Este jueves, la militante argentina por los Derechos Humanos y presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, expresó un sentido mensaje al pueblo venezolano.
Texto: Correo del Orinoco
Durante una videoconferencia con la Asamblea Nacional Constituyente, Hebe de Bonafini -quien está próxima a cumplir 89 años- exhortó a las venezolanas y a los venezolanos a continuar la lucha revolucionaria con altos sentimientos de amor.
“No abandonemos ni un solo minuto la lucha, ni un solo minuto la trinchera. Nosotros tenemos mucho para dar y a ellos lo único que les importa es el dinero. A nosotros nos importa la vida, nos importa el otro, el amor, la caricia, el mirarnos a los ojos. Ellos no saben mirarnos a los ojos, tienen que bajar la cabeza, avergonzados, por eso los abrazo a ustedes, de todo corazón, y todo saldrá muy bien, como se lo merecen los pueblos que no dejamos de luchar”, afirmó la militante argentina, quien ha sido ferozmente perseguida por las fuerzas represoras del gobierno de Mauricio Macri.
Al mismo tiempo, De Bonafini agregó: “La lucha comienza cada mañana cuando despertamos, y no termina nunca, porque es como la vida. Cuando uno apuesta todo en esta vida, siempre habrá otro que levante nuestras banderas, y así es la vida de los pueblos pobres; de países ricos con pueblos pobres, porque ellos nos sacan todo”.
En el contexto de la sesión plenaria con los adultas y las adultos mayores, De Bonafini afirmó que la vejez no existe.
“Quiero que sepan que estoy apunto de cumplir 89 años, pero tengo el corazón de veinte, aunque mis piernas tiene como 200 años, pero bueno, uno puede pensar aunque no camine. Así que compañeros, en esa Constituyente tan hermosa, no somos ni adultos ni mayores -eso dicen los demás-, somos jóvenes con muchos años. Eso es lo que somos. Somos muy jóvenes, porque tenemos muchas ganas y fuerza para luchar, porque tenemos que hacer una Latinoamérica libre”.
Finalmente, la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo insistió en la necesidad de soñar, para concretar nuestras luchas, como lo deseó el Comandante Hugo Chávez.