La Biblioteca Isaac J. Pardo del Celarg sirvió de recinto para un conversatorio reflexivo y vigente con Michèle Madère, testigo y víctima del nazismo y sus campos de concentración como dispositivos de control y exterminio humano. Madère visitó la capital venezolana a propósito del Congreso Mundial Contra el Fascismo, Neofascismo y otras Expresiones Similares.
Texto y Foto: Prensa MPPC (Alfredo Tamayo)
El siglo XXI ha sido un escenario político donde se han re-editado fenómenos que se pensaban superados en la historia mundial contemporánea. Uno de esos fenómenos es el fascismo. En este nuevo contexto, se celebró en Caracas el Congreso Mundial Contra el Fascismo, Neofascismo y otras Expresiones Similares del 10 al 12 de septiembre.
Otra vez, la Biblioteca Isaac J. Pardo del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos, Celarg, sirvió de recinto para un conversatorio reflexivo y vigente con Michèle Madère, protagonista y testigo durante el siglo XX, de lo que fue el Nazismo y de sus dispositivos de control y exterminio humano, como fueron los campos de concentración.
Francesa con 83 años, ha dedicado toda su vida en mantener viva la memoria de los millones asesinados por el fascismo. Ella es directora de la Asociación de Amigos, Familiares y Deportados de Mauthausen, un campo de concentración nazi en Austria durante la Segunda Guerra Mundial. Ella es hija de Albert Madère, quien fuera deportado y asesinado en ese lugar el 12 de abril de 1945.
Con la apertura de los archivos de la Segunda Guerra Mundial, Michèle Madère empieza su investigación sobre su padre y otros deportados. Descubre que algunos subcampos de concentración eran más terribles que el campo central de Mathausem.
Por ser hija de un comunista, tuvo muchas dificultades en la escuela durante su infancia. Una compañera de clases le dice que su papá murió en un horno crematorio. “No sabía lo que era un horno crematorio y le pregunté a mi mamá quien me responde de una manera suave para no tratar de impactarme (…) Por el bullying y el acoso que viví tuve un fracaso escolar lo que me llevó a retirarme de la educación formal”.
La piel de un fotógrafo abre un camino
Madère relató que para crear el proyecto de la Asociación de Amigos, Familiares y Deportados de Mauthausen también fue crucial el descubrimiento del registro fotográfico de Francisco Boix.
Boix fue un fotógrafo español republicano que es atrapado por los nazis y llevado a este campo de concentración donde trabaja fotografiando a los nuevos presos que iban ingresando. Pero, también registró las atrocidades que cometían los alemanes, como cuando dispararon a dos niños que intentaron escapar del lugar, entre otras.
Gracias a los rollos escondidos en unas paredes y a la complicidad interna de una amiga austriaca, Francisco Boix oculta esas fotografías, que no sólo servirán a la asociación, sino también a los Juicios de Nuremberg, terminada la Segunda Guerra Mundial. Aunque él logra salir con vida del campo de concentración, muere en 1951 por afecciones de salud por consecuencia de su cautiverio en Mauthausen. Sobre su vida se hizo una película en 2018 disponible en Netflix.
La otra cara de la historia
Al conversar con la prensa y el público asistente, se le interrogó a Michèle Madère sobre la visión dominante de quiénes fueron las víctimas de la Segunda Guerra Mundial que ha sido la de los judíos, mientras que la de otros seres humanos, que también formaron parte de ese genocidio, no han sido tan visible. Madère respondió que esperaba que le hicieran esa pregunta, a lo que añadió que la asociación no ha tenido suficientes recursos.
“La historia del genocidio de los judíos está más privilegiada. Reciben más fondos de las asociaciones de defensa de la memoria del genocidio de los judíos. En nuestra asociación también hay judíos, pero nuestra asociación se ocupa de la memoria de los judíos resistentes comunistas, de izquierda en general, que fueron deportados y esta memoria de los judíos comunistas ha sido olvidada, borrada, y por eso recibimos mucho menos fondos de ayudas públicas”.
Asimismo, recalcó que es importante que el mundo sepa lo que ha pasado, contar lo que pasó, lo que es la realidad del fascismo. “Hay que saber que en los viajes de conmemoración que se hacen a los antiguos campos de concentración hay ataques de la extrema derecha hacia ellos y que intentan perturbar las ceremonias por neofascistas” enfatizó Madère.
Un reconocimiento para el pensamiento crítico
Por otra parte, el presidente del Celarg, Pedro Calzadilla, aprovechó la oportunidad para destacar la noticia que diera el presidente Nicolás Maduro durante el cierre del Congreso Mundial Contra el Fascismo, Neofascismo y otras Expresiones Similares sobre la convocatoria del Premio Libertador al Pensamiento Crítico.
En las redes sociales del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos se puede acceder a toda la información de esta nueva convocatoria de un premio que ha galardonado “los libros que han sido editados con los grandes temas del pensamiento contra-hegemónico, anticapitalista, alternativos y críticos del orden capitalista”.
“A partir del 11 de septiembre hasta el 31 de diciembre de 2024 se estarán recibiendo las obras de todo el mundo escritas en español y el veredicto se dará a conocer en el primer semestre de 2025”, informó Calzadilla.