“El joropo es el quehacer diario, es el pescador que se tira mar afuera a buscar peces donde estén y lleva esa música impregnada dentro de sí, es el llanero que se levanta por la mañana y amarra su caballo con una taza de café en el estómago, y sale a perseguir el toro, la vaca, es el mirandino que se levanta temprano y va a su conuco, es el larense que va a arrear sus chivos, todo eso, que es lo que hace posible esto que se llama joropo”. Así contaba Vidal Colmenares, cantor y coplero del estado Portugesa, qué era, de qué estaba hecha esa música popular tradicional venezolana, a poco de comenzar la Fiesta del Joropo, en la ciudad de Cumaná, estado Sucre. El evento, “el primero de esta magnitud”, como subrayó Colmenares, se enmarcó en el Año del Joropo, una propuesta del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, luego de que el año pasado tuviera lugar el Año del Cuatro.
Texto: Marco Teruggi, blog Como el Viento en la Noche
Fotos de Milángela Galea
“El joropo es una manifestación nacida de la esencia popular, ahí está su valor fundamental, no proviene de una creación académica o academicista, sino que es la alegría popular, la manifestación festiva del venezolano”, explicaba a su vez Eimer Escalona el Pollo de Moroturo, coplero también venido desde Portuguesa.
Una hora después, Colmenares -de bigote ancho, sombrero y traje marrón cerrado hasta el cuello- y Escalona –vestido de blanco de pies a cabeza-, se encontraban arriba del escenario del Teatro Luis Mariano Rivera cantando para una sala llena, que contó con la presencia del Ministro para la Cultura, Reinaldo Iturriza, y del gobernador, Luis Acuña,
Junto a ellos estaban en el escenario decenas de bailarines y bailarinas luciendo trajes diferentes en cada danza, vestidos de flores, naranjas, amarillos, azules, alpargatas, sombreros, pantalones arremangados. Y otros cantores y cantoras, y actores.
“Se trata de artistas que deberían constituir figuras de primer orden para la mayoría de la sociedad venezolana”, destacó el ministro antes de empezar el acto, en su segundo día en Cumaná, donde también participó del centenario de Alma Llanera, canción que fue declarada como Bien de Interés Cultural de la República.
“Garantizar la profundización de este proceso de democratización de la sociedad venezolana tiene que ver con salvaguardar y realzar de manera permanente nuestros valores culturales, nuestros bienes culturales, las diversas expresiones artísticas que provienen del seno del pueblo”, había afirmado entonces desde la Casa de la Diversidad Cultural de la capital sucrense.
La unidad en la diversidad
“La importancia del acto de hoy es que por primera vez se están reconociendo todos los joropos como una misma familia, donde estamos integrados, y la gente tiene la oportunidad de verlos juntos, y de ver la riqueza que tiene el joropo dentro de sí”, destacó Colmenares. Presentar esta variedad de joropos –siete en total: el oriental, el central, el guaribero, el jorconiao, el llanero, el larense, y el guayanés- fue uno de los objetivos de la obra puesta en escena.
Así desde el inicio se narró la historia del joropo, las prohibiciones sufridas en 1640 y en 1749 por parte de la Corona de España, el significado de la palabra –“el joropo es baile, fiesta y música”-, y sobre todo enseñar la variedad de pasos, instrumentos, movimientos que conforman esa música arraigada en todo el territorio nacional.
“Esta actividad es producto de una serie de discusiones a lo interno del Ministerio para la Cultura, que captó del poder popular cultural la necesidad de presentarnos en el sentido político, de la unificación en la diversidad, y una fórmula por naturaleza correcta para ese empeño es la expresión del joropo”, contó Eimer Escalona el Pollo de Moroturo, quien improvisó un contrapunteo junto a Colmenares antes de empezar el evento, acompañado de harpa, maracas, cuatro y bandolina.
Del pasado hacia adelante
La tarde que se vivió el sábado 20 de septiembre, ofició entre otras cosas como un contraste con una realidad pasada, recordada por Colmenares: “Antes era muy difícil, no se le ponía cuidado a los cultores, éramos mirados como hombres sin importancia”. El cantor, aplaudido como todos los que se subieron al escenario, relató el cambio que comenzó a suceder a partir de 1999: “Hoy día un grupo de cultores que nunca soñaron con tener la seguridad social hoy la tienen, y la van a seguir teniendo, y gozamos de respeto, de dignidad”.
En la actualidad la apuesta hacia las artes populares tradicionales ha cobrado un lugar privilegiado: se han abierto espacios para practicar, crear, difundir hacia la juventud. Ledy Rivera, bailarina de danza tradicional del Centro Nacional de Danza –antes Compañía Nacional de Danza-, un espacio fundado en el 2006, se refirió a estas nuevas realidades:
“En Caracas hay muchas agrupaciones de danza tradicional netamente, con las cuales tenemos como meta principal difundir nuestras tradiciones, y la mayoría son jóvenes, y es el aprender lo nuestro, contrarrestar el reggaetón, la bachata, la música comercial, bailando y difundiendo nuestras tradiciones, como es bailar joropo, tambores, la música andina”.
Sobre este aspecto también se había referido el Ministro del Poder Popular para la Cultura ante el aniversario de Alma Llanera: “Tenemos que hacer una trinchera desde los cultural, desde la cultura popular venezolana: hacerle frente a la arremetida bestial de una cultura de la violencia que desnaturaliza los orígenes de la venezolaneidad (…) nos debemos reconocer como pueblo creador, como pueblo capaz de tener el control sobre su propia vida”.
El evento, que también será presentado el 9 de octubre en Carora, estado Lara, el 12 de eses mes en Maracaibo, estado Zulia, y a finales de octubre en Caracas, fue un espacio para aprender acerca de una de las raíces más hondas de la identidad venezolana, una identidad múltiple y original.
Se pudo así observar un presente hecho por muchos con orgullo, una realidad que comenzó a construirse en los años bolivarianos, impulsada, como lo recordó Colmenares, por el presidente Chávez: “Él le dio esa fuerza al joropo, tomó la cultura popular, la sacó de donde estaba arrinconada, la puso frente a él, le dio ese auge y esa fuerza que hoy tenemos los cultores populares”.