Cada 29 de junio las calles de Guarenas y Guatire se llenan de alegría al son del cuatro, maracas, coplas y cantos de fulías, que son entonadas por las Parrandas de San Pedro de las dos localidades, manifestación cultural y patrimonial que nació de una promesa hecha hace más de 300 años y se transformó en tradición e identidad mirandina.
Texto: Prensa Gobernación de Miranda
Esta festividad mágica, religiosa y cultural, que evoca la lucha de los pueblos africanos, tiene sus orígenes a principios del siglo XIX, durante la época de la colonia, en un poblado llamado El Cantón de Guarenas, división territorial que antes unía a las dos localidades.
El santo milagroso: juega chapa con los negros y descubre a los tramposos
“¡El San Pedro de mi tierra es un santo milagroso, juega chapa con los negros y descubre a los tramposos!”, así reza la frase más popular de los parranderos.
Esta tradición nace de un milagro ocurrido durante la época de la colonia. Según la tradición local, en la zona existió una esclava llamada María Ignacia, quien tenía una hija enferma de gravedad con una fiebre muy alta. Ella, al agotar todas las opciones con los curanderos de la época, le prometió a San Pedro que si salvaba a su hija Rosa Ignacia siempre le iba a cantar y bailar con sus costumbres africanas para festejar su día según dice la Iglesia católica.
Portadores y devotos de esta parranda aseguran que el milagro se cumplió, pero María Ignacia enfermó de muerte y, antes de partir, con miedo de que su hija volviera a enfermar, hizo prometer a su esposo, José Eusebio, que él se vestiría con su ropa y le bailaría al santo para simular que era ella y así mantener a su hija con vida.
Para Miguel Berroterán, presidente del Centro de Educación Artística Andrés Eloy Blanco (CEA) de Guatire, municipio Zamora, institución que investiga y preserva las tradiciones locales, explicó que por esta razón la parranda de San Pedro la conforman principalmente hombres, quienes se visten de mujer y salen a las calles a pagar esta promesa.
¡Un, dos, tres y fuera!
La celebración en Guatire inicia desde el 28 de junio con el popular encierro de San Pedro, un acto donde las parrandas locales trasladan su santo a la iglesia Santa Cruz de Pacairigua para dejarlos en el templo.
Son seis las parrandas conformadas en Guatire, las cuales entregan las imágenes de su santo al párroco para bendecirlas:
- CEA Andrés Eloy Blanco
- 23 de enero
- La Fundación
- Virgen del Rosario
- Valle Arriba
- Valle de Pacairigua.
“Esta tradición de dejar al santo en la iglesia esa noche no tiene más de 25 años, inició como una nueva modalidad de la parranda que le gustó mucho a la población y lo continuamos haciendo hasta ahora”, explicó Berroterán.
Luego del encierro, los parranderos regresan a sus sedes para hacer un velorio, que es una especie de ceremonia donde cantan, entonan coplas, encienden velas y bailan hasta las 12:00 de la noche para agradecer los favores concedidos por San Pedro.
¡Baila, baila, coticero, como tú lo sabes hacer, que si se rompe la cotiza, yo la vuelvo a componer!
Llegado el día 29 de junio, desde muy temprano los promeseros y devotos visten de color las calles de Guarenas y Guatire, utilizando trajes e indumentarias que inmortalizan el milagro concedido.
En el caso de Guatire, los sanpedreños se reúnen desde muy temprano en sus sedes, desde donde parten hasta la iglesia Santa Cruz de Pacairigua para escuchar la eucaristía oficiada a las 9:00 de la mañana. “Esta misa es acompañada con las corales del CEA, es una misa criolla, acompañada con tambores, cantos tradicionales de Guatire y fulías”, detalló Berroterán.
Al salir, los parranderos bailan a las afueras del templo para agradecer a su modo el milagro o los favores concedidos. Luego rinden homenaje a la estatua de Simón Bolívar en la plaza, ya que esta parranda nació de las luchas de los pueblos esclavizados. Luego recorren el pueblo hasta llegar a sus sedes correspondientes.
En el caso de la Parranda de San Pedro del CEA, los promeseros realizan un encuentro simbólico entre San Juan Bautista y San Pedro.
“Dicen que cuando se encuentran las dos imágenes llueve, porque San Juan se quedó dormido y al despertar se pone triste porque ya no es su cumpleaños, sino el de San Pedro, allí rompe a llorar y llega la lluvia bendita”, explicó Berroterán.
