La comunidad de la popular parroquia Antímano y sus visitantes se reunieron la tarde de ayer en el bulevar del sector para disfrutar de un espectáculo ofrecido en el marco de la segunda jornada del Festival Salsa Caracas.
Texto: CiudadCCS (Manuel Hincapié García)
Chino Márquez, proveniente de la parroquia Sucre, fue el encargado de abrir el concierto rumbero interpretando exitosos temas como Amándote, Que lloro, Vivo, Te quiero y Desordéname, este último en compañía de la flautista Emily Ojeda, quien pertenece a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar.
Con muchos aplausos y bajo un ambiente más romántico, fue el turno para el cantante de salsa Leo González, quien abrió su presentación con su más reciente canción Una mentira más, con la cual puso a corear a todos los presentes.
Además, interpretó su actual tema promocional Caminaré y un tributo a Héctor Lavoe, con varios de sus más escuchados éxitos. Se presentó en medio de un llamativo juegos de luces. El artista expresó sentirse muy contento por la recepción del público.
Después fue el turno para Erick Blanco, quien se apoderó del escenario poniendo a bailar a los asistentes con buena música tropical.
“¡De Antímano es la salsa!”, fue el grito que dio para abrir su presentación Jhonny Pernía, junto a la orquesta de Banny Kosta, animando el encuentro con la vocalización de populares temas como Que falta de ternura, La cárcel, entre otros. Como parte de su espectáculo, invitó al escenario para que lo acompañaran a cantar al Chino Márquez, Leo González y a quien en su momento fue fotógrafo de la Fania All Stars, Armando Palacios, siendo este también habitante del sector y ejecutante de maracas.
Seguidamente, Menudo y su Orquesta, muy agradecidos con la organización del evento por parte de la Alcaldía de Caracas y el Gobierno del Distrito Capital, con mucho entusiasmo culminaron el encuentro con broche de oro, al ofrecer un homenaje a los Hermanos Lebrón. Para esto cantaron los éxitos más representativos de la orquesta puertorriqueña.
En respuesta al espectáculo ofrecido, el público coreó a una sola voz cada una de las piezas y, además, pidió a los músicos que brindaran varios bises antes de que se bajaran de la tarima.