El Jefe de Estado venezolano se dirigió la noche de este jueves al país en cadena de radio y televisión, informando desde Cuba que, tras la operación de absceso pélvico que le fue realizada el pasado 10 de junio, y cuando evolucionaba positivamente, fue detectado un tumor “con presencia de células cancerígenas”, del cual también fue operado y se encuentra en estos momentos en recuperación. Explicó por qué no informó antes de su condición.
Texto: AVN
“A pesar de la favorable evolución general, fueron apareciendo algunas sospechas de la presencia de otras formaciones celulares no detectadas hasta entonces”, dijo el Presidente, quien leyó el comunicado. “Comenzó por tanto y de inmediato, otra serie de estudios especiales (…) que confirmaron la existencia de un tumor absceso, con presencia de células cancerígenas, lo que hizo necesario otra intervención quirúrgica que permitió la extracción total de dicho tumor”.
Añadió: “se trató de una intervención mayor, realizada sin complicaciones, tras la cual he continuado evolucionando satisfactoriamente, mientras recibo los tratamientos complementarios para combatir los diversos tipos de células encontradas y así continuar por el camino de mi plena recuperación”.
El Mandatario agregó que continúa en tratamiento para “seguir combatiendo” los distintos tipos de células malignas que se encuentran en su cuerpo.
Buscó la plena verificación científica antes de informar
El presidente brindó dos razones por las cuales no había informado previamente de esta condición médica: “razones científicas, y razones amorosas”. Chávez buscó “la plena verificación científica, más allá de los indicios y sospechas que vinieron apareciendo”, en “un proceso lento y cuidadoso de aproximación y diagnóstico, de avances y descubrimientos a lo largo de varias etapas”.
El Presidente también habló de “la razón amorosa”, e indicó que en momentos se sintió hundido en un abismo, como también se sintió cuando tuvo que rendirse el 4 de Febrero de 1992, o como cuando fue hecho prisionero durante el golpe de Estado el 11 de Abril de 2002. Dijo Chávez que quería informarle al país de su estado, pero “no desde otro sendero abismal, no desde una oscura caverna o una noche sin estrellas. Ahora quería hablarles desde este camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo. Ahora quería hablarles con el sol del amanecer que siento me ilumina. Creo que lo hemos logrado. ¡Gracias, Dios mío!”
A pesar de su reposo médico, el Mandatario no se ha desligado de sus funciones como Jefe de Estado venezolano. Incluso, ha aprobado recursos para proyectos de desarrollo en beneficio del pueblo. “Me he mantenido y me mantengo informado y al mando de las acciones del gobierno bolivariano, en comunicación permanente con el vicepresidente, compañero Elías Jaua y todo mi equipo de gobierno”, informó.
Informado por Fidel Castro
Chávez describió como “un error fundamental” el haber descuidado su salud y ser renuente a los chequeos y tratamientos médicos. También explicó que para el líder revolucionario Fidel Castro no fue difícil “darse cuenta de algunos malestares” que había tratado de disimular. “Me interrogó casi como un médico, me confesé casi como un paciente, y esa misma noche todo el inmenso avance médico que la Revolución Cubana ha logrado para su pueblo, y una buena parte del mundo, fue puesto a nuestra plena disposición, iniciándose un conjunto de exámenes”. También relató que fue el propio Castro quien le informó, en persona, del hallazgo cancerígeno.
“Gracias Dios mio, gracias pueblo mío, gracias vida mía, nosotros seguiremos venciendo (…) Desde la patria grande, les digo, desde mi corazón, desde mi alma toda, desde mi esperanza suprema, que es la de un pueblo: ¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos! ¡Muchas gracias! ¡Hasta el retorno!”
Video de la alocución
Caraqueños manifiestan su apoyo al presidente Chávez en Plaza Bolívar
Tras la alocución realizada este jueves por el Presidente Hugo Chávez, una multitud colmó la Plaza Bolívar de Caracas para expresarle su apoyo y solidaridad. También se reportó apoyo al mandatario en la plaza Bolívar de Valencia, y en otros puntos del país, al tiempo que surgían convocatorias espontáneas realizadas por diferentes líderes sociales, para que el pueblo acuda este viernes a las 9 de la mañana a las plazas Bolívar de todo el país.
Transcripción completa del mensaje del Presidente
“Yo espero mucho del tiempo. Su inmenso vientre contiene más esperanzas que sucesos pasados y los acontecimientos futuros han de ser superiores a los pretéritos”. Simón Bolívar.
