Fue dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y del Partido Socialista Unido de Venezuela, se desempeñó como diputado y vicepresidente del Parlamento de 2006 a 2008, cuando asumió la cartera del Trabajo. Acompañó en diversos cargos al comandante Hugo Chávez y se dedicó por entero a la defensa de la clase trabajadora por considerarla vital para la consolidación de la Revolución Bolivariana. Roberto Hernández Wohnsiedler, fallecido este jueves, es recordado por su labor como abogado laboral comprometido, conocimiento que lo llevó a ejercer el cargo de ministro del Trabajo entre los años 2008 y 2009.
Fuente: Prensa Latina
También fue consultor jurídico de diversas organizaciones públicas, tales como la Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), el Ente Nacional del Gas (Enegas) y la Asamblea Nacional (AN).
Su libro La Clase Obrera y la Revolución Bolivariana, bautizado en 2013 compila una serie de artículos de opinión publicados en el Diario Vea desde 2008 hasta 2012, en el que destaca la importancia de la clase trabajadora en el proceso revolucionario.
Lucha de Clases y Cuadros Dirigentes (2012), Pueblo y Fuerza Armada (2013), La deuda con Chávez (2014) y Todas las abominaciones (2015), son algunos de los títulos de los artículos en los que defiende a la fuerza trabajadora venezolana.
En La Clase Obrera y la Revolución Bolivariana, publicado por Fundación Editorial El perro y la rana, el autor aseveró que el socialismo es la solución a la crisis estructural del capital producida por la burguesía y enfatizó que solo se conseguirá gracias a la unidad internacional de la clase obrera.
“La clase trabajadora es la que tiene en sus manos la estructura económica y cualquier transformación revolucionaria tiene que comenzar por cambiar la estructura económica, y eso sólo lo pueden llevar a cabo los propios obreros”, afirmaba Hernández en una entrevista publicada en junio de 2008 en la página web manosfueradevenezuela.org.
“Ahora resulta que aquí tenemos un problema que es la división de la clase obrera lo que ha llevado a que se pierda todo el sentido de clase”, expresó en el sitio internacionalista creado en la web para defender la Revolución Bolivariana. En aquella oportunidad, como en otras cuando exponía sobre la trascendencia y repercusión de los trabajadores de la patria, afirmó que la fortaleza de la clase obrera está en su capacidad de unión.
“No podremos formar un partido revolucionario, no podremos adelantar económicamente, no podremos elevar la cultura del pueblo venezolano, con una clase obrera dividida”, sostuvo.
Roberto Hernández falleció este viernes 5 de mayo, a los 80 años, debido a un padecimiento de salud.
Desde 2005 fue articulista en la página web revolucionaria Aporrea.org.
El último, titulado “Todas las abominaciones”, fue publicado el 2 de junio.
Todas las abominaciones
Por: Roberto Hernández Wohnsiedler | Martes, 02/06/2015 01:35 AM |
El sistema capitalista ha agotado todas las abominaciones que la lucha de clases ha inventado para oponerse a los mismos seres humanos. Invasiones, decapitaciones, violencia sexual contra menores, desapariciones, guerras civiles e internacionales, y todo se hace con el propósito de rebajar los precios de las materias primas.
Tal como previeron Marx y Engels, el capitalismo está regido por la férrea ley de la ganancia. Por el hecho de Venezuela tener las más grandes reservas petroleras nos coloca en la mira del impero yanqui. Ya vimos cómo los Estados Unidos nos declaró una amenaza inusual y extraordinaria, lo cual, de no ser por provenir de quien proviene, se trataría de algo sencillamente risible. Afortunadamente, la solidaridad internacional detuvo el golpe que ya parecía inminente. Tambien hemos visto cómo Arabia Saudita ataca a Yemen.
En realidad estamos sujetos a ser víctimas de agresiones por tener reservas de la más codiciada materia prima para el imperialismo. Esto quiere decir que necesariamente tenemos que estar preparados para cualquier contingencia. La naturaleza nos dotó de una gran riqueza pero también de poderosos enemigos que ambicionan esa riqueza. Por lo tanto, tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad, hasta la más grave.
Paz al alma de Roberto Hernández Wohnsiedler