Con un Foro sobre la vida y obra de Armando Reverón y la presentación del Performance “Universo Reveroniano” la Misión Cultura Aragua culminó este viernes 30 de mayo, en los espacios del Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu, las actividades homenaje al “Mago de la luz”, realizadas a propósito del Mes del Artista Plástico.
Texto: Prensa MPPC Aragua
La facilitadora de la Misión Cultura, Nomara Navarr presentó a los ponentes, la investigadora de arte del MACMA, Esperanza Mundó; la fotógrafo Leonor Basalo y el artista plástico Asdrúbal Farías, acompañados de la directora de la institución museistica, Nélida Rodríguez, a quien agradeció el apoyo brindado, al igual que a la secretaria de cultura del estado Aragua.
Precursor de novedosas corrientes conceptuales
Esperanza Mundó inició las intervenciones comentando que alrededor de Reverón se ha creado toda una leyenda de misterio, “que se debe en gran parte a lo que era su búsqueda y su perfil personal, porque la obra de Reverón es muy introspectiva, muy marcada por sus características emocionales y mentales, y eso ha ayudado a crear como una leyenda del Reverón misterioso, del Reverón que estaba envuelto en el misterio”.
Agregó que eso también sirve para “adentrarse en un mundo que tiene que ver con los lenguajes visuales, que tiene que ver con el manejo de la resolución formal de la obra, el dominio de ciertos materiales, de ciertos soportes, que era como precursor de unas corrientes bien conceptuales, bien de post guerra, que en ese momento aquí en Venezuela nadie estaba abordando en ese momento.” resaltó.
Considera Mundó que ese es uno de los aspectos más importantes, más significativos, que le dio un estilo tan único, que no se parecía a más nadie y que creó un lenguaje, que se ha llegado a decir, es netamente venezolano, con una personalidad propia dentro de la plástica venezolana.
“Reverón creó todo un universo propio, además de las corrientes e influencias que puede haber tomado de Goya de Velásquez, del Greco, cuando pasó por España, aparte de su formación en la academia, aparte de compartir con otros compañeros como Cabré, también él tenía ya una búsqueda interior que lo alejó completamente de cualquier otro planteamiento que se estaba haciendo dentro de la producción plástica, tanto en Venezuela como en Europa” dijo.
Él desarrolla un camino más propio, como más de él y esa visión tan personal se volvió diferente. Eso se ve claramente cuando él inicia la etapa azul, a raíz de su amistad con Ferdinandof y empieza a dejar Caracas y a frecuentar más La Guaira, y empieza su periodo azul, hasta 1924; luego del 24 hasta la primera década del 30 el período de la etapa blanca, y, después, en la segunda mitad de los 30 comienza el periodo Sepia, cuando ya el lleva al extremo esa búsqueda de emplear materiales, de desarrollar valores cromáticos, de desarrollar pigmentos, de usar soportes, que lo lleva a recuperar materiales de desecho, o sea, como que ya llega al extremo de esa búsqueda personal que él tenía .“
La investigadora destacó lo particular de la psiquis de Reverón, de su psicología, y que lo lleva a encerrarse en su mundo y desvincularse de la vida urbana, de la ciudad, incluso de la interacción social. “Eso lo refleja en su trabajo en esa etapa Sepia cuando empieza a fabricar sus propias muñecas en tamaño natural, para sustituir las modelos. Y en los años 40 es cuando entra de lleno en una fase completamente excéntrica, y donde se pudiera decir que se puso más de manifiesto ese impacto que le provocó su paso ´por España”, destacó.
Leonor Basalo habló sobre la fotografía y Reverón. Mencionó a Alfredo Boulton, quien hizo el desarrollo fotográfico más profundo sobre el artista, de quien era amigo personal; además fue el encargado de la primera exposición visual sobre Reverón. Destacó que llama la atención que son pocos los que se dedicaron a estudiar en profundidad al “Mago de Macuto”. Después de Boulton vino el trabajo de Miguel Arroyo, dentro de otras perspectivas. “Cada uno de ellos fue tomando un elemento que el otro no tocó”.
Luego Juan Calzadilla, quien hace una apreciación desde esa búsqueda, y esa salida que nadie se atrevió, que era la de su famosa generación de los artistas visuales del 48. Están entre otros Cabré, Rafael Monasterio, pero eran conservadores. “Si revisamos esa generación, más atrevido que Reverón, ninguno”, resaltó.
Después de Calzadilla, Luis Pérez Orama, curador, estudioso de la obra de Reverón. Gracias a él llega al Museo de Arte Moderno de New York (MOMA), Armando Reverón. El fotógrafo encargado de tomar las muñecas, desde la visión artística, para esa exposición fue Luis Brito, y habló sobre ese trabajo. Destacó que el (MOMA), sólo ha exhibido cuatro retrospectivas de artistas latinoamericanos, uno de ellos Armando Reverón, en el 2007, a quien presentaron como uno de latinoamericanos más importantes del siglo XX, y además con un lenguaje muy particular, muy propio.
Luego de abundar en comentarios sobre los artistas del lente, Leonor Basalo destacó que “fueron esos fotógrafos quienes ayudaron a que Armando Reverón no quedara fuera de nuestra historia. Quienes, le dieron vigencia fueron esas fotos que tomaron y los documentales, como el caso de los realizados por los cineastas Margot Benacerrat y Edgar Anzola.
Por su parte, Asdrúbal Farías, habló particularidades de Reverón, quien fue un artista académicamente bien formado, que conoció a grandes maestros, fue un gran dibujante. Considerado un gran maestro de la luz ,la plasmó en distintos soportes y todo tipo de materiales. “Y utilizó sus filtros, que eran las paredes”. Se refirió a las distintas etapas de su obra; a su destreza para lograr la síntesis. “ Con dos pinceladas en un gran formato resolvía un paisaje”. Y en la etapa blanca; ese desvanecimiento, esa difuminación donde prácticamente las figuras, las plantas son como una presencia referencial, y el tratamiento extraordinario de la luz, entre otros aspecto de gran interés.
Performance “Universo Reveroniano”
Para culminar la velada, Misión Cultura Aragua presentó el Performance “Universo Reveroniano, un hermoso homenaje al pintor de Macuto.
Sobre la obra, la investigadora Esperanza Mundó expresó “por una parte refleja mucho lo que es la poética, y se nota la gran capacidad actoral del personaje central. Y la alegoría que hicieron con las muñecas, con las bailarinas de danza contemporánea, lo lleva a uno a imaginar, posiblemente, el mundo interior, la relación, la interacción que tenía Reverón con sus muñecas. Probablemente pudo haber sido como esa especie de danza que ellos presentaron”.
“Me pareció un performance muy poético, muy conmovedor y hace una referencia, de una manera muy sublime, de esa capacidad creadora del personaje y de unos objetos que simbolizan, que son tan emblemáticos dentro de su obra artística, como son sus muñecas en tamaño natural”.