Ciento treinta y ocho grupos de vasallos, vibrando cueros en toda Venezuela y particularmente en el estado Zulia, preparan los repiques de honra para las celebraciones del año jubilar de San Benito de Palermo a partir del 7 hasta el 22 de julio. “La Apertura del Año Jubilar Diocesano por los 500 años del nacimiento de San Benito de Palermo se inició formalmente con un decreto de monseñor Ángel Caraballo, obispo de la Diócesis de Cabimas”, acota de entrada Régulo Rincón, director del Museo Itinerante de San Benito e investigador de los hechos e historias que rodean a la venerada figura en la cuenca del Lago de Maracaibo.
Texto: Últimas Noticias
“Hemos contabilizado ciento treinta y ocho grupos de vasallos en todo el país, la gran mayoría del estado Zulia, que se han incorporado con mucha fe, presencia y ganas de defender esta hermosa tradición, a las celebraciones del Año Jubilar de San Benito de Palermo, que tendrá la visita especial del fraile menor de la Basílica de Sicilia, Fernando Trupia, hasta hace poco, custodio de la iglesia y del santo, quemada hasta sus cimientos por un incendio en el verano pasado”.
Son 500 años
El decreto emitido por la diócesis cabimera destaca que el Año Jubilar Diocesano será dedicado a la renovación de la fe y la procura por conocer a profundidad e imitar la vida de San Benito de Palermo. A propósito de este decreto, monseñor Ángel Caraballo publicó una carta pastoral con motivo de este V Centenario en la que hace énfasis en la verdadera devoción al santo y en la práctica de sus santas virtudes que le dotaron de tal distinción.
En esta carta, monseñor dice que la devoción a San Benito “se refleja en nuestras iglesias y hogares, en las instituciones públicas y privadas, en las plazas y en cada rincón donde se exhiben sus imágenes, como una muestra de la identidad católica de este pueblo”.
La carta pastoral expresa que las fiestas de San Benito están completamente ligadas al culto a través del golpe de chimbangueles, pero en este tiempo jubilar “hay que ir más allá del contagioso y bullicioso toque” y enfatiza que celebrar las fiestas a los santos es un recordatorio a los fieles de que también ellos están llamados a ser santos.
Los chimbangueles
Régulo Rincón nos transporta a los cañaverales al sur del Lago, donde la africanidad esclavizada lloraba sus tragedias con el repique del tambor. “El pueblo africano que llegó esclavizado a los sembradíos de caña de azúcar, ubicados al sur del Lago de Maracaibo, se fue integrando al pueblo indígena que allí se encontraba y así como fueron juntándose en familias, los instrumentos que acompañaron sus cánticos y sus creencias también lo hicieron”, relata.
Las maracas, la flauta y el tamborito, que vemos en los grupos actuales, son producto de esa unión sincrética que rodea el fervor hacia San Benito de Palermo. “La unión entre la cultura africana y la originaria de la zona facilitó la cristianización y la iglesia respetó el acompañamiento del tambor al rito católico. Creo que es un caso único en el mundo en que se sustituyó la deidad del esclavo por la imagen del fraile negro”. Al paso del tiempo se conformaron los rectores de la fe san benitera, nacidos de siete grupos de vasallos ancestrales.
“En Fundavasallos, organización de la que formo parte y en la cual se dan discusiones interesantísimas acerca de los orígenes del rito nacido en Gibraltar, hemos logrado identificar siete grupos de vasallos ancestrales: el de Bobures, que antes era llamado El Parral; Gibraltar; San José; San Antonio; Santa María; Palmarito; y El Batey, y la diáspora hizo el resto y multiplicó la creencia”.
Todos, el clero, autoridades civiles y militares y la grey, participarán en la peregrinación que el fraile Fernando Trupia realizará por los pueblos del sur del Lago de Maracaibo, tocando localidades de Mérida y Trujillo, donde el santo negro es ley.
Trupia concelebrará eucaristías y obsequiará a dichos pueblos reliquias que recuerdan la vida de humildad y santidad del fraile hijo de esclavos, pero nacido libre.
Los 500 años de San Benito de Palermo serán celebrados a lo grande, muy lejos de su natal Sicilia y sí, muy cerca, en los corazones de sus devotos.