El talento de los guitarristas venezolanos, es digno de exportación. A esa conclusión llegó el músico mexicano, Iván Resendiz, quien participó en la Décimo Octava edición del Festival Internacional de Guitarra de Angostura (FIGA) que desde el 27 de julio se celebró en el estado Bolívar, específicamente en Ciudad Bolívar, capital que ya se conoce como el epicentro de la guitarra.
Texto: Prensa MPPC
“Como jurado del concurso pudimos comprobar en primera persona que aquí hay talento de exportación. Las nuevas generaciones tienen un nivel muy alto y me voy gratamente sorprendido del talento que hay en esta tierra”, resaltó el azteca.
Resaltó que desde hace tiempo, Venezuela se ha ganado un puesto entre los mejores países de músicos guitarristas. Valoró que nuestro país cuente con un sistema educativo que brinda todas las oportunidades para el aprendizaje musical.
El evento que cerraba este miércoles en Caracas, contó también con la presencia del colombiano Mario Arévalo, igualmente ejecutante del mismo instrumento.
Ambos exponentes de la guitarra latinoamericana ofrecieron al público piezas musicales que evocan las raíces del continente americano y, especialmente la figura del entrañable artista venezolano, Antonio Lauro.
“Este es un festival que muestra un gran nivel de los chicos que fueron a concursar. Hemos sido testigo de todas las capacidades que esta generación de relevo tiene para convertirse en los nuevos exponentes de nuestra música”, expresó Arévalo, quien envió sus felicitaciones a todos los jóvenes concursantes debido al gran esfuerzo que amerita presentarse en un espectáculo con reconocimiento internacional.
Un símbolo de hermandad
Luego de escuchar a ambos exponentes, se pudiera concluir que este instrumento ha ganado adeptos alrededor del mundo, pero especialmente en Latinoamérica ha sido utilizada tanto en el ámbito musical como en el social. Resendiz, cuenta que la guitarra fue usada en épocas de protestas, lo que la ha convertido en una herramienta de lucha social.
“La guitarra nos permite recordar de donde venimos. Nos hermana en momentos difíciles y siempre ha sido un elemento de unión en el continente, nos da identidad y se puede definir como un símbolo de hermandad”, añadió.
En este sentido, Arévalo reconoce que América Latina se ha apropiado de la guitarra como un instrumento autóctono. “Desde la Patagonia hasta el norte de México se puede encontrar la guitarra en la música popular. Éste es el continente que se ha convertido en el instrumento con más obras originales escritas y esta es una gran bendición para nosotros los guitarristas”, concluyó.
Lara calificó de excelente la actitud del público, por cuanto “siempre pide música y que se les traiga la diversidad cultural del mundo y sobre todo latinoamericana”.
Añadió que la ocasión fue propicia para convocar a virtuosos como Arévalo y Resendiz.
18 años sonando sin parar
El sur del país disfruta de este festival desde el año 1997 cuando sus fundadores, entre ellos José Luis Lara y Douglas Esteves, decidieron comenzar lo que se antojaba como un proyecto en homenaje permanente al inolvidable guitarrista, Antonio Lauro, oriundo del estado Bolívar.
Desde entonces, han sido 18 años donde las cuerdas de las guitarras y sus afines han sonado sin parar. En Venezuela, este instrumento es considerado un símbolo cultural que representa la idiosincrasia nacional. Por eso, años tras año, diversos géneros musicales confluyen en este evento, gracias a las manos de jóvenes que encuentran en este espacio la oportunidad para demostrar su talento.
Son diversas las actividades que se realizaron en el marco de este festival: talleres, recitales, conferencias a cargo de maestros guitarristas y el esperado Concurso Nacional de Guitarra que arribó a su quinta edición y donde tres participantes alzaron el trofeo: Renny La Gamma (nivel profesional), Efren Saavedra (2do premio, nivel juvenil) y Jacobo Reyes (nivel infantil).
De mano de la Revolución Bolivariana
El líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, defendió a lo largo de todo su mandato las raíces culturales de nuestro país y fue la música el estandarte que sirvió para cumplir este objetivo.
Sus alocusiones siempre estuvieron amenizadas por entonaciones musicales que le daban colorido al discurso. Quizás, sea ésta una de las características más recordadas por la población.
Desde géneros como la música llanera, hasta rancheras y baladas se podían escuchar con su voz, acompañadas en muchas ocasiones con un cuatro o con una guitarra.