí a Boves, cinco veces mayor es el ejército que viene a combatirnos, pero aún así, es escaso para disputarnos la victoria. ¡Soldados!, defender el furor de los soldados, la vida de nuestros hijos, el honor de nuestras esposas, el suelo de la patria, mostradles nuestra omnipotencia, en esta jornada que va a ser memorable, ni aún podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer. ¡Viva la República!”, exclamó un imponente José Félix en medio de aplausos que hicieron vibrar cada rincón de la plaza.
Dicha estas palabras, el escenario se alumbró con tonos amarillos. Aparecieron jóvenes con camisas blancas que con entusiasmo alzaron banderas de colores, para celebrar la victoria y la libertad.
Las miradas de un público de todas las edades permanecían fijas en el escenario y sus manos comenzaron a aplaudir al son del arpa, el cuatro y las maracas, cuando el primer grupo de bailarines subió a escena para representar uno de los bailes más populares en la tradición venezolana: el joropo tuyero.
Tal como lo anunció el ministro del Poder Popular para la Cultura, Fidel Barbarito, Juventudes Tricolor fue el espectáculo que con la interpretación de músicos de la Orquesta de Juventudes Francisco de Miranda, y la participación de más de 400 artistas en escena, entre bailarines, cantantes, equilibristas y representantes de los deportes extremos, trasladarían al público a los hechos de la historia venezolana, en los que la juventud siempre fue protagonista gracias a su rebeldía, su lucha y su sed de libertad. Y así fue.
Luego del danzar de las banderas, bailarines con trajes de época representaron la segunda era del espectáculo, en la que se mostró la situación que vivió en el país entre 1902 y 1903, cuando el puerto de La Guaira, en el estado Vargas, fue invadido por buques de guerra de los imperios británico, alemán y del reino de Italia, en exigencia al pago de las deudas que el país había contraído con empresas connacionales.
Tras esta representación, jóvenes con trajes azules ceñidos al cuerpo dieron muestras de sus destrezas al hacer elevados saltos, mientras que otros, con machete en mano, simulaban las batallas del pasado.
Una juventud en resistencia
Medidas dictatoriales que durante años fueron emprendidas por los gobiernos de la Cuarta República, que tiñeron de sangre las calles del país, se vieron reflejadas a través de bailarines que con una ingeniosa coreografía transmitieron al público escenas de muerte, maltrato y abuso, en tiempos en que la juventud universitaria luchaba contra el Puntofijismo, defendía sus derechos estudiantiles y libraba la represión de cuerpos policiales al servicio de gobiernos derechistas.
En esta etapa, bailarines plasmaron hechos como el maltrato hacia la mujer, el abuso de poder, las torturas hacia los estudiantes, en especial aquellas cuando sus cabezas eran sumergidas en envases de agua hasta el ahogo, o cuando sus manos y pies eran sujetados por aros filosos, como parte de la práctica más aberrante denominada “el grillo” o “el ring”.
Tras esta escena, el público vibró ante los acordes del bajo y la guitarra eléctrica cuando Paul Gilman y su banda salieron en escena para interpretar Los que mueren por la vida, tema del cantautor del pueblo, Alí Primera. “Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos / y a partir de este momento es prohibido llorarlos”, cantó el rockero.
Cuarta etapa: La juventud después de la revolución Bolivariana
El rostro del comandante Hugo Chávez apareció en las pantallas, para reflejar ese momento del “por ahora”, esas pequeñas líneas que Chávez le ofreció al pueblo venezolano luego de no poder derrocar el gobierno del derechista Carlos Andrés Pérez, aquel 4 de febrero de 1992.
“Nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes (los militares) lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de reflexionar, y vendrán nuevas situaciones, y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor”, fueron las palabras que una vez pronunció el comandante, cuando apareció por primera vez en televisión. El público celebró ese momento del espectáculo, y se escuchó un ¡Chávez Vive!, desde todas partes.
Tras estas imágenes, militares de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana aparecieron en escena, levantando una bandera roja con el 4F, en representación de esa nueva fuerza militar al servicio del país, y que de la mano de Chávez recibió nuevos lineamientos para la defensa del pueblo.
La cantante de hip-hop Rodbexa Poleo apareció en el escenario para regalarle sus líricas al gigante, ese que dignificó a los sectores del pueblo que siempre fueron excluidos y que hoy se dignifican en Revolución.
El espectáculo culminó cuando todos los artistas subieron a la tarima y, al ritmo de las melodías de la Orquesta de Juventudes Francisco de Miranda, corearon “La patria sigue”, frase común del presidente de la República, Nicolás Maduro, con la cual sella la continuación de las luchas por venir en la batalla por la patria, la paz y la vida. El cielo se alumbró con fuegos artificiales. La plaza vibró nuevamente con los aplausos.