La Feria Internacional del Libro de Venezuela en su 18° edición presentó el cortometraje Blackout, una obra de la bailarina clásica venezolana Clara Solórzano, donde se muestra la experiencia de un grupo de jóvenes afrodescendientes, que luchan contra el racismo y los prejuicios en el mundo del ballet y la danza.
Texto: Prensa Filven / Foto: Cortesía
Antes de la proyección del audiovisual, realizada este jueves, Solórzano deleitó al público presente con una demostración de su talento, en una presentación llena de expresividad y emotividad, propia de quienes pueden expresar tantos mensajes y sensaciones con el movimiento de su cuerpo.
El cortometraje es una pieza estéticamente impresionante, donde un grupo de bailarines relata sus experiencias personales, enfrentándose a la exclusión por el color de su piel o género y desnudan el oscuro mundo de la danza, donde el talento no es suficiente para merecer trato y reconocimiento digno.
“Me gustaría que la próxima generación de bailarines de color no tuviera que preguntarse por qué fueron rechazados, por qué no fueron invitados a estos elitescos espacios sagrados. Me gustaría que se centraran únicamente en la técnica y el arte. Me gustaría que las instituciones de ballet cambiaran para mejorar, que abrazaran la heterogeneidad (…) las instituciones y las personas deben reconocer sus sesgos; tiene que estar abiertos a reaccionar”, destaca una de las líneas del cortometraje.
Entre los planteamientos finales se cuestiona que, en el mundo del ballet clásico – principalmente en Europa – las mujeres blancas tienen preferencia.
La bailarina venezolana se mostró emocionada y agradeció al ministro para la Cultura, Ernesto Villegas, por hacer posible que, después de 13 años, retornara a un escenario en Venezuela.
“Este proyecto no está hecho para lamentarme, está hecho para concientizar, para forjar conciencia en las personas, en los bailarines, en los grupos dancísticos”, destacó Solórzano.
Explicó que el proyecto muestra lo que sufren los bailarines de color y quienes no responden al estereotipo implantado en la sociedad. Lamentó que muchos hayan sido víctimas en algún momento de segregación racial o discriminación.
Solórzano se encuentra radicada en Alemania, donde se desempeña como bailarina solista y tiene una escuela de ballet. Sin embargo, le gustaría retribuirle a su país. “La patria no se olvida, es como la madre”, aseguró.
Por su parte, el ministro para la Cultura agradeció a Solórzano por su participación y destacó lo oportuno del tema, a propósito del homenaje que se rinde al continente africano en la feria y la presencia permanente del movimiento afrovenezolano.
“Por eso decimos viva África, honrando a nuestros abuelos y abuelas, entendiendo que no se trata de mirar al pasado con ánimos de revancha o con resentimientos. Se trata de mirar el presente para construir un futuro mejor, que podamos superar los rezagos, los vestigios del colonialismo que hoy día se expresa de otra manera, de un racismo que todavía está presente y que tenemos que combatir minuto a minuto”, expresó Villegas.