“El trabajo más importante es el del intelectual colectivo”: Entrevista a Isabel Rauber

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isabelEntre el 10 y el 15 de diciembre pasado tuvo lugar, en Caracas, el Encuentro de la Red de Intelectuales Artistas y Movimientos Sociales, un espacio que reunió hombres y mujeres de pensamiento y acción crítica, provenientes de diversas partes del mundo. Luego del evento, quedó como objetivo llevar adelante un espacio que comenzará este jueves 29 de enero: el Foro Permanente de Pensamiento y Acción. El espacio reunirá a intelectuales, expresiones del pueblo organizado ̶como movimientos sociales y comuneros ̶, y funcionarios de alto nivel, con el fin de aportar a la reflexión y resolución de diferentes nudos estratégicos de la Revolución. Isabel Rauber, quien participó en el Encuentro de diciembre, reflexionó acerca del rol de los intelectuales, de cómo pensar y proyectar una intelectualidad crítica, comprometida, aportando a procesos transformadores. El intelectual colectivo, la descolonización del saber, y la pedagogía del ejemplo son los tres puntos abordados en la entrevista.

Texto: Prensa MPPC (Marco Teruggi)

De cara al Foro, las palabras de la pensadora y militante argentina, permiten dimensionar la potencialidad y desafío que pueden y deben cumplir para el pueblo quienes ejercen el oficio de intelectuales.

Intelectual individual/ intelectual colectivo

“El trabajo más importante es el trabajo del intelectual colectivo, y ¿quién es ese colectivo que acompaña el intelectual?, es el pueblo como protagonista. Tenemos que disputarle la cabeza y el corazón a millones de millones de seres humanos que están bajo la hegemonía del capital, la hegemonía ideológica, cultural, incluso espiritual, de las fantasías, los sueños. Es una batalla en todos los órdenes, no es solamente un tema racional, no se puede limitar a las publicaciones, al intelectual individual, eso para mí es lo más importante.

En primer lugar, demos el debate dentro del núcleo de los intelectuales, porque todas las luchas empiezan primero por dentro, para transformar esa concepción liberal del intelectual, de que lo importante es lo que piensa un individuo, y aquí lo importante es lo que logremos que los pueblos piensen, porque los pueblos piensan, saben, crean, aunque no lo puedan conceptualizar.

Fíjate tú, qué tarea tan importante para el intelectual orgánico devolverle a los pueblos en conceptos esa producción teórica que la hacen en las prácticas. Es una gran tarea para el pueblo, que va a ver fortalecida su consciencia, y una gran tarea para el pensamiento, que se va a encontrar fortalecido por las creaciones de las prácticas, que son el origen de todo pensamiento posible.

En tanto el nuevo mundo no se copia de nadie, el nuevo mundo es un proceso inédito, que significa que lo vamos a crear, quiénes lo vamos a crear ¿100 intelectuales, 200 intelectuales, 1 intelectual?, no, lo vamos a crear los pueblos, pero hay que verlo, hay que rescatar esa teoría que está inmersa en las prácticas, esa es una gran labor de los intelectuales”.

Descolonizar el saber desde abajo

“En el terreno del pensamiento epistemológico, de la concepción del conocimiento, también es una revolución, una gran revolución que es una ruptura cultural, epistemológica, porque es aprender a pensar juntos, desde abajo, a pensar con los pueblos, a trabajar ese pensamiento, como ya lo planteó Pablo Freire; pero, hoy en día más porque nuestra ruptura no es solamente disputar el saber al poder, sino que es disputar toda la herencia colonial que el poder nos dio, inclusive, las herramientas epistemológicas.

Hay que abrir los espacios, ampliar a los pueblos originarios, las mujeres, los afrodescendientes, los excluidos de siempre, tienen que tener voz, presencia, ser visibles y, además, todo su pensamiento teórico tiene que ser visualizado, reconocido. Tenemos que aprender de todos, son muchas civilizaciones juntas que tenemos que aprender a articular y potenciar.

Debemos romper con toda la herencia cultural y epistemológica de los saberes que nos ha heredado el poder, construir otra. No lo podemos hacer de golpe, esto no es romper todo, pero es un trabajo sistemático, colectivo, del intelectual orgánico, que… ¿de quién es orgánico, de su grupo?, es orgánico para la transformación del mundo, la construcción de una nueva civilización, para superar el capital.

Esto es una tarea de millones, una tarea de pueblo constituido en sujeto popular.

Como dice el presidente Maduro en una frase que, para mí, sintetiza esto: ‘Es el Pueblo Presidente’, ese es el pueblo revolucionario protagonizando la Revolución, porque el Presidente es quien define, orienta, marca el rumbo, Pueblo Presidente es un pueblo constituido en sujeto, y para eso es el aporte y la batalla cultural que hay que hacer, el trabajo de formación política, ideológica”.

La pedagogía del ejemplo

“Quiero subrayar el valor del ejemplo, que seamos capaces con nuestras acciones de mostrar algo de lo que decimos. Yo no digo que seamos una nueva civilización con pata y ojo, porque la nueva civilización es una obra perpetua que creo vamos a ir creando en siglos, no es una labor de dos días.

Por eso la importancia de estas revoluciones democráticas, este avance hacia la nueva civilización, esta transición de todos en la cual es fundamental construir la consciencia colectiva de lo que vamos haciendo, de lo que vamos creando.

La pedagogía del ejemplo es un componente fundamental de la batalla cultural, porque a veces la gente piensa: ‘lucha de ideas: voy a escribir un libro’, la lucha de ideas es muy superior a eso, trasunta en todo lo que hacemos, ‘mira, es solidario, atento’. ¿Que tenemos defectos? Miles, creo que somos personalidades en transición como todo el mundo, pero con la valentía de no entregarnos al capital, que seduce paso a paso, seduce con el hostigamiento, porque hostiga para la sobrevivencia, y construye ese bloqueo, ese escudo espiritual para no entregarnos y dedicarnos a la militancia y pensar y construir el nuevo mundo.

Todos los días el capital te tienta, te ataca, trata de conquistar con el individualismo, de que si compites y aplastas al otro, te va a ir mejor, vas a ganar más plata, porque lo que quiere es someternos, transformarnos en objetos para que vivamos para él, para chuparnos la sangre.

La tarea principal es trabajar con nuestros hermanos y hermanas para comprender todos y todas que no somos objetos, somos sujetos de nuestra vida, nuestra historia, tenemos que valorarla en ese sentido, la vida no se compra con plata, no se compra con nada. Defender la vida, construir la vida”.

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