El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva abandonó este sábado la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo en medio de un tumulto para presentarse ante las autoridades. Dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT), fundado por el líder brasileño, ya habían declarado a lo largo de la jornada que el expresidente podría presentarse ante las autoridades tras la misa que se celebra en memoria de su esposa, fallecida el año pasado, y para la cual el exdirigente ha salido por primera vez de la sede del sindicato, desde que se resguardara allí este jueves para evitar la cárcel. “Me entregaré porque no les tengo miedo. Demostraré que soy inocente”, ha afirmado Lula.
Texto: Público (España)
El considerado líder más carismático de Brasil, que encabeza todos los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre, ha asegurado que se entrega porque es inocente: “No estoy por encima de la Justicia. Si no aceptase la justicia no habría creado un partido político sino promovido una revolución”, ha agregado. “Creo en la Justicia, pero en una Justicia justa, con un proceso basado en pruebas concretas”, insistió.
No obstante, el primer intento de entrega tuvo que ser suspendido. El exmandatario, junto a su abogado, iba en un automóvil que se disponía a abandonar la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, su cuna política, pero la masa humana no le permitió moverse, por lo que salió del vehículo y se dirigió nuevamente al interior del edificio.
El expresidente también reconoció que, cuando visitó recientemente la frontera de Brasil con Uruguay, le dijeron que atravesara la calle para refugiarse en el país vecino, o que pidiera asilo en la embajada de Bolivia, pero que les respondió que prefiere enfrentar directamente a sus acusadores y que los va a enfrentar aceptando el mandato de prisión. “Lo hago porque sé que la historia va a probar que quien cometió un crimen fue el comisario que me acusó, el fiscal que fue injusto conmigo y el juez que me condenó”, afirmó Lula.
El fundador del PT ha denunciado ser “el único ser humano” procesado por “un apartamento que no es mío”, en referencia al tríplex de lujo que la sentencia le atribuye en relación con el escándalo de corrupción de Petrobras, y por la que se le imputan doce años de cárcel.
Así, Lula ha admitido que se presentará ante la justicia también para evitar que su situación jurídica se complique, ya que el juez puede dictar una orden de arresto preventivo por obstrucción a la justicia. “Pero cuantos más días me dejen en prisión, mas lulas van a nacer en este país. Ellos van a darse cuenta que el problema de este país no es Lula. De nada les sirve impedirme andar por este país, porque habrá millones de lulas andando”, aseguró.
En compañía de Dilma Rousseff
Este sábado, Lula salía por primera vez en varios días de la sede del Sindicato Metalúrgico de Sao Bernardo do Campo. Allí se había refugiado el jueves, después de que el juez Sergio Moro dictara un auto de prisión inmediata y le conminara a entregarse antes de las 22.00 GMT del viernes por delitos de corrupción.
Tras afirmar el viernes que no se entregaría ante la Policía Federal, y finalmente no hacerlo en el tiempo contemplado por el juez Moro, Lula salía el sábado de la sede del sindicato para participar en una ceremonia en memoria de su esposa. El exmandatario se dirigió a una tarima improvisada en un camión instalado frente al recinto sindical, donde se ha oficiado una misa en memoria de su esposa Marisa Leticia, fallecida el pasado año, que en este día cumpliría 68 años.
El expresidente se ha mostrado tranquilo y ha estado, de nuevo, acompañado por la ex jefa del Estado, Dilma Rousseff, la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) y algunos de quienes fueron ministros en su gestión, como el excanciller Celson Amorim.
Miles de simpatizantes, que ya habían realizado diversos actos de apoyo hacia Lula, como una vigilia en la noche del jueves —durante la que Rousseff hizo pública su intención de presentar su candidatura al Senado brasileño— saludaron al exmandatario al grito de “Lula, guerrero del pueblo brasilero”.
Según informaba también el diario brasileño Folha de Sao Paulo, el exlíder político habría alcanzado un acuerdo con la Policía Federal, con la que había intentado negociar para que la orden de prisión se materializara el lunes. Sin embargo, esta primera propuesta habría sido rechazada por los agentes.
Finalmente, con el objetivo de evitar enfrentamientos entre los cientos de militantes, simpatizantes y sindicalistas concentrados en la sede y los agentes que sean enviados para realizar la detención, Lula se entregaría de forma voluntaria. El acuerdo incluiría que la Policía Federal envíe un vehículo sin insignias para recoger al exmandatario, según los abogados del expresidente, citados por Folha.