El tiempo y sus ritmos. El tiempo y sus mandatos. El tiempo y sus designios, como está señalado en el Eclesiastés, me llevan hoy a leer este comunicado a la Nación venezolana y a la opinión pública internacional, muy pendientes -como sé, han estado- de la evolución de mi salud, desde que hace varias semanas comenzó a dar muestras evidentes de deterioro.
Después de la excelente gira que hicimos por Brasil y Ecuador entre los días 5 y 7 de junio próximo pasados, llegamos a la Cuba solidaria de siempre para concluir la jornada con la revisión y firma de nuevos acuerdos de cooperación. Confieso que desde el punto de vista de mi salud, sólo tenía previsto hacerme un chequeo en la rodilla izquierda, ya casi recuperada de aquella lesión de comienzos de mayo.
A lo largo de toda mi vida vine cometiendo uno de esos errores que bien pudiera caber perfectamente en aquella categoría a la que algún filósofo llamó “errores fundamentales”: descuidar la salud y, además, ser muy renuente a los chequeos y tratamientos médicos. Sin duda, ¡qué error tan fundamental! Y sobre todo en un revolucionario con algunas modestas responsabilidades, como las que la revolución me vino imponiendo desde hace más de 30 años.
Sin embargo, ya en La Habana, cuando caía la tarde del miércoles 8 de junio, allí estábamos de nuevo con Fidel, con aquel gigante que ya superó todos los tiempos y todos los lugares. Seguramente no fue difícil para Fidel darse cuenta de algunos malestares, que, más allá de mi rodilla izquierda, yo había venido tratando de disimular desde varias semanas atrás. Me interrogó casi como un médico. Me confesé casi como un paciente. Y esa misma noche, todo el inmenso avance médico que la Revolución Cubana ha logrado para su pueblo y una buena parte del mundo, fue puesto a nuestra plena disposición, iniciándose un conjunto de exámenes de diagnóstico.
Fue así como se detectó una extraña formación en la región pélvica que ameritó una intervención quirúrgica de emergencia ante el inminente riesgo de una infección generalizada. Eso fue el sábado 11 de junio, muy temprano en la mañana, algunas horas antes del anuncio que fue leído al país y al mundo, y que ha desatado tantas manifestaciones de solidaridad que no dejan de emocionarme a cada instante.
Luego de aquella operación, que en principio logró el drenaje del absceso, comenzó un tratamiento antibiótico intensivo con una positiva evolución, que trajo una notable mejoría. Sin embargo, y a pesar de la favorable evolución general, a lo largo del proceso de drenajes y de curas, fueron apareciendo algunas sospechas de la presencia de otras formaciones celulares no detectadas hasta entonces.
Comenzó, por tanto, y de inmediato, otra serie de estudios especiales citoquímicos, citológicos, microbiológicos y de anatomía patológica que confirmaron la existencia de un tumor abscesado con presencia de células cancerígenas, lo cual hizo necesaria la realización de una segunda intervención quirúrgica que permitió la extracción total de dicho tumor.
Se trató de una intervención mayor, realizada sin complicaciones, tras la cual he continuado evolucionando satisfactoriamente, mientras recibo los tratamientos complementarios para combatir los diversos tipos de células encontradas y así continuar por el camino de mi plena recuperación.
Mientras tanto, me he mantenido y me mantengo informado y al mando de las acciones del gobierno bolivariano, en comunicación permanente con el vicepresidente, compañero Elías Jaua y todo mi equipo de gobierno.
Agradezco infinitamente las numerosas y entusiastas demostraciones de solidaridad que he recibido del pueblo venezolano y otros pueblos hermanos, así como de Jefes de Estado y de Gobierno de numerosos países del mundo, desde la convicción de que todo ese amor, de que toda esa solidaridad constituyen la más sublime energía que impulsa e impulsará mi voluntad de vencer en esta nueva batalla que la vida nos ha puesto por delante. Y de manera muy especial al pueblo cubano, a la nación cubana, a Fidel, a Raúl, a toda esta legión médica que se ha puesto al frente de esta batalla de una manera verdaderamente sublime.
