El camino andado por el comandante Hugo Chávez estuvo orientado por la labor en pro de los desprovistos, de quienes la exclusión les arropó por años. Su amor vehemente, particularmente por esos sectores, fue su quehacer diario. Ese es el sello Chávez. Es ese el sello que traspasó las fronteras de Venezuela y que se mantiene hoy vigente. “Cristo nos ha llamado a hacer aquí, en la tierra, el reino de Dios, que es el reino del amor, de la justicia, de la igualdad”, dijo el mismo Chávez el 21 de diciembre de 2008. Palabras que con coherencia se manifestaron en cada una de sus acciones.
Texto: AVN
Ese amor convertido en acción es hoy su herencia, tras su partida física el 5 de marzo de 2013, la cual tocó a millones en el mundo. Y, así lo recordó este miércoles Diego Armando Maradona, durante su programa De Zurda, que junto al periodista Víctor Hugo Morales, transmite Telesur.
“Recuerdo que lloré mucho, pero bueno, le tocó a él”, dijo el astro del fútbol mundial, a quien a 14 meses de la siembra de Chávez se le quiebra la voz al recordar al Comandante, con quien compartió en diversas oportunidades y escenarios.
Unas de sus anécdotas fueron contada este miércoles por “El Pelusa”, bautizado por Chávez como “el maquinista”, tras participar en un acto de repudio a la presencia de George Bush en Argentina, con motivo a la III Cumbre de los Pueblos y la IV Cumbre de las Américas, en noviembre de 2005. En ese entonces, Maradona llegó al estadio mundialista de la ciudad de Mar del Plata en un tren, denominado “Tren del Alba”, donde estuvo también el Jefe de Estado boliviano, Evo Morales Ayma.
Quien fue astro del balompié mundial contó que al líder de la Revolución Bolivariana le gustaba conducir, porque ello le permitía liberar el estrés. En una ocasión le tocó acompañarlo como copiloto.
“Nos fuimos a 180 kilómetros, y yo al lado de él, cruzadito de brazos”, dijo, al tiempo en que mencionó que en ese viaje tenía un poco de temor de que Chávez se distrajera, sobretodo en una curva a la que se aproximaban.
“Mamita querida, por qué no fui en otro auto”, recordó el exfutbolista antes una improbable distracción de Chávez, a quien nada lo separaba de las cosas importante hechas y por hacer. “La verdad que la pasé siempre lindo con el Comandante”, dijo El Pibe, para quien la partida del Gigante ocurrió, tal vez, por una distracción de Dios.
“A veces Dios se distrae”, dijo.
Ojalá aquí en Venezuela todos opinaramos lo mismo, que viva nuestro comandante eterno