Durante la tarde, las parrandas visitan las casas de antiguos parranderos, y al caer la noche San Pedro se despide y es trasladado de vuelta a la casa de su cuidador correspondiente, quien protege y se hace responsable de la imagen hasta el próximo año.
Dos cosas tiene Guatire, que no las tiene otro pueblo: la rica conserva de cidra y la parranda de San Pedro.
La parranda gira en torno a la figura de María Ignacia, quien es representada por un hombre que utiliza un vestido largo con flores coloridas. En su cabeza lleva puesto un sombrero de cogollo, confeccionado con paja entrelazada, decorado con un par de trenzas tejidas con estambre para simular ser el largo cabello de la africana.
En sus brazos, tiene una muñeca hecha de trapo negro, que representa a la niña Rosa Ignacia, el milagro viviente.
También se encuentran los sanpedreños que van vestidos con levita (un traje negro de etiqueta que les cubre el cuerpo casi hasta la rodilla) y utilizan un sombrero de copa, conocido popularmente como pumpa.
Además, se pintan la cara con betún, una crema de color negro que emula el carácter africano y ancestral de esta tradición.
“Con el mestizaje se fue perdiendo el color oscuro de los africanos, por ello, pintarse la cara es una manera de rendir homenaje a la afroancestralidad, es un símbolo, un reconocimiento a los esclavizados que iniciaron esta tradición”, explicó el presidente del CEA.
En la parranda también participa el abanderado, una persona que va vestida igual que los sanpedreños, pero lleva una bandera roja y amarilla que sirve de guía durante la parranda.
También está el portero del santo, que es la persona designada para cargar, trasladar, cuidar y bailar la imagen de San Pedro durante todo el recorrido por las calles.
Igualmente, participan dos niños denominados tucusitos, que en Guatire se visten de amarillo y rojo, colores que representan la unión de los partidos conservadores y liberales, respectivamente, los cuales pactaron no politizar esta festividad durante la época Federal.
En Guarenas, municipio Plaza, los colores que utilizan los niños son el azul celeste y el rojo, que simbolizan los colores del pájaro tucusito.
¡Con la cotiza dale al terrón, vuélvelo polvo sin compasión!
El director del CEA explicó que los cantos de San Pedro surgieron como símbolos de protesta, pues los africanos cantaban para rebelarse contra los maltratos recibidos de sus patronos.
“Por ello el traje de levita y el sombrero de pumpa, posiblemente eran utilizados a manera de ridiculizar a sus patronos; recordemos que era la ropa de la época, que quizás eran desechadas o se las regalaban los terratenientes”, especificó.
Berroterán explicó que en cada canto, los africanos en cautiverio bailaban fuertemente para destruir el terrón que simulaba ser el patrón que los oprimía; para ello, utilizaban una cotiza o alpargata como calzado al que le colocaban un pedazo de cuero más grande en la planta para pisotear los terrones.
Actualmente los sanpedreños utilizan maracas y cuatro en las manos, mientras que en los pies las cotizas pasan de ser un simple zapato a convertirse en un instrumento para hacer música, elemento único que caracteriza a esta parranda en el mundo.
San Pedro de Guarenas
La Parranda de San Pedro en Guarenas, en el municipio Plaza, es una tradición cultural y religiosa que tiene una trayectoria de más de 100 años. A diferencia de Guatire, en la localidad, existe una sola parranda, que es la de la Asociación Civil Antonio Núñez, conformada por esta familia que ha mantenido la tradición de generación en generación.
Los parranderos locales celebran a San Pedro desde el 29 de mayo, cuando se juntan todos para realizar una serenata a este santo, al frente de la Catedral Nuestra Señora de Copacabana para anunciar que se aproxima la festividad.
El presidente de la parranda, Pablo Núñez, explicó que en Guarenas este santo permanece en la iglesia y no sale a recorrer las calles.
Cada 29 de junio, la parranda asiste a la eucaristía y a las 10:00 de la mañana salen con el santo a las afueras del templo acompañado con una marcha festiva. En la puerta de la iglesia, los devotos realizan el pago de promesa a través del baile zapateado con todos los personajes.
Luego el santo regresa al templo con la parranda, que reúne aproximadamente a más de 50 personas, recorren las casas de diferentes familias y visitan la casa parroquial.
San Pedro, un patrimonio cultural inmaterial de la humanidad
El 5 de diciembre de 2013 las Parrandas de San Pedro de Guatire y Guarenas fueron incluidas en las listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), debido a su trascendencia histórica y gran arraigo popular que simboliza el espíritu de lucha contra las injusticias y las desigualdades de la época.