El cantante y compositor brasileño Chico Buarque prohibió al director teatral Claudio Botelho utilizar sus canciones, después de que éste lanzara consignas contra la mandataria Dilma Rousseff y su antecesor Lula durante la representación de un espectáculo, en el que usaba canciones compuestas por el cantautor.
Texto: La Jornada
El sábado por la noche, en pleno espectáculo Todas las comedias musicales de Chico Buarque en 90 minutos, en Belo Horizonte, el director Claudio Botelho provocó un escándalo en la sala cuando calificó al ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva y a la actual mandataria de “ladrones”.
“Aquella noche, un expresidente ladrón fue preso”, lanzó Botelho, según el diario Estado de Minas. El director, que interpreta a uno de los personajes de la obra, también se refirió a una “presidenta ladrona”, según el periódico.
Una parte del público comenzó entonces a abuchearlo y a gritar: “¡No va a haber golpe!”, cántico de los brasileños que apoyan al gobierno.
Desde la tarima, el director empezó a acusar al público de “ser peores que los militares”, según consta en diferentes videos colgados en Youtube. Diferentes personas tuvieron que sacarlo del escenario, tras lo cual el espectáculo se canceló.
“Cuando supo lo que pasó, Chico quedó estupefacto y asqueado por la actitud del actor y director”, explicó Mario Canivello, asesor de prensa del cantante, que apoya abiertamente al gobernante e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT). “Chico no ha digerido que su obra haya podido ser desviada hasta el punto de exhibir opiniones de derecha”, continuó el portavoz, añadiendo que el cantante había “decidido que ya no autorizará el uso de sus canciones en futuros espectáculos de Claudio Botelho”.
El actor y director se defendió en la prensa al denunciar que fue “censurado por el autor”, tal como el propio Chico Buarque lo fue durante la dictadura, cuando los militares invadieron el escenario para interrumpir uno de sus espectáculos en 1968. En días recientes, Brasil enfrenta una crisis política de alcance histórico, agravada por un megaescándalo de corrupción que podría desembocar en la destitución de la presidenta Rousseff por el Parlamento y que divide a la población entre opositores y partidarios del gobierno.