El arte y la cultura se dieron cita este sábado en el Parque Los Caobos, durante la 31º Feria Agroecológica Conuquera, dedicada en esta oportunidad a conmemorar las parrandas de San Pedro, San Juan Bautista y el Tamunangue, tres de las festividades populares más reconocidas en todo el territorio nacional.
Texto: Prensa MPPC / fotos: @FeriaConuquera y Laura D’Vásquez
Egidio Romano, ingeniero agrónomo y miembro de la Comisión de Formación del evento, explicó que estas tradiciones ancestrales son la expresión de la fusión de culturas y costumbres surgidas durante el proceso de mestizaje en nuestro país. “Son festividades que tienen fundamento ancestral y astronómico, nuestros indígenas la celebraban aquí y se funcionaron con los elementos traídos de África, Asia y Europa, para conmemorar el inicio de las actividades agrícolas”, señaló.
Al respecto, destacó que mediante la feria se busca reivindicar estas costumbres mágico-religiosas, propias de la identidad del venezolano, para defender nuestro patrimonio de la hegemonía cultural impuesta desde el extranjero a través de los medios de comunicación, cuyas principales víctimas son los jóvenes.
“Ante la hegemonía cultural que nos han impuesto por la era industrial muchas de estas tradiciones se han perdido, se han mutilado y ahora aún más con la hegemonía cultural digital. Nuestros jóvenes son las principales víctimas de estos patrones de comunicación que tiene un fin político-social, por ello debemos procurar que los jóvenes, en vez de ir a guarimbear, a alimentar el terrorismo, a tener un patrón de consumo impuesto, acudan a lo realmente nuestro, a lo ancestral”, añadió.
Esta gran fiesta conuquera, que se lleva a cabo el primer sábado de cada mes, fue creada en octubre de 2014, como espacio para promover la soberanía alimentaria desde lo urbano y hacerle frente a la guerra económica orquestada por la derecha nacional contra el pueblo, a través de la venta de hortalizas, frutas y otros productos de primera necesidad a precios solidarios.
“Uno de nuestros propósitos es rescatar nuestra identidad, dar a conocer esos productos que nuestros ancestros nos enseñaron, como la cafunga y los besitos de coco, dulces que nos quitaron del paladar para ponernos a comer chuchería, la cual a lo largo nos va a generar daños a nuestra salud. Por eso nosotros tratamos de ofrecer productos que son sanos para nuestro cuerpo, estamos brindando salud y vida”, expresó María Consuelo Sánchez, fabricante y vendedora de dulces criollos.
El investigador cultural Jesús Mujica indicó que este evento brinda la oportunidad a toda la población de reflexionar más allá de la producción de alimentos, pues permite ahondar en la carga ideológica y revolucionaria de estos procesos autosustentables, que tiene como destino la independencia alimentaria.
Por su parte, uno de los visitantes, el arquitecto José Matamoros, recalcó que esta iniciativa tiene una importante significación social, porque permite a los caraqueños conectarse con la naturaleza y reconciliarse consigo mismos para superar las etapas de desequilibrio que vive la nación actualmente, como consecuencia del sistema capitalista.
“Cualitativamente, este tipo de experiencias tiene un significado muy valioso porque son una muestra de hacia donde realmente vale la pena que hagamos el esfuerzo, que nos movamos hacia el encuentro de la armonía con la naturaleza, que es la base de la reconciliación de nosotros mismo como seres humanos, para superar estas etapas de desequilibrio y pérdida de sentido de la realidad que estamos viviendo”, enfatizó.
Obed Sayago, de la agrupación Cultores Rebelados, destacó la importancia de replicar este tipo de actividades en los demás estados del país, para seguir contribuyendo en la consolidación de una Revolución Cultural.
“Es espectacular que sucedan cosas como esta feria donde el sistema de intercambio de la producción es totalmente popular, viene de la creación de un modelo distinto. Sentimos que esa es la económica comunal que debemos implantar como modelo en nuestro país”, precisó.
“Si bien hay un sector de la población haciendo daño al país desde su ambición, este tipo de experiencias comunitarias son las que nos dicen que en Venezuela también hay gente dispuesta a compartir, a seguir construyendo un modelo cultural distinto al que existe. Acá estamos haciendo Patria y construyéndola entre todos porque juntos echamos el país hacia adelante y es la única manera que tenemos parar hacerlo”, agregó Sayago.