El actor, guionista y director Miguel Ferrari se planteó una pregunta después de ganar el Premio Goya, que otorga la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España a la Mejor Película Iberoamericana en el año 2014, por Azul y no tan rosa. “Bueno ahora… ¿Qué voy a hacer? ¡Vaya compromiso!”.
Texto: Ciudad CCS
Ferrari tenía la certeza que después de su exitosa ópera prima, su segunda película sería analizada con lupa, “y no me importa, yo trato de que las expectativas no me afecten en absoluto. Lo que trato es dar lo mejor de mí en cada proyecto”, relató en entrevista que reseña el CNAC.
Para Ferrari llegar a una idea interesante a desarrollar, que lo conectara y motivara como creador, era complicado.
Casualmente, después del premio, el director leía el periódico y se topó con una noticia que le llamó la atención: en el hospital público Sandro Pertini de Roma, en Italia, implantan por error los embriones de una mujer en el útero de otra.
El conflicto legal llega cuando la embarazada quiere quedarse con los gemelos tras el parto, aunque no sean suyos, pero la madre biológica no estaba dispuesta a aceptarlo.
A Ferrari le pareció una excelente historia, “lo anecdótico, porque lo que me interesaba era lo que sucedía con esos personajes, con esas dos mujeres o esos dos padres, y cuál era la relación que se establecía como seres humanos, y cómo ese acontecimiento puede sacar lo más oscuro de cada persona y por supuesto abrir un debate entre qué es lo más importante entre lo biológico y lo afectivo”.
El tema de su nueva película La noche de las dos lunas, no está tan alejado de Azul y no tan rosa, porque Ferrari considera que vuelve a abrir el debate sobre las relaciones familiares.
“Lo vuelvo a tocar otra vez acá pero tiene que ver con el concepto de familia y cómo ha evolucionado a través del tiempo. Una familia puede ser monoparental, dos mujeres, dos hombres, mujer y hombre y es eso, seguir ahondando en el concepto de familia”, subrayó.
Abrir el abanico para discutir un tema que es de actualidad es una experiencia que vivió con satisfacción en Azul y no tan rosa.
“Me gusta que la gente salga del cine pensando, lo mismo hice con Azul y no tan rosa, un poquito para que la gente se empezara a abrir al debate, porque mencionar la palabra homosexual era como un tabú, eso era así, te lo puedo asegurar”.
La noche de las dos lunas es una coproducción con España, y su rodaje se lleva a cabo en Caracas.
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Caracas es protagonista
La ciudad capital es una de las protagonistas en esta nueva película de Miguel Ferrari; especialmente los paisajes del Waraira Repano y su sistema teleférico.
“Son cosas muy románticas, puede sonar cursi pero yo me dejo llevar mucho por el corazón en esas cosas”, señaló el realizador al CNAC.
Ferrari siempre tuvo clara la locación que utilizaría para su segunda película. “Quería hacerla aquí y a pesar de que esta película es totalmente universal, podía hacerla perfectamente en cualquier parte del mundo y se iba a entender la historia, quise rendirle homenaje a mi ciudad, a Caracas y a su montaña que es el Ávila”.
Mariaca Semprún, Prakriti Maduro, Luis Gerónimo Abreu, Albi de Abreu, Christian Mcgafney, Julie Restifo, Sócrates Serrano son los talentos que conforman el cartel actoral del filme, a quienes se le suman los españoles María Barranco y Juan Jesús Valverde.
La noche de las dos lunas se realiza con el apoyo del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC).