Este 9 de octubre se conmemora el 50 aniversario del asesinato del icono de la revolución latinoamericana: el guerrillero cubano-argentino Ernesto “Che” Guevara de la Serna.
Texto: AVN
En el sitio web de Prensa Latina se refiere que en su natal Rosario, Argentina, el Che Guevara desarrolló cualidades como su pasión por el ajedrez y la literatura.
Su espíritu aventurero lo llevó a postergar sus estudios de Medicina para recorrer el continente latinoamericano. A su paso por México conoció a un grupo de jóvenes que pretendían, desde el exilio, formar una Revolución en la Cuba del dictador Fulgencio Batista.
Primero contactó con Raúl Castro, luego con su hermano Fidel y quedó enamorado del proyecto insurreccional. Meses después estaba rumbo a la mayor de las Antillas en un pequeño yate, el Granma.
Luego del desembarco del yate, reagrupadas las fuerzas revolucionarias y pasados los primeros combates, el argentino quedó al mando de la columna Cuatro en lo más recóndito de la Sierra Maestra oriental.
El Che construyó escuelas, hospitales, enseñó a leer a sus subordinados, fundó un periódico -El Cubano Libre- y hasta puso en marcha la estación Radio Rebelde el 24 de febrero de 1958.
En plena ofensiva del Ejército batistiano organizó una nueva columna, la número Ocho, bautizada como Ciro Redondo en homenaje al compañero de lucha que había muerto en combate.
Su amistad con el Comandante habanero Camilo Cienfuegos llenaría la historia de anécdotas entre ambos. Con la confianza de Fidel Castro, ambos protagonizaron campañas militares -Santa Clara y Yaguajay- que pusieron el punto final a la dictadura.
El triunfo revolucionario de 1959 sobrevino una nueva etapa en su vida. Sus primeras tareas estuvieron enfocadas a mantener el orden en la fortaleza habanera La Cabaña. Luego fungió como representante de Cuba en una gira por varios países del Tercer Mundo. Mostró sus cualidades como planificador de la economía, fue ministro de Industrias y presidente del Banco Central.
Cuando entendió que su labor en Cuba había terminado, emprendió rumbo hacia otros países de África y América Latina donde, a su juicio, la revolución estaba pendiente.
Movido por ese espíritu libertador llegó a Bolivia, donde conformó una pequeña guerrilla que inició acciones en las zonas campesinas. En La Higuera, oficiales del Ejército boliviano, asesorados por la CIA estadounidenses, lo capturaron el 8 de octubre de 1967 y al día siguiente lo asesinaron.
Tres décadas después de su asesinato, un grupo de expertos argentinos y forenses cubanos encontraron e identificaron los restos del Che y de varios de sus compañeros de la guerrilla boliviana. Actualmente descansan en el Mausoleo homónimo ubicado en la provincia Santa Clara, al centro de Cuba.