Iraida Vargas: Los Gobiernos pasan, los pueblos quedan

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GLS (6 de 20) La antropóloga Iraida Vargas, quien durante el programa En contacto con Maduro del pasado martes leyó la “Proclama ante el ataque del Gobierno estadounidense al pueblo venezolano”, de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, se presentó como hija de las heroínas que fundaron la patria a fuerza de valor y conciencia. Ella es hija de Apaucana, “la cacica palenque que coordinó a Guaicaipuro, Paramaconi, Tamanaco y Tiuna”; hija de Ana Soto, “la guerrillera heroica de la sierra de Falcón”; hija de Juana La Avanzadora, “la combatiente monaguense”; e hija de Josefa Camejo, “la coriana combatiente y comprometida”. Para esta profesora e investigadora social, participante del Encuentro de Intelectuales: Voces antiimperialistas, Venezuela es esperanza, la “soberanía es la capacidad que tiene cada pueblo para defender sus propios intereses”, y va más allá de la visión del territorio.


Prensa MPPC (Texto: Laura Farina / Fotos: Gustavo Lagarde)

Al retomar a Simón Bolívar, Vargas explicó que defender el derecho a la soberanía no debe ser sólo una cuestión declarativa que acontece frente a un hecho extraordinario –como puede ser la amenaza de una invasión o la injerencia externa–, sino una reivindicación cotidiana, una compañía constante.

Y quien hizo de eso su verbo diario fue el Comandante Hugo Chávez. “Si tú defiendes tu identidad, tu patria, estás practicando tu soberanía. Eso lo dijo Bolívar y fue retomado por Chávez. Su discurso es el manejo de elementos de nuestra identidad nacional o latinoamericana, mezclado dentro de un mensaje político. Continuamente él estaba reforzando esos elementos, porque de esa manera reforzaba y practicaba el ejercicio soberano”, aclaró.

Por encima de la unión de los Gobiernos, el ideario chavista propugna la integración de los pueblos. Por eso, la también Premio Nacional de Cultura, mención Humanidades (2008), propuso que en vez de enfocarse en la próxima Cumbre oficial de la OEA –que está armada con base en “claves imperiales”–, Venezuela debe participar en la Cumbre de los Pueblos.

Frente a “la correlación de fuerzas que existe entre un imperio como el norteamericano y lo que pueden hacer los Gobiernos progresistas de América Latina –que son tan vapuleados–, es dable pensar que lo que quedan son los pueblos, los Gobiernos pasan. Los que sufren son los pueblos. Los que pueden manifestar su solidaridad de mil maneras y romper con ese esquema imperial” son las organizaciones populares “que no se comen el cuento”, aseguró Vargas.

GLS (7 de 20)Para ganar la batalla contra la blasfemia, para enfrentar la maquinaria comunicacional-empresarial trasnacional que, al decir de Luis Britto, ha sometido al pueblo hace quinientos años a un genocidio moral, es necesario transformar las herramientas generadoras de conciencia.

“Yo creo que nosotros no hemos hecho una revolución cultural”, indicó la antropóloga. Por ejemplo, el Sistema Educativo ha renovado la enseñanza en Historia, pero “son reconstrucciones llenas de falacias, no están al día de lo que la investigación historiográfica ha ido generando”, señaló.

Ese desconocimiento dificulta entender el porqué de la situación actual, es como viajar sin coordenadas hacia un rumbo incierto. Y esa falta de comprensión genera indiferencia: “¿Cómo vas a amar tú lo que no conoces? ¿Cómo puedo yo reconocerme en él, o él en mí si no conocemos nuestras particularidades culturales?”, se preguntó Vargas.

Por eso, el Comandante Hugo Chávez aplicaba sus dotes de docente en la televisión, comenzando sus alocuciones con datos históricos y geográficos para solventar los vacíos del Sistema Educativo, explicó.

“La lucha cultural es una lucha frontal”, aseguró la investigadora este martes en el Encuentro de Intelectuales: Voces antiimperialistas, Venezuela es esperanza. Para eso, la escritora y coautora de más de treinta libros considera fundamental las experiencias comunales.

“En la medida que el Proyecto Constituyente Socialista Comunal se desarrolle, tenga éxito y se constituya como una nueva hegemonía cultural […], su coherencia interna determinará, quizás a futuro, la posibilidad y la necesidad de formular un nuevo proyecto nacional […] que esté al servicio de los intereses de los seres humanos, y no de los intereses del capital”, remata en la introducción de La larga marcha hacia la sociedad comunal. Tesis sobre el socialismo bolivariano, su última obra escrita junto a Mario Sanoja.

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