El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, acudió a presentar sus respetos a las exequias fúnebres al G/J Jacinto Pérez Arcay, actos que se llevaron a cabo en capilla ardiente desde la Academia Militar de Venezuela.
Texto: Últimas Noticias
A su llegada al recinto en el que se encontraba el alto mando político y militar del país, declaró que “hay un gigante aquí, un espíritu reencarnado de las guerras de independencia”.
En sus palabras protocolares, el jefe de Estado destacó la labor del hombre “que formó a los líderes revolucionarios más grandes de nuestra era dentro de la Academia Militar”, entre los que destacó al Comandante de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías
“Venimos a despedir a un gigante”, enfatizó el Mandatario nacional al momento de entrar en el recinto. “Cultiven los valores de disciplina, valor patriotismo, lealtad e inteligencia política de este hombre, que quedará en estas aulas para que sus enseñanzas no se pierdan”, dijo.
El acto en memoria del G/J Jacinto Pérez Arcay, estuvo acompañado de la celebración de una misa dictada por el padre Numa Molina.
Luego entregó la réplica del sable del G/J Ezequiel Zamora, un hito de la unión cívico-militar, que recibió la viuda del G/J Jacinto Pérez Arcay en compañía de sus hijos.
En sus palabras como orador especial de este acto en capilla ardiente, el presidente de la república comenzó por presentar sus condolencias a los familiares del jefe militar. “Él estuvo por estos pasillos con sus libros, con su palabra, con su campana despertando conciencias con la doctrina del padre libertador”, dijo el presidente al referirse al paso imborrable de Jacinto Pérez Arcay por la Academia Militar.
“Cuando uno estudia y reflexiona sobre su vida queda maravillado por la forma temprana y la manera consecuente con que conoció, interpretó y se casó con las ideas del Padre Libertador”, dijo.
Agregó que “mucho antes de que apareciera la generación de militares patriotas, en la cabeza de ese humilde soldado que fue Jacinto Pérez Arcay, ya habían anidado las ideas de transformación. Fue un maestro resucitador y sembrador de luces”.
“Chávez convirtió a Jacinto Pérez Arcay de su maestro y consejero, al maestro y consejero de una patria”, reflexionó el jefe de Estado en sus palabras de despedida.