“Están tomando nuestras vidas, con quien nos relacionamos, con quien conversamos, las conversaciones con nuestras madres, con nuestros hijos, con nuestros padres, nuestros videos, nuestras vacaciones, nuestra ropa, nuestra mayor intimidad, nuestras casas, nuestros gustos, nuestros sabores, nuestra cultura… y la están mercantilizando”.
Texto: Manuel Rodríguez / Foto: Roiner Ross
De esta manera, Gustavo Villapol, comunicador social, escritor, profesor y diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela, introdujo el término “plusvalía de los datos” en la II Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la UNAM (FIL STUNAM), celebrada los días 11 y 12 de febrero en Ciudad de México.
Durante la presentación y bautizo de su libro, “La dictadura global del algoritmo. Una batalla por la humanidad”, describió con detalles cómo los algoritmos del mundo digital son utilizados por las grandes corporaciones occidentales como herramientas de control y neutralización de masas.
Villapol explicó que la función más importante que tienen los algoritmos es procesar millones de datos que nosotros mismos les damos al utilizar las aplicaciones digitales que concentran hoy la atención del ser humano. A este proceso lo denominó “plusvalía de los datos”, por ser una “mercantilización ingente de nuestras vidas, a través de nuestros datos”, que hace a sus creadores cada vez más multimillonarios.
“Hay una dictadura y es global, personalizada en los algoritmos”, enfatizó. En ese sentido, resaltó que las tecnologías que están detrás de su desarrollo van dirigidas a lograr que nos centremos en nuestros celulares, computadoras y aparatos digitales.
“El mundo digital se ha transformado en nuestra vida cotidiana. Por ahí comemos, conseguimos pareja, compramos, pagamos, cobramos, nos informamos, nos recreamos. Nuestra vida está permeada por los algoritmos”, puntualizó el periodista de Venezuela, país invitado de honor en esta edición de la Feria.
Estados de emoción pública
Villapol sostuvo que otro tema que aborda en su libro es cómo transitamos del clásico mundo de la opinión pública a los estados de emoción pública. Citó como ejemplo que años atrás un periodista formulaba su pregunta a una persona y esta reflexionaba rápidamente en su cerebro una respuesta y exponía sus argumentos.
Lamentablemente hoy –acotó Villapol– cualquier persona recurre a su celular para responder, porque las redes sociales terminaron convirtiéndose en termómetros de la “emoción pública”. Acotó que el propio Sean Parker, uno de los fundadores de Facebook, admitió que “el botón Me Gusta se creó para generar una gran descarga de dopamina en el cerebro, para sentir esa necesidad de dar o recibir me gusta, de auto validarse y sentirse validado por otros. Es la explotación de una vulnerabilidad psicológica humana”.
Precisamente, esto termina afectando su razonamiento y lo convierte en una persona vulnerable. “Una alerta que nos hacen los neurocientíficos es que la capacidad de almacenar información en nuestro cerebro se va reduciendo porque simplemente lo estamos dejando de usar por culpa del mundo digital”.
Herramientas para la liberación
El libro es un llamado de alerta sobre un conjunto de temas vinculados al mundo digital que deben analizarse y estudiarse desde una perspectiva de los pueblos del sur global. “No desde el punto de vista fatalista, sino como una posibilidad real de utilizar estas tecnologías desde nuestra visión (…) Yo pienso que estas herramientas pueden ser utilizadas para la liberación, para el bien de la humanidad”
En ese sentido, invitó a cada quien a pensar con luz propia y escoger qué uso darle a estas aplicaciones, qué contenidos consumir y cómo interpretarlos: si como un espejo de la realidad o como un espejismo que debe corregirse. Bien sea WhatsApp, Telegram WeChat, Instagram, Facebook, Tik Tok o cualquier otra aplicación, señaló que “el problema es que nos las venden como una propaganda gigantesca de libertad y nos sentimos en el non plus ultra de la libertad de expresión”. Sin embargo, llamó a concientizar que cada algoritmo tiene impresos ciertos sesgos que varían de acuerdo a los intereses e ideas de sus administradores.
Durante la conferencia, el viceministro de Fomento para la Economía Cultural del Ministerio para la Cultura, Raúl Cazal, recordó también que Venezuela y México comparten más de una lucha en común. En este caso, se refirió a la batalla de las ideas contra las “fake news”, una guerra simbólica impulsada por sectores conservadores y de la derecha contra aquellos pueblos y naciones que han decidido ser libres.
En la II Feria Internacional del Libro del Sindicato de Trabajadores de la UNAM participaron más de 20 editoriales y librerías. Algunas destacadas son el Fondo de Cultura Económica, EDUCAL, Sexto Piso, Planeta, Océano, así como la Brigada Para Leer en Libertad, entre otras.