El reconocimiento a los grandes aportes que hizo Andrés Bello a la lengua y otras disciplinas humanísticas, en su rol de educador, así como “las incertidumbres en las que cabalgó”, fueron parte de los aspectos abordados en el conversatorio sobre este insigne venezolano, a propósito de conmemorarse 237 años de su natalicio.
Texto: Prensa MPPC Aragua
La actividad, efectuada en el marco del Día del Escritor, tuvo lugar en la Biblioteca Pública Agustín Codazzi de Maracay y fue moderada por la especialista del Libro y la Lectura del Gabinete estadal del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Yureyma Alcántara. Como ponentes participaron el escritor Manuel Cabesa, la poeta Ingrid Chicotte y la docente e investigadora Nelly Guilarte, coordinadora de la Red de Memoria, Historia y Patrimonio Capítulo Aragua.
Rescatar enseñanzas de Bello como educador
Manuel Cabesa habló sobre el Andrés Bello educador, e hizo énfasis en que en dos siglos la verdadera enseñanza de él no ha sido tomada en cuenta en toda su dimensión. Comentó que en los años 70 a su generación se les educó con una imagen de Bello como “un señor fastidioso, cuya poesía era terrible para los jóvenes, cuando él mismo había escrito teorías sobre cómo educar dinámicamente, para que la educación fuera algo para la vida más allá de la simple acumulación de saberes, que sirviera para la armoniosa convivencia”.
Recordó que Bello (Caracas, 29 de noviembre de 1781-Santiago de Chile, 1865) trató de abrir espacios para una América Latina que venía herida de la Guerra de Independencia, para ser personalmente responsable frente al presente que ellos tenían, que sigue siendo nuestro presente.
Insistió en que “todavía Bello es un valor que tenemos que rescatar, no sólo como poeta, sino como educador. Que nuestros maestros y nuestros educandos vuelvan a leer a Bello pero con los ojos del siglo XXI. A mí me parece que Bello sabía lo que iba a pasar ahorita. Bello se adelantó siglos. Ahora hay que verlo desde la perspectiva del tiempo pero a la inversa: pensar que era un hombre del siglo XXI que nació en el siglo XIX por casualidad”, dijo.
Refugiémonos en Bello para elevar nuestro lenguaje
La poeta Ingrid Chicote interactuó con su exposición con los jóvenes del Liceo Agustín Codazzi presentes. La misma se centró en dos aspectos: Bello en el exilio y el Bello de la Gramática de la Lengua Castellana.
En primer término, y tomando en cuenta a los venezolanos que han viajado al extranjero en los últimos tiempos -entre ellos algunos familiares de los estudiantes -, Chicote insistió en la importancia de reconocer nuestra identidad, nuestros referentes históricos en el exilio y sus aportes, como el caso de Andrés Bello, considerado uno de los grandes humanistas de América, lo cual nos debe hacer sentirnos orgullosos.
En relación con Andrés Bello y la Gramática Castellana, que en opinión de los entendidos es una de las mejores de los tiempos modernos en cualquier idioma, indicó que debemos unirnos por el lenguaje, por el idioma Castellano, en el cual están contenidos los más bellos y altos valores de la humanidad: la solidaridad, el respeto mutuo, el amor, que debemos rescatar en la práctica, tanto los jóvenes como los adultos y las autoridades.
“Vamos a refugiarnos en Bello para elevar nuestro lenguaje , nuestra expresión verbal, y liberarnos de ese lenguaje carcelario, soez, que lamentablemente hoy muchos emplean. Vamos a utilizar buenas palabras de la amplia gama que nos ofrece nuestro idioma, que es muy rico”, reiteró.
Andrés Bello y las incertidumbres
Por su parte Nelly Guillarte habló sobre lo que llamó “Andrés Bello y las incertidumbres”. Aclaró que asume la interpretación de la historia de vida del personaje en el contexto de las circunstancias en las que le correspondió vivir. “Por eso hemos titulado estas reflexiones ‘Andrés Bello y las incertidumbres’, no para juzgarlo, sino para comprenderlo. Lo importante es comprender y poner de relieve su aporte a la humanidad, que en Bello fue prolijo”, expresó.
Resaltó que Bello “abrazó la causa de la independencia pero no logró profundizar su pensamiento para el rompimiento total con el andamiaje colonial. Sin embargo, propuso y avanzó en construcciones literarias de nuestra América. En su estadía en Chile reflexionó sobre filosofía e historia e hizo importantes aportes a la lengua, a la gramática que debemos valorar. Es más, llegó a manifestar angustias, y alertó sobre los riesgos de que en la América se desarrollara una ciencia excesivamente servil a Europa”.
Considera que el hecho de que Andrés Bello no haya tenido una participación práctica, concreta, en la contienda belicista de la emancipación, no permitió que profundizara en una doctrina social y política para llegar a la convicción de que era necesario dar al traste con el orden colonial establecido. “Su actividad intelectual, apegada a la producción literaria española sólo le permitió hacer construcciones desde el punto de vista conservador de unos planteamientos que llamaban al entendimiento y la conciliación, que no implicaba la ruptura total con las viejas estructuras”, dijo.
Concluyó expresando que “Bello fue una prominente individualidad del Siglo XIX. No escapó a los avatares de su tiempo, cabalgó entre sus propias contradicciones. Su obra escrita evidencia una brillante luminosidad como pensador, humanista y creador. Sin embargo, no pudo desprenderse del andamiaje cultural constituido donde se formó, por lo tanto, atrapado en él orientó su intelecto al servicio de las élites gobernantes del territorio donde decidió sembrarse como persona y donde murió a los 84 años: Chile”.