Como cada mes desde principio de año, el Foro Permanente de Pensamiento y Acción, una política impulsada desde el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, volvió a tener lugar. Esta vez en las instalaciones en la Tienda de la Red de Arte —frente a la Plaza Bolívar—, con la presencia del ministro Reinaldo Iturriza; la viceministra del Poder Popular para la Cultura, Giordana García; el presidente del Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM), José Jesús Gómez; el responsable por los Movimiento Emergentes, Jesús García; el presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC); e integrantes del colectivo Gente Chavista.
Texto: Prensa MPPC (Marco Teruggi) y Correo del Orinoco (Várvara Rangel Hill)
Fotos: MPPC
El tema del debate en esta oportunidad —la anterior había sido acerca de los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular— fue acerca de la estética de la Revolución o, como señaló Iturriza al iniciar la jornada: “¿Existe una estética de la Revolución?”.
Por qué debatir ese tema que podría parecer secundario fue lo primero que explicó el Ministro: “No se puede concebir la Revolución Bolivariana sin una profunda impugnación del bloque hegemónico del puntofijismo […], y un bloque hegemónico no se construye solamente con la fuerza, sino formando un sentido del mundo, de estar en el mundo, una identidad popular”, dijo haciendo especial referencia a la política desarrollada durante décadas por el partido Acción Democrática.
La Revolución implicó, entonces, una impugnación de esa estética, con un punto de partida central en la aparición de Hugo Chávez el 4 de febrero de 1992: “Chávez irrumpe nada más ni nada menos que como nosotros, por fin aparece lo que nosotros somos, y ésa no es la estética dominante, de las élites”.
A decir de Iturriza, no se pueden negar algunas “virtudes” de la tolda blanca en la Cuarta República como figuras de la talla de Rómulo Gallegos o Andrés Eloy Blanco, expresiones como la “fiesta de la televisión” o personajes como Juan Bimba. Aunque se “denigre” a AD “no se puede negar” que fue un partido que “construyó” hegemonía e hizo historia y tuvo sus virtudes. “Una de las vías más directas para desconocer y no entender nuestro presente es no reconocer de dónde venimos”, admitió.
Para entender el chavismo, de dónde venimos y la estética —añadió el ministro Iturriza— “hay que estudiar a Acción Democrática, hay que detenerse en la década de los cuarenta, hay que estudiar a Juan Bimba, hay que estudiar todo ese esfuerzo que hicieron las élites venezolanas por construir una noción de lo popular”.
En este sentido, Reinaldo Iturriza reiteró que la Revolución venezolana no se puede concebir “sin una profunda impugnación de esa estética que instaló el Puntofijismo”.
Contra los prejuicios
Por otro lado, el titular del despacho de Cultura criticó a los sectores que desde “posiciones revolucionarias” son “clasistas y racistas en nombre del buen gusto, en nombre de la alta cultura”. La afirmación del ministro fue en respuesta a un video titulado HipTURRIZAhop, difundido por el usuario McFlow Iturriza en Youtube.com, en el que se mezclan elementos del hip hop y el reggaetón para hacer una critica al acercamiento y las declaraciones de Iturriza sobre estas expresiones musicales.
“Ojala vengan más videos, porque eso sirve para discutir sobre esas cosas de manera desprejuiciada, democrática, como es el chavismo y no según los patrones sumamente autoritarios de una izquierda absolutamente desubicada y clasista”, fustigó.
Iturriza defendió que debe existir “un respeto mínimo” por las manifestaciones populares.
Logros
¿Qué estética se fue construyendo, creando a partir de entonces, y en particular desde el acceso al Gobierno del chavismo en 1999? ¿Cómo se fue modificando la cultura, el arte —”la consciencia de nosotros mismos”— en un escenario todavía marcado por una economía capitalista reinando en el mundo? “Todavía somos contrahegemonía, pero estamos consolidando poco a poco los rasgos de nuestra identidad popular que queremos que sean hegemónicos, gramscianamente”, explicó Giordana García.
