Foto: Archivo
Juan Calzadilla, es una de las figuras más importantes, completas y consistentes del universo cultural contemporáneo venezolano y latinoamericano.
Texto: VTV
Es un ícono en el acontecer cultural, polifacético en diversas aristas artísticas como pintura, grabado, dibujo, escritura, poesía y crítica de arte, entre otros, este 16 de mayo arriba a sus noventa años, trabajando como el primer día, brindándonos un reconocido legado de 60 años de producción formal.
Nacido el 16 de mayo de 1930 en el pueblo llanero de Altagracia de Orituco, aunque creció en la nublada serranía de Guatopo, Calzadilla mudó temprano su residencia física a la ciudad que se volvería marco y objeto de su experiencia poética.
Juan Calzadilla, es un poeta, ensayista, editor, artista plástico, crítico e historiador de arte, animador cultural, museógrafo, instructor de talleres literarios, promotor de grupos y de nuevos talentos, su obra y su labor son una síntesis concreta de la cultura venezolana en el siglo XX.
Desde sus inicios, escribió para sobrevivir, sosteniendo columnas en los diarios de entonces, destacándose por su certero juicio y comprensión de las artes plásticas, así como su amplio conocimiento de la poesía moderna.
A partir de los años 60, Calzadilla pasó a hacerse también protagonista, al sumarse a la producción y defensa del movimiento plástico informalista, en rebelión contra el gusto complaciente de la época, partiendo del cual desarrollaría y depuraría su singular obra como dibujante, que lo llevaría a ser exhibido en numerosas exposiciones individuales y a representar a Venezuela en la Bienal de Sao Paulo en 2004 y la Bienal de Venecia en 2017.
Calzadilla fue honrado con el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1996, por su trabajo integral como crítico, historiador y practicante del arte. Fue militante contra la dictadura de Pérez Jiménez y contra los gobiernos represivos posteriores al 23 de enero de 1958, Juan Calzadilla tuvo estelar figuración en el movimiento artístico y poético conocido como “El Techo de la Ballena”, activo entre 1962 y 1970, recordado y celebrado entre las nuevas generaciones como emblema histórico de una acción cultural irreverente ante el gusto dominante, e insurgente en sus posiciones políticas revolucionarias.
Para “El Techo de la Ballena”, la revolución era necesaria no solo en el terreno del poder y la economía, sino en la sensibilidad y la percepción estética.
Desde su experiencia en “El Techo de la Ballena”, del cual fue uno de los poetas más representativos, Calzadilla conservó en su trabajo creador una actitud vanguardista de rechazo y cuestionamiento a los valores y lógicas del establishment burgués, de irreverencia y humor frente a los convencionalismos, así como un espíritu de aliento y estímulo a las expresiones creativas juveniles y populares.
Su misma obra poética, hoy reconocida en toda Latinoamérica, rompió con la retórica y la formalidad heredadas de la tradición para dejar reinar el humor, la ironía y la paradoja, en nuevos formatos alejados del verso y la métrica, y cercanos al aforismo y el epigrama, configurando un ejercicio metódico de la duda sobre el porvenir de la poesía misma y de las artes en una sociedad urbana, neoliberal y postmoderna.
Por su cuantioso trabajo poético, recibió el Premio Nacional de Literatura en 2017. Igualmente fue reconocido con el Premio León de Greiff, otorgado en Colombia, en 2016.
Tutor, inspirador y animador de varias generaciones, Juan Calzadilla, a sus 90 años, es uno de los maestros vivos más queridos y meritorios con que cuenta la cultura venezolana.
Hoy en el siglo XXI, son legión quienes afirman haber sido sus alumnos o discípulos, quienes fueron apoyados en su evolución creadora a través de una opinión, un prólogo o la presentación en un catálogo, por su agudo juicio, su incansable curiosidad y su inagotable simpatía frente a todo lo espontaneo, emergente e innovador en el campo de la creación cultural.