Con rostros sonrientes y otros tantos conmovidos, un grupo de mujeres identificaron sus deseos para este nuevo año en el taller de biodanza que se dicta todos los martes en la UNI-3 (Universidad Abierta Educación no Formal de Adultos), en El Silencio.
Texto: Ciudad Caracas
La sesión se estructura en dos partes. La facilitadora Trina Patiño dio inicio a la primera hablando acerca de cuáles son las expectativas que tiene cada una de las participantes para este 2017 y cómo a través de la biodanza podrán consolidarlas.
En la primera vivencia, como se denomina cada una de las fases de la segunda parte, las participantes se formaron en un círculo sin decir palabra alguna con el fin de conectarse cada cual y meditar respecto a sus propósitos.
Seguidamente, al ritmo de la música experimental, el bossanova y otros ritmos, cada una comenzó a caminar por todo el lugar forzando cada movimiento ejecutado y fijando en la mente sus deseos. “Porque para lograr los sueños, se necesita determinación. Fíjense la fuerza que tiene la tierra para empujarlas y alcanzar sus sueños”, expresó Patiño a las talleristas.
La siguiente vivencia tuvo como propósito compartir y agradecer, caminando en ese punto del taller tomadas de la mano y cambiando de pareja como forma de simbolizar los nuevos cambios venideros que tendrán con base en sus deseos.
Bailando mejoran su salud
Alegría, confianza, libertad, salud, paz, felicidad, pareja, entre otros deseos, iba exaltando cada participante al ritmo de sus movimientos afectivos, ya que practicando la disciplina pueden lograr más afecto en su entorno, mejorando así su calidad de vida y el fortalecimiento de sus huesos y articulaciones.
La próxima vivencia fue mantener un acercamiento con otra persona, mirarla, tomar su mano y abrazarla para materializar sus sueños, porque de esa manera pueden experimentar afecto y apoyo necesarios para cristalizar los propósitos de cada una.
Finalmente, Patiño orientó tomar la mano de otra compañera y acariciarla. “Son las manos con las que ejecutamos las cosas. Vamos a acariciarlas para fortalecer y lograr lo que se proponen”, dijo.
Disciplina para el efecto
Patiño, quien es psicóloga de profesión, explicó que la biodanza es un modelo de integración desde la experiencia afectiva que pretende que con sus prácticas repetidas las personas sean más afectuosas.
“La gente al principio no puede cerrar los ojos, les cuesta mucho el contacto con el otro. Si eres niño te quieren y te abrazan, pero en la medida que te conviertes en adulto ya el contacto no existe contigo; entonces desde la afectividad, esas barreras van creciendo y esto es un poco de lo que rescata la biodanza: la conquista del amor”, explicó.
La biodanza fue creada en Suramérica, basada en la biología del cuerpo y sus emociones, utilizando los sentimientos provocados por la música y el movimiento para profundizar en la conciencia de la persona que lo practica.
Los interesados pueden obtener más información a través de la página www.uni3venezuela.org.ve o comunicarse por el 0212-546129.
En otros espacios también lo bailan
La instructora invitó a personas de cualquier edad a asistir todos los sábados al Parque Francisco de Miranda, donde hay sesiones gratuitas a las 7:30 am. Igualmente, los días martes a las 6:00 pm en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, donde también realizan la biodanza por un mínimo costo.
Cabe destacar que la práctica de la biodanza se ha vuelto muy popular en varios lugares del país, y está dirigida a personas de todas las edades sin distinción de género.