Entre esos rasgos, señaló como primero la apropiación popular de la gesta histórica: Simón Bolívar, Ezequiel Zamora, Negro Primero, las luchas de los años cuarenta, sesenta y setenta, las guerrillas, etc., como parte del reconocimiento de “qué somos”, rompiendo con los años de “reconocimiento y legitimación excluyente, elitista” del Pacto de Punto Fijo y de los años anteriores también.
Y varios rasgos más, como señaló la Viceministra, el despliegue de muralismo, la declaración de Venezuela libre de analfabetismo, la educación universitaria, el teatro de calle, el Movimiento César Rengifo, la Red de Teatro y Circo, acceso a museos, teatros, festivales, el Sistema de Orquestas, el acceso a los libros, la parranda de San Pedro, las movidas emergentes, el hip hop, arte corporal, entre otras cosas.
Pilares consolidados o en proceso de construcción, centrales de cara a pensar la hegemonía en construcción, y la necesidad de “afinar políticas culturales de alto impacto”, para hacer frente a los ataques venidos de fuera, de las clases dominantes desplazadas de su monopolio del poder y el manejo de las artes, pero también de un pensamiento conservador vigente en ciertos sectores de izquierda, reticentes a incluir nuevas estéticas dentro de su mirada de lo que debería ser la Revolución.
“Nuestra estética es la diversidad, la pluralidad, nosotros somos eso”, afirmó José Jesús Gómez, señalando la importancia de romper con una mirada impuesta: “Siempre pensarnos en lo que viene de afuera, copiando lo de afuera”.
Porque así como durante décadas la hegemonía puntofijista impuso/convenció en aceptar como mejor todo lo venido de afuera —continuando con la mirada colonialista de la vida—, con la Revolución se abrió la posibilidad de crear, de pensar la producción estética desde la identidad popular venezolana. Y desde allí tomar, por ejemplo, aquello venido de fuera, como el hip hop, pero “nacionalizándolo”, haciéndolo con los rasgos propios, como señaló Gómez.
“Generar política de base para crear nuevos conceptos sobre cultura, y entender que la estética nuestra debe ser construida desde la base, no pude ser construida desde ninguna institución, o por, no puede ser impuesta por ningún ente”, explicó Jesús García al referirse a la propuesta de los Movimientos Emergentes: debatir desde los territorios hacia dónde y de qué manera llevar cada una de las artes (hip hop, fotografía, arte corporal, diseño, etc.)
Entonces, construir la nueva estética revolucionaria, y más que estética, las estéticas, diversas, representando la multiplicidad del pueblo venezolano, uno de los más diversos del mundo, como había señalado el escritor Eduardo Galeano. Y construir esas estéticas desde la ética revolucionaria, como afirmó Juan Carlos Lozada, partiendo de ella.
“Queremos construir la diversidad cultural, estamos uniformados porque así nos fue impuestos, nuestros gustos, nuestra música, nuestros instrumentos, cuánto hay de nuestros realmente, cuánto fundamos de verdad, cuánto no es una imposición […]. Como clase estamos definiendo y redefiniendo, qué va a quedar y qué no se va a salvar, aportemos lo que haya que aportar, y lo que tenga que caer, porque no tiene fuerza propia para sostenerse, caerá”, señaló una vocera de Gente Chavista, haciendo hincapié en la capacidad y necesidad creadora del pueblo.
“No necesitamos intérpretes, nosotros mismos estamos en la capacidad de decirnos”, aseveró mostrando como ejemplo un video de los privados de libertad, un trabajo que Gente Chavista ha venido realizando.
Desde allí, siempre “a partir de reconocer lo que somos”, como indicó Iturriza para finalizar el primer día de este nuevo foro, desde allí pensar las estéticas, aquellas que fueron emergiendo desde 1989 hasta la fecha, y aquellas que esperan su llegada, su construcción desde una identidad popular revolucionada, hecha de ejercer poder, de intentar cambiar las cosas, su sentido, su orden más profundo, como es el de romper con la exclusión y poder decir en voz colectiva las formas que debe tener la belleza, la estética de la Revolución.