Sin embargo, también he estado muy consciente de cierto grado de angustia e incertidumbre que ha estado recorriendo, a lo largo de estos días, de estas noches, el alma y el cuerpo de la nación venezolana. Creo que, más allá de los intentos manipuladores de algunos sectores bien conocidos, esos sentimientos eran y son inevitables y forman parte de la propia naturaleza humana, rodeada ésta, además, por las circunstancias que la enmarcan y muchas veces la sacuden, como en este caso ocurre.
Desde el primer momento asumí todas las responsabilidades en cuanto al cuido estricto por la veracidad de las informaciones a ser trasmitidas, fundamentándome en un doble conjunto de razones: la razón médico-científica, en primer término, y, en segundo lugar, y de manera especialmente cuidada desde lo más profundo de mi alma y de mi conciencia, la razón humana, la razón amorosa, para ser más preciso. ¡La razón amorosa!
De la primera, es decir, de la razón médica, ya hemos hablado un poco. Ha sido un proceso lento y cuidadoso de aproximación y diagnóstico, de avances y descubrimientos a lo largo de varias etapas, en las cuales se vino aplicando un riguroso procedimiento científico que no aceptaba ni acepta apresuramientos ni presiones de ningún tipo. La norma suprema que sustenta esta poderosa razón es la plena verificación científica, más allá de los indicios y sospechas que vinieron apareciendo.
Y acerca de la razón amorosa, estoy obligado ahora a hablarles desde lo más hondo de mí mismo. En este instante recuerdo el 4 de Febrero de aquel estruendoso año 1992. Aquel día no tuve más remedio que hablarle a Venezuela desde mi ocaso, desde un camino que yo sentía me arrastraba hacia un abismo insondable. Como desde una oscura caverna de mi alma brotó el “por ahora” y luego me hundí.
También llegan a mi memoria ahora mismo aquellas aciagas horas del 11 de abril de 2002. Entonces, también le envié a mi amado pueblo venezolano aquel mensaje, escrito desde la Base Naval de Turiamo, donde estaba prisionero. Presidente derrocado y prisionero. Fue como un canto de dolor, lanzado desde el fondo de otro abismo, que sentía me tragaba en su garganta, y me hundía, y me hundía.
Ahora, en este nuevo momento de dificultades, y sobre todo desde que el mismo Fidel Castro en persona, el mismo del Cuartel Moncada, el mismo del Granma, el mismito de la Sierra Maestra, el gigante de siempre, vino a anunciarme la dura noticia del hallazgo cancerígeno, comencé a pedirle a mi señor Jesús, al Dios de mis padres, diría Simón Bolívar; al manto de la Virgen, diría mi madre Elena; a los espíritus de la sabana, diría Florentino Coronado; para que me concedieran la posibilidad de hablarles, no desde otro sendero abismal, no desde una oscura caverna o una noche sin estrellas. Ahora quería hablarles desde este camino empinado por donde siento que voy saliendo ya de otro abismo. Ahora quería hablarles con el sol del amanecer que siento me ilumina. Creo que lo hemos logrado. ¡Gracias, Dios mío!
Y, finalmente, mis amados y amadas compatriotas; mis adoradas hijas e hijos; mis queridos compañeros jóvenes, niñas y niños de mi pueblo; mis valientes soldados de siempre; mis aguerridos trabajadores y trabajadoras; mis queridas mujeres patriotas; mi pueblo amado, todo y uno solo en mi corazón, les digo que el querer hablarles hoy desde mi nueva escalada hacia el retorno no tiene nada que ver ya conmigo mismo, sino con ustedes, pueblo patrio, pueblo bueno. Con ustedes no quería ni quiero para nada que me acompañen por senderos que se hundan hacia abismo alguno. Les invito a que sigamos juntos escalando nuevas cumbres, que hay semerucos allá en el cerro y un canto hermoso para cantar nos sigue diciendo desde su eternidad el cantor del pueblo, nuestro querido Alí Primera.
!Vamos pues, vamos, con nuestro padre Bolívar, en vanguardia, a seguir subiendo la cima del Chimborazo! ¡Gracias Dios mío! ¡Gracias pueblo mío! ¡Gracias, vida mía!
¡Hasta la victoria siempre! ¡Nosotros venceremos!
La Habana, esta querida y heroica Habana. 30 de junio de 2011.
Desde la Patria Grande, les digo, desde mi corazón, desde mi alma toda, desde mi esperanza suprema, que es la de un pueblo: ¡Por ahora y para siempre viviremos y venceremos! ¡Muchas gracias! ¡Hasta el retorno!